Yo Soy Mi Arcana

Yo Soy mi Arcano

Al iniciar este camino de desarrollo personal en Syncronía, hace ya más de un año, no tenía mucha claridad de cual sería el alcance de esta experiencia. Quizás de una manera muy inocente, me disponía con mucho entusiasmo y curiosidad a adentrarme en este fascinante mundo del tarot intuyendo, eso sí, que esto me llevaría al encuentro con lo esotérico y el mundo espiritual, pero sin una clara conciencia del alcance que esto podría tener en mi vida.

Hoy siento que este ha sido un proceso muy gradual, y no exento de escollos, en el cual lentamente me he ido dando cuenta de que lejos de ser algo muy acotado, infinitas posibilidades se van abriendo y es inevitable hacerse preguntas que, como Jaime Hales bien lo ha expuesto en innumerables ocasiones, tienen que ver con el quién soy yo y cuál es mi misión en esta vida, para qué nací, cuáles son las herramientas que yo tengo para cumplir con esta misión. Todas estas preguntas apuntan a buscar la verdad esencial en la vida de todos nosotros ¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Para qué nací?. En mi caso y desde la reencarnación, estas preguntas me remiten no sólo a esta vida sino que a mis vidas anteriores, ampliando y complejizando de esta manera este camino emprendido hace ya un año en esta academia.

Todas estas preguntas necesariamente nos llevan a reflexionar y a realizar un trabajo de desarrollo personal que nos transforma profundamente si nosotros, por cierto, le permitimos al tarot transformarnos. Estoy segura que este proceso se produce cuando uno toma conciencia de que el tarot es principalmente un instrumento de desarrollo personal, un instrumento como podría haber otros; la astrología, el I-Ching, por mencionar algunos y no sólo un mero instrumento de “adivinación”. En este sentido y después de este año en syncronía creo haber comprendido que el tarot tiene un tremendo potencial como instrumento de desarrollo personal que en muchas ocasiones se pierde por el excesivo énfasis en su faceta predictiva. El desafío es, entonces, dejarse transformar por el tarot. Hacer un trabajo de desarrollo personal que si bien es cierto muchas veces nos saca de nuestra vida cómoda y nos hace cuestionarnos y entrar en crisis, también nos ofrece como recompensa la autorrealización y el crecimiento personal. El desafío está planteado.

Volviendo al tema del Arcano Personal, ahora más que nunca estoy convencida de que no da lo mismo transitar por esta vida a oscuras, ignorando cuál es el verdadero propósito de nuestra existencia. Bastante más útil es tener una clara conciencia de cuál es nuestra tarea y que herramientas podemos utilizar para cumplirla. En mi caso, realizar el ejercicio de decir “Yo Soy El Juicio”, ha sido una experiencia muy potente y transformadora, que me ha permitido replantearme y “empoderarme” de cualidades que antes no percibía. Yo no soy simplemente “Marcela Mateluna”, sino que soy “El Juicio” y esto significa que yo soy este arcano y no otro y que sus atributos son mis atributos. Al hacer este ejercicio, me siento más sólida y con mayor claridad acerca de mi posición en la vida. No por nada nuestro Arcano Personal ocupa la casa del Mago, del Yo Soy, que simboliza el proceso de individuación.

Usando las cartas del tarot y la información que nos proporciona el Arcano Personal podemos descubrir y adentrarnos en los aspectos menos conocidos de nuestra personalidad y de las personas relevantes en nuestra vida, ya que nos permite entender y conocer mejor a los seres humanos con los cuáles decidimos venir a cumplir nuestra misión. Qué importante es saber, por ejemplo, cómo son nuestros hijos, ya que esta información nos haría entenderlos mejor y podríamos orientarlos de mejor forma, entendiendo sus necesidades y su proceso de desarrollo. Al fin y al cabo ambos tenemos roles que cumplir; nosotros debemos orientarlos adecuadamente para que ellos puedan conectarse más tempranamente con su tarea y su misión en la vida.

Las cartas del tarot y el conocimiento del Arcano Personal nos permiten mejorar nuestras relaciones personales, en general, ya que nos proporcionan información valiosa que nos permite saber qué podemos esperar de nosotros y de las personas que nos rodean, cuáles son sus límites, qué dar y qué pedir, qué podemos esperar y qué no podemos esperar. Por ejemplo, es ilógico pedirle apego a alguien que este regido por la carta del Loco, ya que justamente una de sus tareas es vivir la libertad y cultivar el desapego, a menos que se encuentre viviendo sólo su Arcano Implícito, El Emperador. De todas maneras, pedirle apego a alguien que es El Loco es no entender para nada su tarea en la vida y, en consecuencia, es contribuir a que camine en la dirección opuesta a la que debería. Con la información que nos da el Arcano personal, será fácil anticipar algunos de los conflictos básicos de una relación Loco – Diablo; uno viviendo el desapego y la libertad y el otro con una fuerte tendencia a amarrar la relación. O, por ejemplo, los conflictos que podría vivir una persona en su relación de pareja si ella está viviendo el año del Diablo y él La Torre. Esta información es crucial para poder conducirnos mejor en nuestra vida, tomando mejores decisiones y evitando así convertirnos en seres pasivos al que “le ocurren” las cosas. Al conocer las características de sus respectivos arcanos estas personas comprenderían más de sí mismas y del otro y podrían ser personas más felices en su desarrollo.

Después de reflexionar sobre el tema del Arcano Personal, creo que para alcanzar un nivel de felicidad o contentamiento es necesario cumplir con la tarea para la cual se ha nacido y el hecho de rehuirla sólo nos trae un sentimiento de desasosiego e infelicidad. Por cierto que cumplir con nuestra tarea no es una tarea fácil y una de las dificultades de esto se encuentra en la falta de claridad de la misma y del cómo realizarla. En este sentido el Arcano Personal nos asiste; es como nuestra brújula, nos señala caminos, nos da claves, nos orienta. El tarot en términos generales, y el Arcano Personal, en particular nos asiste en nuestro proceso de autoconocimiento y a la vez, nos permiten conocer nuestro entorno, ayudándonos a tomar decisiones más sólidas, respaldadas por este conocimiento, en vez de caminar a ciegas por la vida. De este modo, una lectura de tarot, no proporciona certezas sobre el futuro sino que orienta, señala, arroja luces sobre nuestras tareas, pero nosotros idealmente deberíamos hacer un trabajo personal con todo aquello y no quedarnos sentados esperando que las venturas o desventuras “nos ocurran”. El tarot nos llama a tomar una actitud activa en nuestra vida, porque ante todo presupone nuestra libertad, como la carta del Loco, que nos da un espacio de libertad esencial desde donde construir nuestra vida. De este modo, luego de realizar una lectura de tarot, la persona idealmente debería hacerse cargo de la información que recibió y realizar un trabajo de desarrollo personal con aquello. No basta simplemente con limitarse a escuchar desde una postura pasiva, sino todo lo contrario; recoger las orientaciones del tarot realizando los cambios necesarios. De esto se desprende el hecho de que el tarot es un instrumento de autoconocimiento de una profundidad que muchas veces es pasada por alto.

Después de esta pequeña reflexión inicial, y para terminar con ella, me gustaría transmitir mi vivencia de este año, donde en un comienzo escasamente alcanzaba a vislumbrar el alcance de esta nueva experiencia. Comencé estudiando las cartas del tarot con mucho entusiasmo y al poco andar me fui dando cuenta de la magnitud, la vastedad y el alcance de este conocimiento y en algunos momentos me vino un sentimiento de sobrecogimiento y a la vez de desorientación ¿Por dónde seguir? ¿Sería posible y necesario tratar de abarcar todo este nuevo conocimiento? ¿Sería conveniente abarcar otras disciplinas como la astrología y la numerología, por ejemplo?. Después de un tiempo de reflexión, he tomado una actitud más serena tratando de aquilatar este conocimiento y entendiendo que en este camino de desarrollo personal hay muchos “caminos” y no sólo uno, y que el tarot es uno de muchos caminos. El año que me encontré con el tarot, estaba viviendo el año de El Juicio, mi Arcano Personal, y efectivamente fue el año del despertar y la renovación, de adquirir un nuevo estado de conciencia. Y como Jaime Hales bien lo dice “cuando yo ya sé, no puedo dejar de saber”.

Me gustaría también mencionar lo interesante y clarificador que ha sido el comprobar que nuestra fecha de Nacimiento, de la cual se desprende nuestro Arcano Personal, permite descubrir las cualidades, virtudes y aprendizajes que nos ayudan a superar nuestras falencias y las cuestiones que debemos aprender en esta experiencia, como parte del camino de realización de nuestro Arcano Personal. Tanto estas virtudes como las que debemos aprender, se contienen en los números que componen nuestra fecha de nacimiento. Nuestro Arcano Personal es la síntesis de todos ellos y refleja nuestra meta última, aquella por la que la vida nos somete continuamente a pruebas, puestas allí para nosotros, a la vez que nos señala nuestras herramientas.

A estas alturas ya nadie discute lo necesario que es el determinar el Arcano Personal, tanto el propio como el de las personas relevantes en nuestra vida (familia, amigos, parientes) debido a la información invaluable que nos ofrece. De este modo al realizar una lectura de tarot también será igualmente necesario realizar dicho procedimiento. Al calcular mi Arcano y el de otras personas encuentro

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