Adam Smith. Teoría de los sentimientos morales de 1759
heidi3027 de Mayo de 2014
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ADAM SMITH (1723-1790)
Adam Smith es considerado el creador del liberalismo económico debido a que fue un economista y filósofo escocés, uno de los mayores exponentes de la economía clásica.
En su libro La riqueza de las naciones establece las nociones del capitalismo moderno, como la idea de la mano invisible del mercado que es el fundamento de la economía liberal del siglo XX y que influye de manera decisiva en el liberalismo político. Sin embargo, frecuentemente se olvida que también es el autor de otro libro, de talante diferente pero que sin él no se puede entender el pensamiento del filósofo escocés. Ese libro es La teoría de los sentimientos morales, y una muestra de su olvido es la falta de una traducción completa de la obra al español hasta finales del siglo pasado, como asegura Carlos Rodríguez Braun en el estudio preliminar que realizó para la publicación del libro en Alianza Editorial.
En 1776, publica La riqueza de las naciones, sosteniendo que la riqueza procede del trabajo de la nación. El libro fue esencialmente un estudio acerca del proceso de creación y acumulación de la riqueza, tema ya abordado por los mercantilistas y fisiócratas, pero sin el carácter científico de la obra de Smith.
Biografía.
Adam Smith Douglas Jr. nació en Kirkcaldy (Escocia), durante el año 1723 (bautizado el día 16 de junio del mismo año), hijo póstumo de Adam Smith Sr., oficial de aduanas, y Margaret Douglas, se desconoce la fecha exacta de su nacimiento. Poco se sabe de su infancia, excepto que a la edad de 4 años fue raptado por una banda de gitanos, siendo rescatado gracias a la acción de su tío. Aparte de este incidente, la vida de Smith fue singularmente tranquila, y su historia es esencialmente la de sus estudios y sus libros.
En 1737, a la edad de 14 años, habiendo concluido su curso en la escuela local de Kirkcaldy, Smith ingresó en la Universidad de Glasgow, donde fue influido por Francis Hutcheson, el famoso profesor de filosofía moral, que a la postre le valdría ser influido por la escuela histórica escocesa. Luego de su graduación en 1740, Smith obtuvo una importante beca para Oxford, donde estudió por seis años en Balliol College, una universidad en decadencia.
Habiendo retornado a la casa de su madre en 1746, Smith se dedicó a buscar un empleo adecuado, a la vez que continuaba sus estudios. De 1748 a 1751 fue profesor ayudante de las cátedras retórica y literatura en Edimburgo. En 1751 fue llamado por su propia Universidad de Glasgow para ocupar primeramente la cátedra de Lógica, y al año siguiente, la de Filosofía Moral. Este último cargo lo ejerció por 12 años, período que luego describiría como «el más útil y por tanto el más feliz y honorable de mi vida».
En 1759 publicó su primer libro, La Teoría de los Sentimientos Morales, que incorporaba la segunda porción de su curso, y que casi inmediatamente estableció su reputación académica y literaria. En 1763 el poderoso aristócrata Charles Townshend ofreció a Smith una pensión vitalicia a cambio de que sirviera como tutor de su hijastro, el III Duque de Buccleuch, durante un viaje de tres años por Suiza y Francia. En 1766 la repentina enfermedad y muerte de Hew Scott, el hermano del Duque, puso fin al viaje, forzando un repentino retorno a Gran Bretaña.
Durante los siguientes siete años Smith vivió con su madre en Kirkcaldy, dedicando la mayor parte de su tiempo a su siguiente libro, La Riqueza de las Naciones. En 1779 viajó a Londres, llevándose su manuscrito consigo, y durante cinco años vivió en Londres. En esa época murió su amigo David Hume, motivo que llevó a Adam a publicar la «Carta a William Strahan» a modo de obituario
Fue nombrado director de Aduana de Edimburgo en 1778, puesto que desempeñó hasta su muerte. En 1787 fue nombrado Rector Honorífico de la Universidad de Glasgow, sirviendo hasta 1789. El 17 de julio de 1790, viviendo con su madre y su prima, Janet Douglas, en Edimburgo lleno de honores, Adam Smith murió a la edad de 67 años a causa de una enfermedad.
Teoría de los sentimientos morales de 1759
Empieza por la exploración de todas las conductas humanas, en las cuales el egoísmo no parece desempeñar un papel determinante, como aseguraba Hobbes. Sin embargo sí confiere razón a los postulados de Thomas Hobbes en que la primera tendencia del ser humano es la del amor hacia sí mismo. De ahí que se vea obligado a controlar y dominar su egoísmo, elemento fundamental para que la vida en comunidad no se convierta en una guerra de todos contra todos.
Lo que se expone entonces es el proceso de simpatía (o empatía), a través del cual un sujeto es capaz de ponerse en el lugar de otro, aún cuando no obtenga beneficio de ello. Adam Smith lo explica por la influencia de la necesidad de ser aprobado por los demás. Con esto se busca criticar a la concepción utilitarista, como aparece en Hume. El desarrollo de la obra lleva al descubrimiento del espectador imparcial, la voz interior que dictaría la propiedad o impropiedad de las acciones.
A lo largo de la obra el autor explica el origen y funcionamiento de los sentimientos morales: el resentimiento, la venganza, la virtud, la admiración, la corrupción y la justicia. El resultado es una concepción dinámica e histórica de los sistemas morales, en oposición a visiones más estáticas como las determinadas por las religiones. En términos filosóficos, la naturaleza humana estaría diseñada para avanzar fines o causas finales que no necesariamente son conocidos por los sujetos, que se guían por las causas eficientes.
La riqueza de las naciones (The Wealth of Nations)
En 1776 Smith publicó su obra Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (o simplemente La riqueza de las naciones), después de más de diez años de trabajo por la cual es considerado por muchos especialistas el padre de la Economía Política. Esta obra representa el intento por diferenciar la economía política de la ciencia política, la ética y la jurisprudencia. Un elemento fundamental para esta diferenciación fue la crítica al mercantilismo, corriente heterogénea que venía desarrollando nociones económicas desde el siglo XV, más vinculada a los imperios coloniales que a la naciente revolución industrial.
Para Smith la ciencia económica era mucho más que la teoría de precios, producción y distribución, moneda y banca, finanzas públicas, comercio internacional, y crecimiento económico, campos que hoy en día se consideran como especialidades en sí mismos. Todos estos temas se discuten en el libro, pero también incluye detalladas discusiones sobre temas tan diversos como historia eclesiástica, demografía, política educacional, ciencias militares, agricultura, y asuntos coloniales.
Entre sus aportes más importantes se destacan:
• La diferenciación clara entre valor de uso y valor de cambio.
• El reconocimiento de la división del trabajo, entendida como especialización de tareas, para la reducción de costos de producción.
• La predicción de posibles conflictos entre los dueños de las fábricas y los trabajadores mal asalariados.
• La acumulación de capital como fuente para el desarrollo económico.
• La defensa del mercado competitivo como el mecanismo más eficiente de asignación de recursos.
Preocupaciones sociales
Contrariamente a lo que le achacan algunos críticos debido a los extremos a que el neoliberalismo lleva sus ideas, Adam Smith conocía los peligros que conllevaba su ecuación económica.
Estaba convencido de que un hombre que pasa toda su vida para completar unas pocas operaciones simples cuyos efectos son siempre los mismos, no tiene tiempo para desarrollar su inteligencia ni para practicar su imaginación. El resultado es la pérdida del hábito de ejercer sus facultades y la alienación del individuo. Por ello recomendó al Estado que impulsara la educación pública de las clases trabajadoras. De hecho, Adam Smith criticó las vidas miserables que sufrían muchos de sus compatriotas y advirtió que «ninguna sociedad puede ser próspera ni feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables».
Adam Smith y el comercio internacional
La teoría clásica del comercio internacional tiene sus raíces en la obra de Adam Smith que plantea la interacción entre comercio y crecimiento económico. Según los principios establecidos en sus obras, los distintos bienes deberán producirse en aquel país en que sea más bajo su costo de producción y desde allí, exportarse al resto de las naciones. Por tanto define la denominada «ventaja absoluta» como la que tiene aquel país que es capaz de producir un bien utilizando menos factores productivos que otros, es decir, con un coste de producción menor. Defiende además el comercio internacional libre y sin trabas, para alcanzar y dinamizar el proceso de crecimiento económico, y este comercio estaría basado en el principio de la ventaja absoluta. Asimismo aboga por favorecer la movilidad internacional de los factores productivos.
La mano invisible
¿Cómo es posible que una Sociedad donde cada uno vela por su Interés económico funcione perfectamente? ¿Cómo es posible, por ejemplo, que una persona pueda encontrar de todo para comprar sin habérselo dicho previamente a nadie? La respuesta que da Adam Smith es que se logra gracias a una "mano invisible" que coordina los mercados y los distintos intereses propios, los que, gracias a ella, se armonizan espontáneamente.
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