Victorianos.

{Uno}

-_____, no vas y punto. ¿Te mandas sola, acaso? –bufé y negué mirando a Brooklyn, mi hermano, buscando ayuda, pero el simplemente se encogió de hombros.

-Papá, ¿y si Brooklyn va conmigo?

-¡No! Yo no quiero ir. -miré mal a mi hermano y el rió.

-Bueno, de acuerdo. Pero entonces tampoco iré la próxima semana con mamá a Nueva York. –advertí, mi papá, David, con una pose autoritaria se paró frente a mí y cruzó sus brazos sobre su pecho.

-Escúchame bien señorita. Has todo el berrinche que quieras pero no vas con Barbara ni con ninguna otra amiga. Y acompañarás a tú mamá al viaje la próxima semana, ¿has entendido? –giré mis ojos y asentí, papá besó mi frente riendo a la vez.- excelente, ahora ve a cambiarte que nos vamos pronto. –accedí y subí a mi habitación para arreglarme.

De acuerdo, esto me superaba. Barbara Palvin, una de mis mejores amigas me había invitado a una sesión que tendría en Nueva York, teníamos planes para cuando su compromiso allí terminara, pero mis padres me habían prohibido ir. ¿Cuál era el problema? Eh viajado tanto que sé hacerlo, lo haría sola sin ningún problema. Pero para ellos el ser su hija no quiere decir que vaya a tener más beneficios que cualquier otra persona.

No, desde pequeños nos han enseñado a mis cuatro hermanos y a mí, que el que nuestros padres sean conocidos, nos hacía diferentes. Si, teníamos a la prensa sobre nosotros incluso desde antes de nacer, pero nos acostumbramos supongo que a una muy corta edad. Llevamos una vida normal, el hecho de ser hijos de Victoria y David Beckham no nos hace mejor o peor persona, más o menos importante. Ni mucho menos, más o menos que alguien.

Mucha gente nos hace ver como dioses, pero por favor, ni siquiera tomamos clases particulares como hijos de otros famosos, voy a una universidad de prestigio, si. Pero también tuve que hacer un examen de admisión, como cualquier otra persona. Mis hermanos, acuden a un buen colegio, si, pero es un colegio común. Maestros gruñones, y si, conviven con gente de nuestro nivel, clase económica. Pero de eso en fuera, somos personas comunes y corrientes.

¿Estrés? Algunas veces, quizá el hecho de que no podemos tener algo mucho tiempo en privado, no lo sé, tampoco es algo que me quite el sueño. Solté un suspiro entrando al closet de mi habitación… al menos debo admitir que si fuera otra mi familia, tal vez no tendría el closet del tamaño de una habitación enorme, un baño realmente lujoso y bastante relajante, inclusive un equipo de sonido había allí, pues a veces, pasaba horas en la tina con música de ambiente. La habitación, bueno, que decir de esta, ni siquiera podía describirla de tan… maravillosa que era. Simplemente Judie, nuestra decoradora es fantástica.

Me di una ducha rápida y salí con una bata cubriendo mi cuerpo, hasta la mitad de mi muslo. Caminé hacia el closet y abrí las dos puertas de par en par. Entré y entrecerrando mis ojos recorrí todo el closet, este constaba con cinco pasillos, en los cuales había de todo, desde accesorios hasta los mejores abrigos. Tomé mi ropa y luego de estar completamente seca me vestí. Tomé mi celular y bajé para esperar a mi familia. Até mi cabello en una coleta alta cuando iba hacia abajo. Cuando llegué al living, mamá sostenía a Harper mientras papá tomaba sus cosas. Salimos de casa y nos subimos a la camioneta de papá. En cuanto papá puso en marcha

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