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Trabajo Personal


Enviado por   •  13 de Octubre de 2011  •  4.766 Palabras (20 Páginas)  •  418 Visitas

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EL PROYECTO PERSONAL

EL PORQUÉ DEL PROYECTO PERSONAL

La necesidad de construir la propia personalidad

Construir la propia identidad (= «estable sentido de continuidad interior que permanece en el tiempo y en las circunstancias»).

Continuidad que integra:

- El aspecto individual (permanecer en sí mismos) sea el aspecto social (asumir su propio rol en el tejido social).

- El Yo actual (lo que soy) y el Yo Ideal (lo que quisiera y soy llamado a ser).

EL PROYECTO DE VIDA

El horizonte último de la persona: la felicidad.

Pero, ¿Cómo conseguir la felicidad? ¿En qué consiste la felicidad?

Es entonces que la persona comienza a interrogarse para dar una razón a su propia vida.

Proyecto personal = como colocarse de frete a la propia vida y a la propia historia.

Es entonces un ejercicio de libertad, En la decisión de lo que se quiere llegar a ser (Pro-iectus).

Es tomar en nuestras manos la vida y obtener una visión de ella y del mundo.

EL PORQUÉ DEL PROYECTO PERSONAL

La NECESIDAD de esclarecer a donde se quiere caminar.

- Dos categorías fundamentales: intencionalidad y superación: «Aquél que tiene un “fin” por que vivir puede soportar todo “como”» (Frankl).

- El proyecto personal, constituido de un núcleo de intuiciones que, poco a poco, se va estructurando en un proyecto propio.

La realización del proyecto de Dios sobre nosotros

Del punto de vista de la fe:

- «Señor, ¿qué quieres que yo haga?» >>>>>> «¿Dónde te encuentras?».

- Re definir constantemente el centro, la opción fundamental de la propia existencia, en la cual se debe trabajar de cerca para lograr la unificación de la persona.

¿QUÉ ES UN PROYECTO PERSONAL?

Podemos describirlo como «una intuición anticipada del desarrollo del futuro, una hipótesis, una interrogación, una invitación, pero sobre todo el dar un sentido a la propia vida, un cúmulo de respuestas a los grandes interrogantes existenciales: ¿Para qué vine al mundo? ¿Qué sentido tiene el vivir y morir? ¿Qué sentido tiene el mundo que me rodea? ¿Podré o podremos de frente a las crisis presentes?».[1]

En esta prospectiva, el proyecto es mucho más de un programa para ordenar la propia vida. Es el deseo de verdad; Iluminación del corazón; sentido puede dar luz y dirección a varias dediciones, unificando la vida cuotidiana y haciéndola más significativa.

Por lo tanto no se trata sólo de reorganizar la agenda o de prefigurarse el cumplimiento de la perfección a través de verificas más o menos sistemáticas. Limitar el proyecto a una simple programación, nos puede engañar y confundir una buena programación con el cumplimiento de los resultados.

Los procesos de transformación interior, se deciden a otros niveles: llegan al corazón, la profundidad de la persona. El árbol da frutos buenos solamente cuando vienen desde dentro, acrecentando sus raíces. Una programación si discernimiento es como el árbol sin raíces. Lo contrario, cuanto más profundas son las raíces. Más vitalidad tendrá en sus frutos el árbol

El proyecto por consiguiente no es una certeza: se parece a una invitación, a una hipótesis, a dar un sentido a la propia vida, que se enraíza en profundidad. Solamente en la fidelidad que lo sostiene, El proyecto se convierte en garantía de futuro.

LOS PRESUPUESTOS

DEL PROYECTO PERSONAL

Para poder actuar el proyecto personal, lo más importante es entrar en sí mismos, buscar la verdad, convertirnos en personas de análisis.

NIVEL EXISTENCIAL

El proyecto personal se explica en tomar decisiones sobre la propia vida. Entre tantas cosas que realizamos cada día, tal vez la tarea central es aquella de «convertirse en nosotros mismos» en el ejercicio de nuestra libertad y responsabilidad.[2]

El hombre se convierte en adulto solamente cuando decide por sí mismo. El proyecto personal es un estímulo a retomar en mano con responsabilidad la vida, sin dejarnos fácilmente arrastrar de los gustos, de las modas, o también de los criterios establecidos de los otros.

Los valores nos permiten progresar. Cuando faltan se vanifica el deseo, las ganas de superarnos a nosotros mismos. Se pierde entonces el sentido del proyecto, se debilita la propia identidad y se esfuma el dinamismo existencial. Se termina por abandonar las propias aspiraciones, faltando muchas veces a los compromisos, sin empeñarse mucho por lograr aquellos ideales que dan sentido a nuestra existencia.

El proyecto personal ayuda a individuar aquel valor fundamental que responde a las necesidades existenciales del hombre y al rededor del cual se organizan los valores.

Proyectar quiere decir elegir e y no se puede elegir verdaderamente bien si no se tiene una visión de conjunto de la existencia. Para llegar a esta interpretación unitaria de la existencia es necesario que todos los fragmentos dispersos en el campo magnético de la propia vida (necesidades vitales, actividad, objetos, personas, cultura, etc.) sean “atraídas” de la opción fundamental, que se mantiene gracias al valor esencial escogido por nosotros, al cual nos confiamos para convertirnos actores de nuestra vida. Si es así, se puede hablar de un hombre integrado, o también, con una expresión análoga, de hombre unificado.

Cuando falta el valor fundamental se arriesga de vivir para satisfacer sus propias necesidades, pero sin construir nada de definitivo y sin dar a la vida aquella auto trascendencia de la cual el hombre tiene necesidad. Esto implica entonces una situación de superación de sí mismo: no en el sentido de alienación, ni de mortificación, sino, al contrario, como capacidad de tender a algo que está más allá del Yo y que también lo realiza plenamente; en términos más precisos, algo que está más allá del Yo actual, más de

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