Texto Narrativo

Blanca nueves y los 10 marranitos

En un país muy lejano vivía una bella princesita llamada Blanca nueves, que tenía una madrastra, la reina, muy fea.

La madrastra preguntaba a su perro mágico y éste respondía:

Tú eres, oh reina, la más hermosa de todas las mujeres.

Y fueron pasando los años. Un día la reina preguntó como siempre a su perro mágico:

¿Quién es la más bella?

Pero esta vez el perro contestó:

- La más bella es Blanca nueves.

Entonces la reina, llena de ira y de envidia, ordenó a un cazador:

Llévate a Blanca nueves al rio, mátala y como prueba de haber realizado mi encargo, tráeme en este cofre su ojo.

Pero cuando llegaron al bosque el cazador sintió lástima de la inocente joven y dejó que huyera, sustituyendo su ojo por el de un jabalí.

Blanca nueves, al verse sola, sintió miedo y lloró. Llorando y andando pasó la noche, hasta que, al amanecer llegó a un claro en el bosque y descubrió allí una preciosa casita.

Entró sin dudarlo. Los muebles eran pequeñísimos y, sobre la mesa, había diez platitos y diez cubiertos diminutos. Subió a la alcoba, que estaba ocupada por diez camitas. La pobre Blanca nueves, agotada tras caminar toda la noche por el bosque, juntó todas las camitas y al momento se quedó dormida.

Por la tarde llegaron los dueños de la casa: diez marranitos que trabajaban en unas minas y se admiraron al descubrir a Blanca nueves.

Entonces ella les contó su triste historia. Los marranitos suplicaron a la niña que se quedase con ellos y Blanca nueves aceptó, se quedó a vivir con ellos y todos estaban felices.

Mientras tanto, en el palacio, la reina volvió a preguntar al perro:

¿Quién es ahora la más bella?

Sigue siendo Blanca nueves, que ahora vive en el bosque en la casa de los marranitos...

Furiosa y vengativa como era, la cruel madrastra se disfrazó de inocente caperucita azul y partió hacia la casita del bosque.

Blanca nueves estaba sola, pues los marranitos estaban trabajando en la mina. La malvada reina ofreció a la niña una manzana envenenada y cuando Blanca nueves dio el primer bocado, cayó desmayada.

Al volver, ya de noche, los marranitos a la casa, encontraron a Blanca nueves tendida en el suelo, pálida y quieta, creyeron que había muerto y le construyeron una urna de cristal para que todos los animalitos del bosque pudieran despedirse de ella.

En

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