Valor Y Sentido

INTRODUCCIÓN

En la actualidad, es común escuchar que la falta de valores hace que la violencia y demás problemas sociales en nuestro país aumenten cada día más.

Somos testigos incluso de campañas publicitarias en pro de los valores, se habla a diestra y siniestra de ellos sin mayor empacho. Sin embargo su uso se ha relegado a una simple forma de lenguaje, puesto que raramente despiertan en las personas un profundo ejercicio de reflexión.

Estamos viviendo en un mundo donde las virtudes del hombre se están olvidando y valores fundamentales como el de la vida, el respeto, la tolerancia y la empatía se están perdiendo.

Ante esta situación la labor docente supone un gran reto, puesto que se debe pretender contribuir al proceso de desarrollo ético y moral de los alumnos “estimulando el examen crítico de los principios y valores en la organización social y la manera en que se asumen en la actuación cotidiana” (SEP, 2011, p.16)

Para poder atender dicha situación es importante esclarecer algunas ideas, por ejemplo, ¿Qué son los valores? ¿Qué es lo que constituye un valor? ¿Cuáles son los valores que deben prevalecer en la actual sociedad? ¿Qué podemos hacer los profesores ante tal situación?

En las páginas siguientes trataré de aclarar estas dudas.

DIFERENCIA ENTRE VALOR Y SENTIDO

Desde una perspectiva aristotélica, la creación de un concepto, “parte del encuentro con lo real, tiene como fin, hacer objetivo algo que es en principio subjetivo, singular y concreto” (Vargas, 2006, p.2), para que de este modo se vuelva comunicable. En cierto modo se le despoja de su realidad, pero se podrá hablar de ello de manera objetiva.

Podemos por ejemplo hablar de un árbol, cuyo concepto es abstracto y objetivo, pues no hablamos de un objeto tangible o real, sino que utilizamos el término para englobar ciertas características.

Según Aristóteles a este concepto objetivo se le puede denominar esencia, pero para nosotros, las cosas no son solo una realidad objetiva sino que además tienen sentido (cosa-sentido).

Esto quiere decir que somos los seres humanos quienes atribuimos sentido a la esencia de las cosas. Siguiendo con el ejemplo del árbol, podemos darnos cuenta de que su esencia reside en que es un ser vivo que crece sobre la tierra y que está dividido en raíces, tronco y copa.

Dicho de este modo no tiene alguna utilidad o sentido, sin embargo como menciona Vargas (2006), el ser humano nunca tiende a quedarse sólo con eso, sino que siempre está en la constante búsqueda de la apropiación de los objetos, lo que lo ha llevado a encontrar utilidad en las cosas. Por lo que un sentido para el árbol podría ser que da sombra.

Aunque cabe aclarar que el sentido no es inherente solo del árbol, sino que ese sentido podemos atribuirlo a algún otro objeto.

Por lo tanto, puedo afirmar al igual que Vargas (2006), que el sentido solo se refiere a cosas con exclusividad.

Por otro lado, los valores pueden ser como una agregación sobre una esencia, son como una característica que le agregamos a las cosas. La utilidad que pueda dársele a cada cosa determina el valor que pueda tener, así que valor y utilidad irían de la mano.

Sin embargo, “no podemos afirmar que valor y utilidad sean lo mismo por la sencilla razón que podemos encontrar valor en objetos que son completamente inútiles como lo son un poema o una pintura” (Vargas, 2006, p. 3).

Por tal motivo, no podemos decir que el valor es esencial, ni tampoco que el valor es un agregado a la esencia general de las cosas, es decir, el valor no generaliza, sino que especifica y destaca.

Ejemplo de esto puede ser cuando hablamos de la belleza de una mujer, hay que tener en cuenta que no hablamos de la belleza como esencia de las mujeres, sino como esencia de tal o cual

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