Y a todas estas ¿Dónde está la franja amarilla?

Y a todas estas ¿Dónde está la franja amarilla?

Por: John Stiven Avendaño Vargas 11°4

“Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, 
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, 
rejodidos” – Fragmento, Los Nadies, Eduardo Galeano (1940)

Como bien es sabido, la franja amarilla de la bandera colombiana representa las riquezas que tiene nuestro territorio, el autor usa este título para contrastar con la realidad que se vivía en 1996 – realidad que no ha tenido cambios muy significativos -, luego de la apertura económica de que promovió el ex-presidente César Gaviria en el año 1991 junto con la reforma constitucional, apertura para la cual no estábamos preparados, la clase trabajadora se vio realmente afectada por la oleada globalizadora, problema que no surgió por las personas del común, sino a causa de una clase dirigente arribista, derechista y casi paraca. Así que el tema central, es cómo a lo largo de los últimos dos siglos el problema principal de nuestra patria han sido sus dirigentes, y cómo a cualquier intento de realizar un cambio significativo acaba en un asesinato. Es triste, ya que en los últimos 28 días, han muerto 28 periodistas, y en los últimos 7 años de gobierno de Juan Manuel Santos han muerto más de 500 líderes políticos sin importar el partido político, desde la independencia, la democracia está prohibida en Colombia y el pueblo por su mentalidad conservadora, gracias al estado y la iglesia no dejará que esto cambie.

La tesis principal del ensayo surge a partir de la pregunta de una amiga, que el autor relata de la siguiente forma. "No entiendo -me decía-, con el país que ustedes tienen, con el talento de sus gentes, por qué se ve Colombia tan acorralada por la crisis social; por qué vive una situación de violencia creciente tan dramática, por qué hay allí tanta injusticia, tanta inequidad, tanta impunidad. ¿Cuál es la causa de todo eso?", el autor afirma que a pesar de las condiciones de desamparo, y de la pasmosa justicia, la gente no se queja a diferencia de otros pueblo como Francia, el francés sabe que el salario de los gobernantes sale de sus impuestos, y al haber negligencia de su parte es necesario luchar para cambiar las políticas que lo afectan.

William Ospina dice que el pueblo es un reflejo de sus dirigentes, piensa que el pueblo colombiano no tiene amor por lo suyo y los dirigentes tampoco. El problema principal desde mi punto de vista radica en que se trata de olvidar las costumbres,  tradiciones ancestrales que reemplazamos por cualquier moda española en tiempos de conquista y norteamericana como colonia no legítima de EEUU en la actualidad. El ensayo de William se puede sustentar por lo dicho anteriormente en “Las venas abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano, el siguiente axioma toma sentido, si hay ganadores entonces hay perdedores, por desgracia, los países manipulables del tercer mundo somos los perdedores, no solo económicamente, sino culturalmente, y mientras no haya un cambio radical –no como el partido de derecha del hombre sin tres dedos de frente- la situación seguirá de mal en peor.

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