ALGUNAS APRECIACIONES SOBRE EL CONCEPTOSOCIOLÓGICO DE JUVENTUD
SANTIAGO777777724 de Abril de 2015
4.755 Palabras (20 Páginas)326 Visitas
ALGUNAS APRECIACIONES SOBRE EL CONCEPTO
SOCIOLÓGICO DE JUVENTUD
Marcos A. Urcola *
SUMARIO: En el presente artículo se analiza la recuperación teórica de las múltiples dimensiones que
atraviesan al concepto moderno y posmoderno de juventud. En el mismo se indagan los significados e
implicancias del concepto tanto en su dimensión biopsicológica como psicosocial.
ABSTRACT: Some Ideas on the Sociological Concept of Youth
In this paper the author analyzes the theoretical scope of the multiple dimensions of the modern and
post modern concept of youth. The author probes into the meanings and implications of the concept of
youth in both the bio-psychological and psychosocial dimensions.
Introducción
La multiplicidad de factores que conforman la condición de ser joven da lugar a un
análisis complejo de los actores y prácticas sociales en que se agrupan y desagrupan las relaciones
sociales.
La juventud es un concepto homogeneizante que debe interpretarse a la luz de las diferentes
dimensiones que lo componen y condicionan ya que está atravesado por una multiplicidad
de variables bio-psico-sociales.
Si bien podemos afirmar que la juventud corresponde a una etapa biopsicológica del
ciclo vital, también es cierto que se constituye como una posición socialmente construida y
económicamente condicionada.
Una primera aproximación al concepto remite siempre a la edad de la persona pero ésta
no se agota ahí, puesto que hay distintas formas de ser joven y de vivir la juventud que corresponden
a condicionantes económicos, sociales y culturales. Reducir la juventud a un período del
ciclo vital es desconocer lo heterogéneo y diverso de las relaciones sociales; es decir, la presencia
empírica y simbólica de los jóvenes en la sociedad es notoria e innegable pero hay distintas
formas de sentir, vivir y pensar la juventud.
Desde una perspectiva biopsicológica
La juventud comienza durante la adolescencia y culmina con la madurez o ingreso a la
vida adulta. Durante este período los sujetos sufren grandes cambios físicos, psicológicos, emocionales
y de personalidad que van tendiendo al desarrollo pleno de las personas.
* Marcos A. Urcola es Licenciado en Trabajo Social y colaborador de las investigaciones realizadas por la Licenciada Ana
María Tavella, Profesional Principal del CONICET, sobre las expectativas y estrategias de vida en los jóvenes.
42 INVENIO Noviembre 2003
Los principales cambios corporales que describen el comienzo de otros cambios simultáneos
son: en la mujer, el aumento de los tejidos adiposos en el abdomen y la cadera, el aumento
del tamaño de los huesos de la cintura pélvica, el desarrollo de las glándulas mamarias, la maduración
de los genitales externos e internos junto con las primeras menstruaciones; y en el hombre,
el desarrollo de los músculos y huesos de tórax, la maduración de los genitales externos e
internos, el desarrollo de la laringe con el consecuente cambio de voz, el alargamiento de las
extremidades superiores e inferiores. En ambos sexos, con el desarrollo sexual, llega la capacidad
de reproducción.
Las teorías cognitivas nos dicen de los jóvenes que los cambios corporales, el desarrollo
psicosexual, el descubrimiento del yo y la autoafirmación de la personalidad son acompañados
por un desarrollo intelectual que permiten al individuo la construcción y elaboración de sistemas
y teorías abstractas (paso del pensamiento concreto al pensamiento formal). Piaget afirma que la
característica del adolescente o del joven es la libre actividad de la reflexión espontánea (desligada
de lo real) y que “...por una parte, están llenos de sentimientos generosos, de proyectos
altruistas o de fervor místico, y, por otra, son inquietantes por su megalomanía y su egocentrismo
consciente”1.
Por ello mismo, no es extraña su voluntad mesiánica y transformadora que intenta ponerse
a la par de sus mayores. Sin embargo, según Piaget, más importante aún es la adaptación
social que se produce cuando el joven pasa de “reformador a realizador”:
Al igual que la experiencia reconcilia al pensamiento formal con la realidad de las
cosas, también el trabajo efectivo y seguido, cuando se emprende en una situación
concreta y bien definida, cura de todos los sueños2.
Desde una perspectiva psico-social
La juventud se construye como un período de descubrimiento y crecimiento subjetivo,
de la propia personalidad y del mundo circundante. Un descubrimiento de las propias capacidades
y de las herramientas que el contexto le provee para poder crear y recrear su vida junto con
el entorno que lo rodea.
La juventud se construye así mismo, como un estado previsional de pasaje entre una etapa de
la vida y otro ya que es una categoría de edad a la que los sujetos no pertenecen, sino que la atraviesan.
Como mencionamos anteriormente, esta etapa del ciclo vital está claramente marcada
por el acontecer bio-psicológico de los cuerpos pero también por las marcas sociales (mitos y
ritos) que abren el camino a la vida adulta o ponen fin a la niñez. Los ritos sociales o ritos de
paso marcan las condiciones graduales de pasaje de una etapa de la vida a otra y en este caso, a
la vida adulta. El matrimonio y la conformación de un hogar son uno de los principales ritos que
determinan la finalización de la fase juvenil. Al respecto, es muy claro el ejemplo que encontramos
en el libro sobre “Historia de los jóvenes” de Giovanni Levi y Jean-Claude Schmitt (Dir.),
donde los ritos de ingreso y egreso a la juventud, “...en la tradición católica, llevan de la primera
comunión a la confirmación; y en la vida del ciudadano, del servicio militar al acceso a los
deberes cívicos, a la responsabilidad civil y penal, a la posibilidad legal de casarse, al compromiso
sindical o político, etcétera”3.
Marcos A. Urcola
INVENIO Noviembre 2003 43
Las representaciones sociales (mitos) acerca de la juventud se construyen y reconstruyen
continuamente, por eso, el de juventud es un concepto que nunca logra una definición estable y
acabada.
Son estas representaciones de la vida social y cultural moderna las que nos permiten
asociar la juventud a la idea de goce, de ocio y, fundamentalmente, a la idea de futuro. De allí
emerge la frase popular que sentencia: “los jóvenes son el futuro de toda sociedad”. El desarrollo
de los intereses, la vocación y los proyectos de vida están directamente asociados al concepto
moderno de juventud ya que estos trazan los caminos a través de los cuales los sujetos escriben
su propia historia. Juventud nos remite a la idea de un tiempo que deviene en proyectos (estrategias
de vida) y, con ellos, los anhelos y deseos de “querer más” (expectativas de vida).
Esta imagen social de la juventud como futuro de nuestra sociedad se fue instalando
ambiguamente en el imaginario social en los comienzos de la era moderna. En efecto, la juventud
podía ser entendida como la esperanza futura del progreso y desarrollo nacional o como
fuente de todo desorden y perversión. Con la aparición de la sociedad de consumo se pudo
instalar recientemente la idea positiva de “lo juvenil” como modelo sociocultural.
En resumen, la juventud se fue construyendo como representación social de un futuro
esperanzador (cuando tomaba el estándar del progreso y el orden establecido) o como futura
desdicha y fuente de caos (cuando intentaba transgredir o transformar las pautas y valores socialmente
establecidas) en un juego de tensiones y conflictos que van de lo instituido a lo
instituyente.
Tal ambigüedad no carece de coherencia ya que ambas tendencias están impregnadas a
una idea de futuro en relación a un proyecto, que no es otro que el de la modernidad y su idea de
progreso. Este puede implicar un compromiso con los lineamientos de un orden preexistente
para llevarlo en su desarrollo a la máxima expresión o un compromiso para cambiarlo y transformarlo
por otro.
En este sentido, la realidad crítica que atraviesan los jóvenes de hoy se plantea como una
situación muy compleja. El futuro se les muestra incierto como producto de una cotidianidad
acosada por la crisis nacional y mundial que invade todos los aspectos de la vida pública y
privada de las personas. Esta crisis marcada por las reformas y reestructuraciones económicas
no afecta únicamente al ámbito laboral, sino también al conjunto de la vida cultural y social. Los
cambios que imponen los nuevos tiempos, impregnan todos los órdenes de la vida social y tiene
un gran impacto en la subjetividad.
La crisis a la que asistimos hoy en día no es solo expresión de un fenómeno socioeconómico,
sino también de una fuerte crisis de paradigma (cosmovisión del mundo). La idea de
modernidad está en crisis y con ella, también la idea de progreso.
Cuando las reglas que sustentan el ordenamiento social entran en crisis y el panorama del
orden cotidiano se torna difuso, lo que se quiebra es la posibilidad de proyectar la propia vida. El
...