Un Rojo Corazón Para Alguien Especial.

“Un rojo corazón para alguien especial."

Vamos, hazlo. Entierra lentamente el cuchillo en tu pecho, siente su filo rebanar tu carne. Después de todo, ella no te lo pidió.

Introduce tus fríos dedos en la llaga lineal que acaba de nacer en tu pecho, atravesando cada capa de carne que se interponga en su camino, ella no te lo pidió.

Desgarra carne y piel, deja expuesta tu estructura ósea a cualquier larva y parasito en el ambiente, déjalos alimentarse de tu ser, pero recuerda, ella no te lo pidió.

Siente el cosquilleo que produce la carrera de la sangre que escurre por ambos lados de tu torso. Caen de los trozos de carne cercenados como las lágrimas de la mujer más pura que haya pisado la tierra, pero, ella no te lo pidió.

Engancha tus dedos entre tus costillas y tira, tira con todas tus fuerzas hasta que se rompan, y cuando se hayan roto, cuando hayas escuchado el estruendo provocado por la ruptura de tus costillas, cuando las filosas astillas de hueso que salieron disparadas por la fuerza que aplicaste queden enterradas en tus órganos vitales, que nunca se te olvide, ella no te lo pidió.

Aunque te cueste, no te desvanezcas, lo estás haciendo por ella, aunque ella no te lo pidió.

Introduce tu mano en el húmedo y cálido ecosistema formado en el interior de tu pecho y delicadamente, desconecta el corazón de las venas, sin alterar la forma de tu corazón. Ponlo en un hermoso plato de porcelana, después de todo, ella lo merece. Quédate parado a un lado de ella hasta que termine de devorar tu corazón lentamente. Escucha el sonido que provocan el tenedor y el cuchillo de plata al chocar contra el plato de porcelana. Disfruta el momento, disfruta la sensación, disfruta el placer que te provoca verla alimentarse de tu esencia. No hagas ni un solo sonido, no la interrumpas, después de todo, tu le ofreciste tu corazón, ella decidía que hacer con él, ella no te lo pidió.

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