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Versión Preliminar De La CURH:


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2011  •  2.149 Palabras (9 Páginas)  •  512 Visitas

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OJO: Esta es una traducción automática revisada de la versión original en inglés. Como es un texto sometido a discusión, se hará una versión definitiva una vez recogidos los comentarios y las sugestiones. No duden, al comentar el texto, en proponer mejoras lingüísticas.

Versión preliminar de la CURH:

Carta Universal de las Responsabilidades Humanas (CURH)

Preámbulo

Está extensamente convenido que el mundo enfrenta ahora crisis múltiples e inauditas, juntándose por primera vez en la historia de forma concentrada, lo que ahora amenaza la propia existencia de la vida en nuestro planeta. La degradación ecológica, el agotamiento de los recursos, las calamidades naturales, la pérdida de biodiversidad, la contaminación, el cambio de clima; la violaciones de los derechos humanos, los choques entre las religiones y los choques dentro de y entre los estados, la corrupción, las desigualdades crecientes y los niveles sumamente inaceptables de pobreza, desnutrición y muertes de inanición, todos alcanzando niveles máximos en el tiempo de nuestras vidas, ponen en entredicho la propia posibilidad que la civilización humana continúe en algo como la forma en que la conocemos.

Estos problemas, se reconoce ahora ampliamente, provienen del inmenso impacto de los seres humanos sobre sus vidas sociales, económicas, políticas y culturales respectivas, y sobre la biosfera que sostiene toda la vida en el planeta. La mundialización ha elevado la conciencia de la interdependencia entre individuos, sociedades y entre los humanos y la naturaleza. Pero al mismo tiempo, somos testigos de la desintegración de las comunidades, de los sistemas de conocimiento y las sabidurías tradicionales, la corrosión de las visiones del mundo morales, religiosas y culturales, y sus sistemas de ética acompañantes que en el pasado definían las relaciones entre humanos y nuestra relación con los ecosistemas, nuestra relación con la gestión de nuestros recursos colectivos y nuestras relaciones económicas. De hecho, para muchos, la mundialización no ha significado más que la substitución de comunidad genuina por la dependencia sobre el mercado, y el rechazo de sus aspiraciones democráticas y la búsqueda de autonomía y libertad genuinas.

Muchas de las instituciones sociales que han surgido del pasado –estados, instituciones democráticas, religiones, burocracias, sistemas institucionalizados de producción de conocimientos, negocios, el orden económico internacional y, sobre todo, nuestras instituciones educativas– no han sido capaces de encarar los desafíos del siglo XXI. De hecho en muchos casos, en realidad están contribuyendo al daño ambiental, al marginamiento de las minorías y de los pueblos indígenas y al daño ambiental que se está profundizando, al marginamiento de las minorías y las personas indígenas y al profundizamiento de las crisis económicas cíclicas y sus inmensas consecuencias sociales negativas. Igual de importante, no han estado a la altura de la tarea de desarrollar nuevas alternativas que sean apropiadas para la gestión de las crisis crecientes y no han demostrado una actitud responsable hacia el futuro, el futuro de nuestros hijas et hijos y el futuro de todas las especies que cohabitan con nosotros en este bello planeta, prefiriendo ganancias a corto plazo a una sustentabilidad a largo plazo. Se necesitan por consiguiente fortalecerlos y alertarlos al hecho que ellos, también, y no sólo los individuos, tienen responsabilidades por la calidad y la perpetuación de la vida en este planeta. Se necesita encontrar urgentemente un equilibrio entre las responsabilidades del individuo, por ejemplo hacia el consumo responsable y el uso personal de los recursos que promuevan la sustentabilidad, y las responsabilidades de los actores colectivos cuyo poder y cuyo alcance les dan inmensa influencia sobre las condiciones estructurales que idean la mayoría de nuestras vidas.

Ante estos desafíos inauditos, es evidente que a pesar de todas las buenas intenciones incluidas en la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos, algo sigue faltando. Pues aunque todas las personas tengan obligaciones iguales con respeto a sus derechos humanos, también se debe reconocer que sus responsabilidades son proporcionadas con sus derechos a la vida, la libertad, la seguridad, la libertad, el trabajo, la educación, la dignidad y una parte justa de los recursos de la Tierra, y requieren respeto absoluto de los derechos de otros.

La pregunta clave se vuelve entonces la identificación de estas responsabilidades y la mejora de la capacidad de ejercer estas responsabilidades y el deber de ser totalmente responsables de las consecuencias de sus acciones en todos los ámbitos del esfuerzo humano.

Reconociendo la necesidad de identificar estas responsabilidades básicas a través de un proceso colectivo y democrático, y buscando contextualizarlos en culturas, profesiones y otros campos de actividad específicos, ofrecemos más abajo una Carta Universal de Responsabilidades Humanas definiendo la posición ética básica de los seres humanos como individuos, y nuestras instituciones sociales, políticas y económicas al nivel colectivo los unos hacia los otros, nuestras sociedades, nuestros recursos compartidos colectivamente y el medio ambiente. Se propone que esto promueva la internalización de un sentido de la realidad de estas responsabilidades de manera que ellas inspiren nuevos comportamientos, actitudes y valores, nutran un nuevo sentido de la posibilidad de un futuro humano sustentable y promuevan relaciones nuevas y viables entre nosotros y con la Tierra.

La Carta básica está inspirada por diez principios enumerados más abajo para guiar el ejercicio de los derechos humanos y las responsabilidades humanas, y se prevé que la propia Carta como documento amplio y universal dará la base para muchas sub-cartas que apliquen los principios generales a cualquier situación, grupo social y campo de actividad específico. Está dirigida a todos los actores en el ámbito social que habitamos colectivamente: individuos, familias y comunidades locales; negocios, gobiernos y otras instituciones de gobernanza incluso internacionales, organizaciones de la sociedad civil, actores de movimiento sociales, comunidades de fe, sindicatos, medios de comunicación y grupos profesionales a niveles regionales, nacionales e internacionales.

Principios para guiar el ejercicio de las Responsabilidades Humanas

1- Somos todos responsables por asegurar que los Derechos Humanos se afirmen y protejan en nuestras acciones, actitudes, valores y maneras de pensar.

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