Tu Hijo Tu Espejo

TU HIJO TU ESPEJO

Este libro sin duda es muy interesante ya que, refleja la situación en la relación entre padres eh hijos y el cómo podemos enfrentar esta situación. Para empezar en la mayoría de los casos no les han enseñado a ser padres y por lo tanto se siguen tradiciones de crianza y del trato con los hijos. Sin embargo en esta etapa de desarrollo tan importante como lo es la formación de los hijos es fundamental romper paradigmas y esquemas que se siguen de generación en generación, porque de otra manera se producen graves heridas que estoy seguro dejan marcas muy profundas en aquellas personas que amas y por ende hay tendencias en caer y repetir el mismo error.

Partamos de los mecanismos de defensa y uno que sale a relucir frecuentemente en esta relación entre padres e hijos es la proyección que es el proceso de atribuir a otros lo que nos pertenece, esto puede ser cosas buenas o malas de nosotros mismos, todo lo que vemos en las otras personas solamente es un reflejo de uno mismo, es como un espejo como el nombre del libro no los dice tu hijo tu espejo. Otro mecanismo que es muy frecuente ante esta relación es el de negación, donde siempre ocultamos la realidad o simplemente no lo aceptamos, porque tenemos el rechazo de la sociedad, y esto se da muy frecuente, cuando los padres tienen la mala concepción de que su hijo resulta ser una persona perfecta, cubriendo las faltas ante la sociedad y el medio en el que se desenvuelve por ello mientras más sana es una persona, menos utiliza los mecanismos de defensa y cuando lo hace, casi siempre es consciente de ello.

Cabe mencionar que la infelicidad con la propia vida, la represión y la frustración, son algunos de los más importantes factores que conducen a la infelicidad y a la enfermedad emocional, por ello muchas de las ocasiones en donde alguno de los padres no pudieron lograr sus objetivos de vida las trasladan hacia sus hijos, creando en ellos un clima de frustración al no permitir que se desarrollen en donde es su vocación, por eso es bien dicho que no hay carreras de éxito, simplemente hay personas exitosas.

Uno de los grabes problemas que puede enfrentar un hijo es sentir el rechazo de los padres, aunque muchas veces no fue la intención con la que actuaron, lo que cuenta es la lectura que se dio a esa acción y que deja marcas imborrables y lo único que nos corresponde es reconocer que hemos ofendido y que simplemente también fuimos ofendidos, tal es el ejemplo del patito feo que sufre, siente el rechazo y puede llegar a convencerse de que efectivamente lo que dicen de él es cierto. A veces ese dolor lo lleva a volverse rebelde y resentido, o a desarrollar alguna enfermedad o tomar algún vicio hasta que, como pasa con el patito del cuento, encuentre quiénes lo amen y aprecien tal como es, porque aprecian su valor y su belleza, si es que tiene la suerte de encontrarse con personas que son capaces de ver más allá. Porque de otro modo estamos hablando de las miles y millones de personas que han sufrido alguna fuente de rechazo en su infancia y que hoy sus vidas están desechas, por desgracia, no todos los patitos feos encuentran su felicidad y el valor así mismos.

Algo que me quedo muy claro en el análisis de esta lectura es que el corazón humano no puede albergar sentimientos tan opuestos como el rencor y el amor, o como el resentimiento y la paz, ya que es necesario desocuparnos de uno para dar paso a otro.

Así que en la relación de los padres con los hijos solo hay dos formas de ver el aspecto de crianza que se les da, se les da amor o rechazo, uno de los casos más comunes que se presentan es cuando el padre intenta cambiar la forma de ser del hijo, cuando la interpretación de esto es que no puede cambiar el padre aspectos que proyecta y ve en el hijo, escudándose con la frase de que solo quieren lo mejor para él. Los hijos aprenden los valores de lo que los padres son y como se dice en la escuela, son un reflejo de lo que observan en casa.

Cabe mencionar que desde que nace el hijo en ocasiones se crean graves daños, por ejemplo cuando al hijo primogénito lo nombran con el nombre del padre, esto tiene un sentido que despersonaliza a quien lo lleva y lo obliga, inconscientemente, a convertirse en una extensión de aquel antecesor, de quien lo heredó, limitando la propia individualidad. En caso contrario en culturas en donde el nombre nos habla de una cuestión mística y el significado del nombre que poseerá la criatura es visto como una bendición, sin duda son contrastes polarizados pero lo más sano es escoger un nombre con significados saludables para el desarrollo emocional de la persona que lo poseerá, por eso es bien visto no poner apodos y mejor aún, llamar a la persona de la manera que a ella le gusta.

Una de las situaciones que a menudo se ve en nuestra sociedad y como lo expresa esta lectura, es cuando un padre que desde muy joven tuvo fuertes responsabilidades para ayudar

...