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Trastornos De La Personalidad Antisocial


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2011  •  2.629 Palabras (11 Páginas)  •  1.432 Visitas

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trastorno de personalidad antisocial (TPA), es una patología de índole psíquico que deriva en que las personas que la padecen pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como son las leyes y los derechos individuales. Si bien, generalmente, puede ser detectada a partir de los 18 años de edad, se estima que los síntomas y características vienen desarrollándose desde la adolescencia. Antes de los 15 años debe detectarse una sintomatología similar pero no tan acentuada, se trata del trastorno disocial de la personalidad.

Los sociópatas son personas que padecen un mal de índole psiquiátrico, un grave cuadro de personalidad antisocial que les hace rehuir a las normas preestablecidas; no saben o no pueden adaptarse a ellas. Por esto que, a pesar de que saben que están haciendo un mal, actúan por impulso para alcanzar lo que desean, cometiendo en muchos casos delitos graves. Es común que se confunda a la sociopatía con otras patologías de la misma clase, como podrían ser la conducta criminal, la antisocial o la psicopatía. Pero son trastornos, aunque relacionados, de diferentes características, con otros tratamientos y consecuencias.

Características de la conducta antisocial

Por medio del marco de evidencias de las conductas patentizadas en el individuo, se puede catalogar la magnitud en la persona. Según Kazdin & Buela-Casal en su estudio, se encuentran evidencias primordiales que son de guía para poder identificar como algún trastorno clínico en la personalidad del individuo una de estas son la frecuencia e intensidad de conductas. También, en las acciones antisociales hay conductas de “baja frecuencia y alta intensidad” (Kazdin, Alan E. & Buela-Casal, Gualberto, 1994), dando a entender que el significado se determina por el alto alcance del producto de tal conducta que la frecuencia de la conducta durante el desarrollo normal en el individuo (ej.: niño). Otra de las características que se observa es la repetición, la longanimidad y magnitud de la conducta en el individuo es, según los estudios realizados por los autores mencionados, una guía para poder definir niveles de la conducta antisocial. Como ejemplo tenemos la conducta de aislamiento, esta conducta puede que no llame la atención a externos, pero su tiempo, es decir, su extensión si conlleva un alto valor. Por tanto, en estos estudios, las características presentes son combinadas con el proceso de determinación en índices clínicos de la conducta antisocial. Quiere decir (según estudios), los niños que presenten todos estos manifiestos como: gravedad en la conducta, frecuencia, y variantes, no son justificados como para algún tratamiento clínico, ya que por su desarrollo de identificación de la conducta esta en combinación con su desarrollo normal.2

[Causas

Se estima que este trastorno es causado por una variedad de factores. Muchos son de índole genético, heredados de algún miembro de la familia que ya los padeció. Pero también el entorno de la persona, especialmente el de los familiares directos, tiene mucha importancia en su posterior desarrollo. Los investigadores también consideran que existen factores biológicos que pueden contribuir en su progreso. La manifestación de procesos químicos anormales en el sistema nervioso y posibles daños en las partes del cerebro que atañen a la toma de decisiones pueden llegar a despertar un comportamiento impulsivo y agresivo. El abuso de estupefacientes también puede ser una de las causas de TPA.

Síntomas y Síndrome antisocial

Si bien la sociopatía es más común entre los hombres que en las mujeres, no existen barreras de ninguna clase para padecerlo. Pero para ser diagnosticado, la persona debe tener al menos 18 años de edad aunque, por lo menos, desde los 15 años ya puede presentar algunos síntomas para que el trastorno sea dictaminado con precisión.

Entre las características más comunes del TPA se encuentran la ausencia de empatía y remordimiento, también una visión de la autoestima distorsionada, una constante búsqueda de nuevas sensaciones (que pueden llegar a extremos insólitos), la deshumanización de la víctima o la falta de preocupación a las consecuencias. El egocentrismo, la megalomanía, la falta de responsabilidad, la extroversión, el exceso de hedonismo, altos niveles de impulsividad, o la motivación por experimentar sensaciones de control y poder también son muy comunes. Este tipo de psicosis no se relaciona con ataques de pánico o con esquizofrenia.3

Dentro de los síntomas comunes que puede prevalecer en la conducta antisocial antes dicho, también se encuentra el síndrome de aislamiento. Este síndrome es también nombrado como huida o evitación, en este síndrome es caracterizado por su peculiaridad de aislamiento, pero es uno que se manifiesta como una tendencia a evadir o evitar relaciones y/o contacto con las exigencias sociales. Esta conducta consta de lo reservado y lo introvertido que puede ser un individuo dentro de la misma sociedad y quienes les rodean. Según los estudios realizados estos individuos sufren la crítica, el rechazo, o desprecio de la sociedad, por tanto por medio de esa incomodidad utilizan un método de defensa para evitar esas dificultades; precisamente, enfrentan problemas para las relaciones interpersonales. Como es descrito en estos estudios de la conducta, estos individuos enfrentan una lucha constante para salir de sí mismos y expandirse a las relaciones sociales. Esta conducta no solamente se caracteriza de una negación total a las relaciones interpersonales de los individuos, sino que por su constante lucha se salir de sí mismos, ellos realmente tienen un deseo de poder lograr dichas relaciones, estas relaciones solo se dan con personas que ellos sientan empatía. Esta lucha entre el deseo y el temor ocasionan en estos individuos una frustración hasta sentirse fracasados. Por tanto, esta frustración puede traer consigo el refugio en la fantasía como la introversión. Según Quintana, Guillermo (1996) utiliza a Millon como recurso a la identificación de los diferentes tipos de evitación en la conducta. Asimismo, Quintana (1996) parte con la premisa que de acuerdo a Millon hay dos clases principales de evitación, ellas son: la evitación social activa y la evitación social pasiva. La activa se define como por el temor de ser rechazado, alto será el índice de evitación, esto es por la desconfianza en sí mismo, o sea un aislamiento forzado por inseguridad; la pasiva es descrita por incapacidades emocionales. Por tanto, el mecanismo de defensa de estos individuos es aferrarse a un mundo de fantasías y a su propia fantasía interpersonal.4

Factores influyentes a la conducta antisocial en niños y adolescentes

Durante

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