Una Situación de la fuerza laboral en México y América Latina a principios del siglo XXI.
Amairani38Resumen27 de Noviembre de 2017
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Ensayo sobre: Situación de la fuerza laboral en México y América Latina a principios del siglo XXI.
Fecha y lugar: Hermosillo, Sonora a 20 de septiembre de 2017
La reorientación de los modelos de desarrollo y la reestructuración de las actividades productivas que ha tenido lugar en América Latina en las últimas décadas ha dejado una huella apreciable en nuestros mercados de trabajo. Muchos estudios han documentado el deterioro vigente y han surgido o se han retomado bajo una nueva mirada diferentes perspectivas teóricas para buscar profundizar en lo que se argumenta es una nueva situación laboral.
Es interesante profundizar en el enfoque de la exclusión, entendida como el resultado de un quebrantamiento gradual de los vínculos que unen al individuo con la sociedad. Así, el notorio crecimiento del desempleo y la precarización de los ocupados se concibe no sólo como una cuestión económica, sino en tanto ruptura de la solidaridad social o de los derechos adquiridos. Muchos se preguntan si la perspectiva europea de la exclusión puede ser útil en contextos como los nuestros donde nunca se ha conocido la plena integración social. Se trata de un asunto bastante controversial, y buscamos clarificar las posiciones en contra y en favor. En contra se argumenta que este término de exclusión no añade mucho a los desarrollos ya conocidos sobre marginalidad económica en América Latina de décadas atrás.
En favor se indica que el concepto permite dar cuenta de la naturaleza del excedente laboral creciente, el cual se hace cada vez más innecesario. En esta última posición no se retoma el significado de exclusión como un cambio en la situación de los que antes estaban incluidos, sino que se entiende exclusión como sinónimo de superfluo, sin una función que cumplir. Más allá de las bondades o de las distintas maneras de comprender la perspectiva de la exclusión, algunos especialistas consideran que es necesario ir más allá de definir grupos aislados de incluidos y excluidos. Hacen más bien hincapié en las etapas y en el dinamismo que hoy caracteriza a las desigualdades sociales y laborales en nuestra región. De esta manera surge el enfoque de la vulnerabilidad, concebida como un riesgo frente al desempleo, la precariedad y la desprotección social.
Un ángulo muy interesante planteado por algunos seguidores de esta perspectiva es que la condición de vulnerable puede estar dada tanto por aspectos estructurales como por la fragilidad o capacidad de resistencia a nivel individual o familiar. De esta suerte, se toma explícitamente en cuenta la importancia de sentimientos como la indefensión por el repliegue del Estado o por la primacía de los valores individuales.
¿Cómo articular los desarrollos anteriores con la estrategia de trabajo decente impulsada por la Organización Internacional del Trabajo? Nos importó señalar que dicha estrategia recoge algunas de las ideas centrales que se han indicado, pero que también introduce nuevos ángulos de reflexión. Parte de la necesidad cada vez más urgente de garantizar empleos e ingresos adecuados, pero también integra una dimensión de promoción de derechos laborales, de seguridad y de diálogo social. Esta perspectiva ha permitido a la OIT reafirmar su interés en todos los trabajadores (asalariados y no asalariados, formales e informales), y además retomar su apoyo histórico a las organizaciones sindicales y otros tipos de asociaciones, en un contexto de búsqueda de colaboración con los empleadores y el Estado.
Coincidimos que gran parte de lo que sucede en el mercado de trabajo en la actualidad se puede resumir en una falta de seguridad en lo que respecta a suficientes oportunidades de trabajo, esquemas de protección contra el despido arbitrario, la inestabilidad, los accidentes y las enfermedades, opciones de desarrollo profesional, flujo adecuado de ingresos y existencia de representación. En lo que toca al desempleo se enfatizan los altos niveles que se han alcanzado en los últimos lustros y la posibilidad de que este fenómeno sea estructural o de más larga duración en la actualidad. Sobre el trabajo no asalariado, se subraya en el momento presente el afianzamiento del autoempleo más ligado a la pobreza o la exclusión. Por otra parte, sigue sorprendiendo la permanencia de remuneraciones muy reducidas para la gran mayoría de los trabajadores, así como la escasa recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo. Se observa además que las entradas y salidas del mercado de trabajo ocurren de manera más frecuente, así como los cambios entre la condición de empleado y la de desempleado, entre la de asalariado y no asalariado.
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