Una Educación Que Necesita Maestros Con Liderazgo

UNA EDUCACIÓN QUE NECESITA MAESTROS CON LIDERAZGO

Sin lugar a dudas en la actualidad, son muchos los problemas que enmarcan la educación, desde la infraestructura, la calidad , las garantías laborales dignas para los maestros, la perdida de la imagen autoridad de los adultos; desencadenando la violencia juvenil, el pandillismo, la drogadicción, la promiscuidad y la pérdida de identidad en los jóvenes.

Uno a uno estos problemas que aquejan a la educación, al parecer se han tornado invisibles, por indiferencia quizás, porque se ha convertido en un problema social, que como muchos, se encuentra a la espera de solucionar.

La perdida de la imagen de autoridad de los adultos, es quizás el problema que más aqueja la educación. El irrespeto desafortunadamente esta hoy presente en el aula, como una forma de ser famoso, osado, popular, tener la admiración de los compañeros. Ese es el significado, que hoy en día se le da al liderazgo.

Ese papel se le robo al maestro, y de paso a los padres de familia; se ha cedido a los jóvenes, por falta de autoridad, debido a la falsa idea que aqueja la sociedad, que propone el libre desarrollo de la personalidad, como resultado de no tener claro el concepto de libertad, por evadir la difícil tarea de disciplinar, y escoger el camino más fácil, renunciar antes de dar la pelea.

La solución comienza con una tarea; romper la gran muralla de hierro impenetrable, en la que nuestros jóvenes viven escondidos; quizás para que los adultos no podamos penetrar en su mundo. ¿Cómo se rompe?, muchos adultos lo saben, pero no corren el riesgo, porque implica más trabajo, implica correr la milla extra, y eso desgasta profundamente, y si no se obtienen prontos resultados, se abandona fácilmente la carrera, volviendo al estado inicial, la resignación, el dejarlos ser libres.

El ejemplo, es sin lugar a duda, la clave decisiva para ganarse el respeto de los jóvenes, sea en el hogar o en el aula, nadie puede exigir aquello que no da, si se da una orden, el adulto debe ser el primero en cumplirla, de lo contrario no hay autoridad.

Por otro lado está la firmeza, no temer disciplinar dentro de unos parámetros lógicos, sin excederse al irrespeto contrario, del adulto al joven, pero de algún modo hay que hacerles sentir a los jóvenes, que los malos actos producen consecuencias, con las que hay que lidiar. Este es uno de los puntos que mas es quebrantado, en el hogar y en el aula, porque se necesita de un apoyo mutuo, un trabajo en conjunto para establecer parámetros disciplinarios, que están presentes como norma y ausentes en la realidad.

Finalmente la crisis actual de la educación, es una crisis de índole espiritual, la pérdida de valores de la sociedad, ha venido creciendo irremediablemente, con roles en el hogar no muy bien definidos, con el abandono que experimentan los jóvenes.

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