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Viola Spolin


Enviado por   •  4 de Junio de 2014  •  Síntesis  •  594 Palabras (3 Páginas)  •  282 Visitas

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Viola Spolin)

El Foco o Punto de Concentración es central en nuestro método de trabajo. El Foco libera el poder grupal y el genio individual.

El Foco es la “pelota” con la cual todos juegan el mismo juego.

El Foco mantiene al estudiante enfocado en un solo punto, cambiante y en movimiento, (o sea los ojos en la “pelota”), dentro del problema de la actuación, lo cual desarrolla la capacidad de involucrarse con el problema y de relacionarse con los demás para resolver el mismo.

A su vez ofrece el control, la disciplina artística en improvisación, donde de otra forma la creatividad no canalizada se volvería destructiva en vez de fuerza estabilizante.

Actúa como catalizador entre jugador y jugador y entre jugador y problema.

Al tener todos los jugadores, el enfoque en un mismo punto en movimiento, a fin de resolver el problema, libera a cada uno para la acción espontánea y provee el vehículo para una experiencia orgánica más que cerebral. Hace posible la percepción más que la pre-concepción y actúa como trampolín hacia lo intuitivo.

Todos los jugadores, mientras trabajan individualmente en el foco, deben al mismo tiempo juntarse alrededor del objeto (la “pelota”) y jugar juntos e interrelacionadamente para resolver el problema.

Esta participación individual con el objeto hace posible la relación con los otros.

Si caemos en el error de hacer de nosotros mismos, o de algún otro jugador, el objeto del juego (la pelota), corremos el riesgo de comenzar a empujarnos unos a otros en el campo de juego (el escenario) y de exhibirnos en vez de jugar con la pelota.

El hecho de relacionarse, nos mantiene la individualidad intacta, pero hace posible que exista el espacio respiratorio ( la obra o el juego) entre todos. Nos previene de usarnos a nosotros mismos para nuestras necesidades subjetivas.

INVOLUCRÁNDONOS EN EL FOCO ABSORVEMOS NUESTRAS NECESIDADES SUBJETIVAS Y NOS SENTIMOS INVITADOS A RELACIONARNOS.

Con el tiempo, cuando el desapego artístico sea un hecho, podremos hacernos de objeto a nosotros mismos sin emplearlo equivocadamente.

El punto de concentración es el foco que blanquea la mente, lo conocido, limpia el pizarrón y nos conduce a lo intuitivo, atravesando las barreras que nos mantienen alejados de lo desconocido, de nosotros mismos y de los demás.

Con la singularidad del foco, la intención de todos estará puesta en observar la resolución del problema.

Para los jugadores involucrados, el espacio entre mirar y participar se cierra al mismo tiempo que la subjetividad da lugar a la comunicación y se vuelve

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