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UNIDAD 1-. INTRODUCION ALA TEORIA DEL DISEÑO

karlamorados7 de Mayo de 2014

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UNIDAD 1. INTRODUCCION A LA TEORIA DEL DISEÑO INDUSTRIAL.

1.1 HISTORIA DISEÑO INDUSTRIAL

El Diseño industrial es una rama del diseño que busca crear o modificar objetos o ideas para hacerlos útiles, prácticos o simplemente bellos con la intención de cubrir necesidades del ser humano, adaptando los objetos e ideas no solo en su forma sino también las funciones de éste, su concepto, su contexto y su escala, buscando lograr un producto final innovador.

El diseño industrial sintetiza conocimientos, métodos, técnicas, creatividad y tiene como meta la concepción de objetos de producción industrial, atendiendo a sus funciones, sus cualidades estructurales, formales y estético-simbólicas, así como todos los valores y aspectos que hacen a su producción, comercialización y utilización, teniendo al ser humano como usuario. Es una actividad creativa, que establece las cualidades polifacéticas de objetos, de procesos, de servicios y de sus sistemas en ciclos vitales enteros. Por lo tanto, el diseño es el factor central de la humanización innovadora de tecnologías y el factor crucial del intercambio económico y cultural.

El diseñador industrial desarrolla diversos objetos tales como joyería, indumentaria, juguetes, muebles, luminarias, vehículos, accesorios de cómputo y sanitarios etc.

HISTORIA:

La concepción de la forma de los objetos y la determinación de sus atributos, es una actividad realizada por el hombre desde los orígenes de la especie humana. Estos objetos han tenido siempre como intención ser extensiones de nuestros cuerpos y nuestras mentes. Un ejemplo común es el del desarrollo de la silla, pues anterior a ésta se encuentra la roca, el tronco o un montículo, pero ahora el derivado es una silla, y más aún, una silla ergonómica. Y así, muchos objetos se han desarrollado dependiendo en gran parte de su función. Hasta el siglo XIX las labores de configuración (diseño) y construcción de los objetos estuvieron a cargo de la misma persona: el hombre.

Los orígenes del producto conformado con una finalidad determinada se pueden remontar a la antigüedad. Leonardo da Vinci está considerado como el representante más destacado del diseño en el Renacimiento en virtud de la significación y la inventiva de su obra.

La revolución industrial comenzó a gestarse en Inglaterra a mediados del siglo XVIII y con la introducción sistemática de la máquina en el proceso de producción, comienza la mecanización del trabajo, en reemplazo del trabajo manual. Este nuevo sistema de producción separó las tareas de concepción de las de construcción. En un principio los creadores fueron artistas y artesanos con inventiva que tuvieron éxito debido a las favorables circunstancias económicas del momento y al uso de la máquina de vapor y electricidad.

Durante la primera mitad del siglo XIX los objetos fabricados por el nuevo sistema de producción no se caracterizaban precisamente por la calidad del diseño, lo que provocó cuestionamientos y críticas que hicieron eclosión con motivo de la Gran Exposición Internacional de 1851 en Londres. Allí se expusieron los avances de la tecnología de la época y todo lo que la técnica permitía producir, desde locomotoras y telares mecánicos hasta objetos de la vida cotidiana. La calidad de los objetos expuestos, que imitaban el aspecto de los hechos a mano, en general era mala. La producción industrial sacrificaba calidad y terminación por cantidad.

En el contexto de la crítica a la producción industrial, Henry Cole, un especialista en artes decorativas inició un movimiento para conciliar arte con industria. Editó una revista mensual llamada Journal of Design and Manufacturers que fue la primera publicación sobre diseño aplicado a la industria.

Aquel momento estuvo marcado por nuevos materiales y tecnologías: el hierro fundido, el acero y el hormigón no se elaboraban ya en pequeñas empresas o en talleres. Las industrias dotadas de maquinaria se desprendieron de las formas de producción usadas hasta la fecha. Los telares automáticos, las máquinas de vapor, la carpintería a gran escala y la construcción prefabricada cambiaron las condiciones de vida y de trabajo de forma decisiva.

El cuestionamiento de la producción industrial fue seguido por otras personalidades como John Ruskin y William Morris, ambos, inspiradores del movimiento Arts and Crafts.

El movimiento Arts and Crafts, planteó un retorno a la producción artesanal y al espíritu medieval como alternativa válida para recuperar el equilibrio entre artes y oficios. El movimiento intentó resucitar la artesanía y el diseño en la Inglaterra victoriana. Se caracterizó por materializar la unidad de la forma, la función y la decoración, un equilibrio que había sido roto como consecuencia del nuevo sistema de fabricación industrial. Al principio rechazó el uso de la máquina, y las formas tendieron a ser rústicas, simples y elegantes, en general sin ornamentación. La forma no ocultaba su función y en cambio evidenciaba su construcción, dejando a la vista clavos y clavijas formando diseños en las superficies de los muebles.

La segunda generación de diseñadores del movimiento fue más superadora y aceptó plenamente la ayuda de la máquina. Si bien el Arts and Crafts logró revivir la artesanía, no pudo hacer lo mismo con el diseño aplicado a la industria, aunque el movimiento fue un paso significativo hacia la abstracción de la forma y el funcionalismo en el diseño industrial. Este movimiento que se enfrentó principalmente contra la estética de la máquina fracasó arrastrado por el tormentoso desarrollo industrial de la segunda mitad del siglo XIX.

Un ejemplo típico de esta fase temprana del diseño fue la máquina de coser "Singer", de la cual se habían producido ya en 1879 más de 400.000 unidades.

Por esta época surgieron primero en Alemania y luego en Austria las sillas de madera curvada de los hermanos Thonet. El procedimiento de curvar madera calentada en vapor de agua, patentado en Viena, fue la base para un éxito a nivel mundial. Estas sillas fueron presentadas ya en la exposición universal de Londres de 1851. Los principios de estandarización (se usaban sólo unas pocas piezas idénticas), y de la producción en masa condicionaron el uso de un lenguaje de formas reducido. En las sillas de los Thonet, se manifestó también una idea directriz esencial del diseño, -un gran número de unidades con una estética reducida-, que se impuso hasta los años setenta de este siglo. De la silla "nº 14" se habían fabricado en 1930 cincuenta millones de unidades y todavía se fabrica en la actualidad.

A finales del siglo XIX, se perfilaron en Europa nuevos movimientos, el Art Nouveau en Francia, el Jugendstil en Alemania, elModern Style en Inglaterra, el Modernismo en España o la Sezessionsstil en Austria. Todos ellos comparten un sentimiento artístico de la vida que se reflejaba sobre todo en la fabricación de elementos de uso cotidiano.

El paladín de este movimiento, el belga Henry van de Velde, diseñó muebles, aparatos y espacios interiores. Las ideas de reforma social, tal como las había formulado William Morris se habían olvidado. El único elemento todavía en común lo constituía el renacimiento del artesanado artístico. Por el contrario, para Van de Velde primaba la conciencia de élite y el individualismo, una combinación que volvemos a encontrar a principios de los años ochenta en el movimiento Memphis y en el Nuevo Diseño.

Silla. Henry van de Velde.

Silla. Henry van de Velde.

En Austria, Josef Hoffmann, Josef Olbrich y Otto Wagner se asociaron en la Wiener Sezession y crearon una agrupación de artistas en cuyos trabajos dominaba un lenguaje de formas reducido y el uso de ornamentos geométricos. En los entonces recién establecidos Wiener Werkstátten (Laboratorio

Vienes) se diseñaron muebles concebidos para la alta burguesía.

En 1907, se funda en Munich la Deutsche Werkbund. Era una asociación de artistas, artesanos-industriales y publicistas cuya meta era mejorar el trabajo profesional mediante la educación y la propaganda a través de la acción conjunta del arte, la industria y la artesanía. En la Werkbund se manifestaron las dos corrientes dominantes de aquel tiempo: la estandarización industrial y tipificación de los productos por un lado, y por otro el despliegue de la individualidad artística (como Van de Velde). Ambas representan en esencia las dos direcciones decisivas de la creación artística en el siglo XX.

En Escocia nació un grupo en torno a Charles Rennie Mackintosh que representaba un movimiento contrario al Jugendstil. Sus formas puristas procedían, por una parte, de la tradición de los muebles escoceses de la Edad

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