UN POLICIA EN NAVIDAD

UN POLICIA EN NAVIDAD HISTORIA REAL

Érase una vez, una fría noche que tenía un cielo brillante, las estrellas habían salido en alegres grupos para iluminarlo y advertir que era la víspera de la Navidad.

Esa noche fría de diciembre en los pueblos del sur (Canaguá), los grupos rurales de la Policía del Estado Mérida acantonados en el Municipio Arzobispo Chacón salieron a realizar su patrullaje en la unidad P-297 integrada por ocho efectivos policiales al mando del Sargento Mayor Jesús Meza, el cielo iluminado se destacaba entre las montañas como salvaguardando la noche, el primer llamado por radio de comunicación de esa Noche Buena, simplemente hizo que todos se miraran:

Atentos grupos rurales,- dijo la metálica voz de la operadora, voz que encerraban detrás a un compañero que había compartido con ellos tantas noches de tensión, sueño, aburrimiento y fatiga. - Trasladasen a la calle principal de la Avenida Bolívar y verifiquen un niño en situación de peligro, lanzándosele a los vehículos.

-Recibido fue la breve respuesta, producto de la tensión.El conductor de esta unidad patrullera pisó a fondo el acelerador, dirigiéndose prestos al lugar de la incidencia. Las estroboscópicas luces azules y el estridente sonido de la sirena fue su única compañía durante el corto y rápido trayecto hasta la dirección indicada.

Todos se bajaron de la patrulla con la preocupación pintada en el rostro, no era normal que un niño de tan solo siete años se le lanzara a los vehículos, los cansados ojos del Sargento fueron los primeros que vislumbraron a la criatura en medio de la calle.

-Hola pequeño! Que haces tú tan solo en estas calles? Preguntó cariñosamente el Sargento.- Respondió sollozando el niño:- Estoy viendo las estrellas y pidiendo al Niño Jesús un carrito de control para jugar y comida para mi familia.

Estas palabras del niño, tocaron el corazón de los agentes policiales, quienes se miraron con gran tristeza.

Sin embargo, el Sargento sigue preguntando para poder ayudar al pequeño niño: -¿Cómo te llamas,dónde vives? – El infante respondió:- Andrés y vivo en una aldea lejana al pueblo, mi mamá dice que cuando vea un policía le pida ayuda que ustedes pueden solucionar todo.

Los componentes de los comando rurales se miraron. Había que ubicar la casa de este niño y llevarlo.

-Pequeño, primero tenemos que llevarte a tu casa y hablar con tu madre y luego solucionaremos tus problemas. El niño con los ojos arrasados en lágrimas y no comprendiendo por que perdían el tiempo en hablar con su mamá, les acompañó hasta la puerta de su casa. Al abrirse la puerta de su humilde casa, una mujer de mediana edad, les miro asustada.

-Señora, Buenas Noches –dijo el sargento.- ¿Es este su hijo? La mujer entre compungida y avergonzada tomo de la mano al niño y sin lograr que las palabras le salieran de una forma tranquila y confiada, expresó a los policías- lo siento señores agentes no sé cómo pedirles disculpas, es que mi hijo salió a buscar al Niño Jesús y ya le he explicado que él no llega y por lo tanto se escapó de la casa.Una sonrisa de comprensión se dibujó en el rostro hasta ahora tenso, de los agentes.

- No se preocupe señora lo entendemos, no hace falta que se disculpe.

- Por Dios, qué vergüenza! Ni siquiera me di cuenta en que momento salió de la casa…

- Que no se preocupe señora, no ha sido molestia ninguna, dice el sargento.

- Pero… con las cosas tan importantes que ustedes tienen que hacer…Por favor… no sé,de verdad como pedirles disculpas.

- No hay nada que disculpar señora –dijo el sargento nuevamente. – Ahí está su niño, salvo ….Feliz Navidad.

Cuando los agentes salieron al exterior, se miraron y sonrieron. Esa sonrisa no desapareció cuando el sargento, ya en el interior de la patrulla

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