Tributacion Minera

Reseña minería Contaminación Ambiental I

Analizar la situación de la tributación del sector primario es un ejercicio que no se debe realizar desde un paradigma positivista porque este nos niega la posibilidad de ver las relaciones sociales y políticas que giran en torno al fenómeno, si bien cuantificar regalías exenciones y demás nos da un panorama general, la realidad viene a ser más compleja.

Inicialmente hay que decir que la producción en el mundo es desigual, históricamente el desarrollo de las fuerzas productivas a posibilitado que unos países se dediquen al sector secundario o terciario de la economía (sectores de una economía más desarrollada), mientras los demás se limiten a la producción del sector primario, esto genera en ultima una división internacional del trabajo que especializa países en industria y servicios y a otros países subdesarrollados como Colombia se les especializa en economías extractivas de materias primas. Esto por supuesto implica una serie de situaciones difíciles de describir en una página, pero en términos generales la historia nos demuestra que los países ricos en recursos naturales tienden a generar culturas rentistas, instituciones débiles e incluso conflictos internos, que conllevan, a la postre, a la miseria.

En esos términos ¿cuál es el papel del estado? La teoría marxista habla del estado como una “herramienta de dominación de una clase sobre otra” y veremos en la actualidad que el estado se posiciona como una estructura que blinda y catapulta la inversión privada en beneficio de grandes poderes transnacionales y oligarquías locales, esto se logra por medio de una estrategia en varios frentes como las ideologías, leyes e instituciones, una infraestructura adecuada, la promoción de un modelo económico y un aparato militar; adicionalmente una “integración” con el mundo por medio de plataformas económicas, jurídicas, multilaterales y de redes e infraestructura.

Un ligero análisis de cómo se presentaron los códigos de minas de 1996, 2001 y 2010 nos debelan las intenciones del estado frente al sector minero, y como consecuencia se tienen resultados como los evidenciados en las lecturas, sin embargo hay que resaltar que no son consecuencias inesperadas de hecho la cultura rentista que han promovido los últimos gobiernos tienden voluntariamente a regalar los recursos nacionales. Según “Doing Business 2010” Colombia paso en tan solo 3 años del puesto 83 al 37 entre 183 países del mundo en el ranking de los países que más se reforman para facilitar negocios internacionales, eso hace de nuestro país un territorio atractivo para la inversión extranjera pues saben de ante mano que la utilidad será grande, saben que la red de infraestructura del país se está desarrollando para facilitar la movilidad de las materias primas hacia los puertos internacionales y además que la estrategia militar frena los procesos de resistencia popular.

Hay que tener en cuenta que no solo hay exenciones a regalías e impuestos, también hay subsidios como los entregados a las carboneras del césar y la guajira que según el consejo nacional de planeación-Rudas fueron de 0,16 y 0,24 billones de pesos en 2007 y 2009 respectivamente, es decir no solo le dejamos que exploten nuestros recursos gratis sino que también les pagamos para que lo hagan.

No de casualidad el gobierno requiere 563 billones de pesos para implementar su PND, asi como tampoco es coincidencia que el total de títulos mineros para abril del 2012 sea de 4´592.552 Ha (4.02% del territorio), y para este mismo año el área con contrato de exploración y producción petrolera es de 2´009.848 Ha (1,76% del territorio). El país se consolida como productor de recursos minero-energéticos para beneficio de las transnacionales y en detrimento del interés general del pueblo en términos ambientales, sociales, económicos, políticos y culturales.

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