TU HIJO TÚ ESPEJO

Es muy cierto que como seres humanos estamos siempre tratando de proyectar algo de nosotros a los demás, esto se hace más evidente cuando nos volvemos padres, ya que nuestros hijos son presa fácil ante esta necesidad. Parece que sin pensarlo estamos tratando de hacer lo que nosotros no pudimos hacer, llenamos a nuestros hijos de cargas que no les corresponde llevar y pensamos que si ellos tienen y hacen lo que nosotros no pudimos ser, serán más felices. Es muy difícil no tratar de vernos en nuestros, ya que se parecen tanto a nosotros, heredan temperamentos e imitan gestos que nos hace recordarnos a nosotros cuando vivíamos esa etapa y todo lo que dejamos pasar, pero a pesar que se parezcan en varias cosas a nosotros, no debemos dejar de pensar que son únicos y que la vida de ellos no es la nuestra, debemos respetarlos como personas independientes a nosotros, claro sin olvidar la responsabilidad de guiarlos y cuidarlos. Creo que esto se vuelve un problema cuando, como personal adultas estamos arrastrando problemas que pasamos en nuestra infancia, adolescencia o juventud que no hemos superado. Tal vez cometimos errores, dejamos carreras, sueños, aspiraciones, personas, que al final dolieron mucho cuando al verlo, nos dimos cuenta del error que estábamos haciendo o simplemente no se nos abrieron las puertas para lograr lo que anhelábamos. Vivimos siempre esperando esa segunda oportunidad para remediar las cosas y hacer lo que no pudimos, pero cuando llega la oportunidad o los medios sentimos que ya es demasiado tarde para hacerlo, estos nos hace pensar que tal vez para nuestros hijos no lo sea, en estos momentos es donde toda la frustración recae en los hijos, entonces tratamos de manipular su vida para tratar de hacerla como a nosotros nos convenga, así podemos hacer lo que nunca pudimos hacer y remediar los errores que cometimos, lo malo es que no nos damos cuenta que el daño que le hacemos a nuestros hijos , al tratar de proyectar una vida, que no es la de ellos. Lo peor de todas las cosas, es que hay padres que tal vez no quieren que su hijo viva lo que ellos no pudieron, pero están obstinados en hacerle la vida de cuadritos.

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