Título: ¿Culpable o Inocente?
Sofia GuaillaguamanApuntes23 de Noviembre de 2021
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Colegio Particular Jim Irwin
Lengua y Literatura
Lcda. Katherine Naula.
¿A quién pertenecen los zapatos y como han llegado hasta allí?
- Le pertenecen a Luis, llegaron ahí debido a que le querían jugar una broma pesada
- Le pertenecen a Miguel Ángel compañero de cuarto, llegaron ahí debido a que quería inculpar a José sobre el asesinato que había cometido.
- Le pertenecen a Patricia, llegaron por que se olvidó en el cuarto de Sofía
- Le pertenecen a Emiliano, llegaron ahí porque un duende lo dejo en el cuarto de su papa.
¿Quién es el protagonista?
- El protagonista de la historia es José, vive en Buenos Aires- Argentina, pero es de origen europeo específicamente de Madrid. Tiene 22 años y está estudiando la carrera de medicina, vive en un departamento con su compañero de cuarto llamado Miguel Ángel el cual es de origen francés, tiene 24 años y estudia arquitectura.
Título: ¿Culpable o Inocente?
En una mañana calurosa de julio, al despertar para irme a la universidad me encontré con unos zapatos rojos debajo de mi cama, me pareció extraño y anormal porque detesto el color rojo y es imposible que tenga unos pares de dicho color, pero al estar apurado no le preste mucha atención y me dirigí a la cocina donde no entontare a mi compañero de cuarto, Miguel Ángel, tome un jugo embazado, unas galletas de chocolate y salí corriendo a tomar el transporte público a tiempo y llegar al tiempo.
Pasaron las horas dentro de la universidad y en la catedra de medicina aún más, al encontrarme en el cuarto semestre de la carrera las materias aumentaron y el cansancio se empiezo a notar en mi cara por medio de mis terribles ojeras, el día trascurría con normalidad ya había recibido las primeras clases, ya había ido por el delicioso café colombiano de doña Marta en la cafetería, ya me había sentado en la biblioteca a estudiar, ya estaba llegando a casa cuando lo peor ocurrió. Afuera del edificio donde viva se encontraba un tumulto de gente y al acercarme quede atónito ante tal atrocidad, mi compañero de cuarto había saltado desde el piso 45 y falleció, me quede sin aire, no sabía qué hacer ni a donde moverme, mi habitación era escena del crimen ya que se lanzó desde mi ventana, estaba destrozado, y por si las cosas no se podían poner peor tras unos días después del suceso de abrió una investigación en mi contra por que habían encontrado los dichosos zapatos rojos, de los cuales desconocía su procedencia y al haberlos agarrado tenían mis huellas dactilares, era un sospechoso ya que esos zapatos le pertenecían a Linda, exnovia de mi compañero de cuarto, la que había sido hallada muerta en un parque cerca de nuestro edificio. Mi vida trascurría en milisegundos, no tenía control sobre ella yo desconocía todo lo que estaba pasando, llame a mis padres en Madrid y ellos enviaron un abogado que se encargó de mi caso.
Así trascurrieron exactamente un largo tiempo, para ser exactos seis meses en los que me destruí, me reconstruí y al final me terminé perdiendo aún más, simplemente no entendía el motivo de las cosas, confiaba plenamente en mi inocencia yo no tenía nada que ver con los asesinatos. Mi martirio todos los días era despertar, saber que seguía consiente, toda mi vida y lo que conocía se vino abajo, no tenía ganas de levantarme ni de comer, enferme mucho y me llevaron al hospital donde por la terrible anemia que padecía tuvieron que colocarme mucha medicación y suplementes.
Pero, ¿cuál es el final de esta historia? A los 10 meses de los acontecimientos dictaron mi inocencia, los zapatos rojos eran una gran pista que fue contaminada al sr dejada en mi cuarto por Miguel Ángel con el propósito de inculparme en el feminicidio que él había cometido, los acontecimientos se dieron de manera tan descontrolada y violenta que no sería prudente contarlo, pero aun en mis desvelos no logro comprender como pude convivir tanto tiempo con una persona tan perversa y misógina. Linda fue asesinada, Miguel Ángel no pudo con la culpa y corrió con la misma suerte y ¿yo? Yo sigo perdido en la anemona de mis pensamientos.
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