Un gran Concurso Mercantil.

Vivimos en un mundo dinámico, cada día vemos nuevos negocios nacer, algunos otros luchando ganarse una posición en el mercado, y otros tantos no logran sobrevivir y terminan cerrando sus puertas. El proceso de crecimiento en cualquier organización requiere tiempo y recursos, en este desarrollo pueden existir muchos sucesos y hemos visto a lo largo del tiempo como organizaciones que parecen sólidas y estables, terminan por agotar recursos para mantenerse a flote y poder continuar con sus actividades. Dentro de la ley, existen regulaciones para proteger tanto a empresas, acreedores, empleados, y demás personas inmiscuidas en el ambiente de los negocios. Y es justamente en este panorama donde nos encontramos la figura del concurso mercantil, el cual es un recurso utilizado por las empresas antes de declararse en quiebra, el cual puede resultar o no exitoso, tal como lo hemos visto en organizaciones de gran nombre en nuestro país como Mexicana de Aviación o Casas Geo.

Precisiones conceptuales

Para entender el concurso mercantil, es necesario que precisemos algunos puntos dentro del concepto en sí. El proceso mediante el cual los acreedores de la organización o comercio acuden a compadecer para reclamar sus derechos recibe el nombre de concurso, puede en algunas fuentes también referirse a este procedimiento como concurso de acreedores. Además, recibe el nombre de mercantil porque se aplica solamente a los comerciantes, ya sean personas físicas o personas morales (Odriozola, 2011). El concurso mercantil se utiliza para poder estabilizar cualquier organización en tiempos de crisis financieras. El Economista nos indica que este proceso “es una figura jurídica a la que pueden acceder las empresas que tengan vencidas más del 35% de sus obligaciones, o que no tengan activos para cubrir el 80% de sus obligaciones vencidas, para afrontar situaciones de crisis” (2010). Dicho de otra manera, el concurso mercantil permite a las empresas hacer un pacto para realizar una reestructuración financiera de su deuda.

El concurso mercantil busca dentro de su naturaleza la preservación de las organizaciones y empresas en México, así como la protección a los acreedores y la estructura de deuda que tienen las mismas organizaciones. Cuando una empresa entra en un periodo de crisis, muchos aspectos están a la expectativa; sin embargo, la mejor solución para estas situaciones es que la organización pueda resolver sus problemas y conservar los empleos y derrama económica que deriva de su actividad. Pero muchas veces la recuperación no aparece en el panorama, en este caso el proceso de concurso mercantil ayuda tanto a la organización, como a otras personas y entidades involucradas con ella, a que deje de operar “de tal forma que ocasione los mínimos daños a terceros, ya sean empleados, proveedores o clientes y se liquide pagando a sus acreedores” (Odriozola, 2011).

Antes de avanzar más allá en el concepto, procesos y partes. Es necesario precisar algunos conceptos. El concurso mercantil tiene dos etapas que se presentan de manera subsecuente una de otra, la conciliación y la quiebra. El propósito de la conciliación es que el comerciante llegue a un acuerdo con sus acreedores, el propósito de la quiebra es la venta de la empresa para el pago a los acreedores del comerciante. También es importante conocer las partes que intervienen en este proceso; primeramente tenemos a los acreedores reconocidos, o acreedores, que adquieren dicho título por su naturaleza en los títulos crediticios; por el otro lado, tenemos a los comerciantes, en este caso pueden ser una persona física o moral que adquiera este carácter de acuerdo a lo estipulado en el Código de Comercio. Finalmente, tenemos a la figura que decide y dicta una sentencia en el concurso mercantil, se trata de un juez. Él es encargado de regular este proceso y está facultado para hacer cumplir los supuestos establecidos en la Ley de Concursos Mercantiles, la cual regula todos los aspectos de esta figura jurídica.

Supuestos del concurso mercantil

Cualquier proceso de concurso mercantil tiene como finalidad el pago de las obligaciones del comerciante hacia sus acreedores. Por tal motivo, se va a declarar en concurso mercantil a aquel comerciante que incumpla en el pago de sus obligaciones de manera generalizada.

El tema del concurso mercantil es una situación delicada, ya que es el último recurso que la empresa puede utilizar justo antes de declarar su situación en quiebra. Por esta razón debemos tener bien en claro cuando debemos acudir y hacer uso de este recurso. En el 2014, José Roberto Arteaga nos enlista algunas situaciones clave en las que se debe acudir al concurso mercantil:

• Una mala administración y un ambiente inestable en las condiciones macroeconómicas pueden hacer que la empresa caiga en el incumplimiento de sus obligaciones con dos o más de sus acreedores.

• El incumplimiento en el pago de su deuda cuando ésta equivale a la tercera parte de sus pasivos.

• Si la expectativa en la recepción de los pagos en efectivo no puede cubrir al menos el 80% de la deuda vencida de la empresa.

Cabe resaltar el último punto de los pagos en efectivo. Dentro de esta clasificación también pueden englobarse todos los activos del comerciante como:

1. Efectivo en la caja y depósitos a la vista.

2. Depósitos e inversiones que no tengan vencimiento 90 días después de admitida la demanda.

3. Cuentas por cobrar que no tengan vencimiento 90 días después de admitida la demanda.

4. Títulos valores que se puedan vender 30 días hábiles bancarios después de conocida la demanda de concurso mercantil.

Vale la pena ahora, regresar a un concepto que mencionamos, se trata del incumplimiento generalizado de pagos. Existen varias situaciones en las que un comerciante puede caer en este status. La Ley de Concursos Mercantiles, en su reforma del año 2000, nos enlista estos casos:

I. Inexistencia o insuficiencia de bienes en qué trabar ejecución al practicarse un embargo por el incumplimiento de una obligación o al pretender ejecutar una sentencia en su contra con autoridad de cosa juzgada;

II. Incumplimiento en el pago de obligaciones a dos o más acreedores distintos;

III. Ocultación o ausencia, sin dejar al frente de la administración u operación de su empresa a alguien que pueda cumplir con sus obligaciones;

IV. En iguales circunstancias que en el caso anterior, el cierre de los locales de su empresa;

V. Acudir

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