Alfred Louis Kroeber: El gran indeterminista.
FisonEnsayo16 de Mayo de 2016
52.108 Palabras (209 Páginas)742 Visitas
ALFRED LOUIS KROEBER
UNA ANTOLOGÍA
EDITOR: LEIF KORSBAEK
MÉXICO D.F., 2013
ALFRED LOUIS KROEBER: UNA ANTOLOGÍA.
Leif Korsbaek: Introducción
Antropología (1923)
El arte arapaho (1902)
Los sistemas clasificatorios de parentesco (1909)
Lo superorgánico (1917)
Totemismo I (1920)
Totemismo II (1939)
La visión de la cultura de Lesley White (1948)
La cultura en la ciencia (1948)
“Reality culture and Value Culture” (1950/1951)
La historia y la ciencia en la antropología (1935)
Las regiones culturales (1939)
Los chibcha” (1946)
Tres siglos de la moda del vestido de mujer (1940)
La novela en Asia y en Occidente (1951)
Alfred Louis Kroeber: El gran indeterminista.
Leif Korsbaek[1].
1 introducción.
De la importancia de Alfred Louis Kroeber en y para la antropología no cabe duda. Si es cierto, como se ha declarado y confirmado en inumerables contextos y ocasiones, que Franz Boas es el fundador de la antropología cultural norteamericana, y que "la antropología cultural norteamericana fundada por Boas se divide en dos vertientes, una historicista y otra psicologista", entonces tenemos que concederle a Alfred Louis Kroeber el honor de ser al mismo tiempo el fundador y presidente vitalicio de la vertiente historicista, y su máximo exponente. Antes de la llegada de Franz Boas a los Estados Unidos y a la antropología norteamericana, en los años 1880, a penas se podía decir que la antropología existiera en los Estados Unidos; Franz Boas la crea y Alfred L. Kroeber la desarrolla, al mismo tiempo construyendo sobre los cimentos echados por Boas y criticando duramente a éste. Después de Boas, Kroeber será el primer gurú de la antropología cultural norteamericana.
La bibliografía de Alfred Kroeber nos permite, no obstante la impresionante cantidad de artículos y libros, señalar un muy reducido número de artículos centrales en los cuales se expresa con precisión y nitidez sus posiciones medulares en lo teórico y en lo metodológico. Y eso a pesar del estilo enredado y complicado de los escritos de Kroeber. La antropología cultural norteamericana se nos presenta frecuentemente como un one-man-show, una especie de "Circo de Boas", con Franz Boas como director del circo y los demás integrantes de esta empresa científica reducidos al papel de payazos menores y de apoyo. Quisiera en la siguiente introducción a una selección de traducciones de trabajos de Alfred Louis Kroeber presentar a su autor como un antropólogo de la misma importancia en la creación y el desarrollo de la moderna antropología cultural norteamericana que Franz Boas: la importancia de Franz Boas se coloca en la creación de la nueva antropología cultural norteamericana, mientras que la importancia de Alfred Kroeber pertenece a su etapa de desarrollo y maduración, y el hecho de que este proceso de desarrollo y maduración se haya dividido en dos vertientes - una historicista y otra psicologista - no reduce en lo más mínimo la importancia de Kroeber.
Podemos aplicar las palabras de George Bernard Shaw a la obra de Alfred Kroeber, en su relación con Franz Boas: "I may not be as great as Shakespeare, but I am standing on his shoulders". Tal vez Kroeber no es tan grande como Franz Boas, pero tiene la ventaja de estar colocado encima de sus hombros. Edmund Leach, por lo regular irreverente, ha sugerido que la antropología sigue la fluctuacoión de la moda, y creo que la evaluación muy variable de un momento a otro de la obra y el enfoque de Alfred Kroeber tiende a seguir también la moda. Sobre todo parece que Kroeber ha sido considerado una especie de antropólogo reaccionario, por lo que ha sido ninguneado en tiempos de auge de la teoría marxista. Ahora, que las obras completas de Marx y Engels se encuentran de oferta en todas las librerías de la República, parece que Kroeber ha vuelto a ser popular otra vez.
Intentaré fundamentar que la obra de Kroeber en sí tiene valor, y que no hay necesidad de una crisis de la teoría marxista, una caída de varios muros, glasnost y perestroika para evaluar positivamente su obra. No sería gran injusticia dejar a Franz Boas compartir el honor de haber fundado la antropología norteamericana con Alfred Kroeber, y al final del trabajo presentaré algunos argumentos para dejarle a Alfred Kroeber un destacado lugar en la galería de los ancestros antropológicos - y que además su relevancia no es por razones puramente anticuarias: tiene un valor y una utilidad actual.
El objetivo de la presente antología de textos de Alfred L. Kroeber es hacerlos accesibles a los hispanohablantes – antropólogos y otros interesados – ya que los textos de Kroeber que existen en español son contados[2].
2 Alfred Louis Kroeber: Vida y milagros.
Alfred Louis Kroeber nació en Hoboken, New Jersey, en el noreste de los Estados Unidos, en 1876, en el seno de una familia acomodada de emigrantes. El padre había llegado de Colonia en Alemania alrededor de 1850 - la familia era de inmigrantes alemanes, inmigrados alrededor del fracaso de los revoluciones en Europa en 1848, y la primera lengua en la familia era el alemán, el inglés era solamente la segunda lengua - y se había hecho una carrera como comerciante de relojes de por mayoreo.
Aquí vemos confirmado un curioso dato del temprano desarrollo de la antropología moderna en los Estados Unidos: la enorme influencia del pensamiento filosófico y social alemán a través de emigrantes y personas con una íntima relación indirecta o de segunda generación con la cultura alemana. El principal ejemplo es Franz Boas mismo, nacido en Alemania, cuando se decidió a quedarse en los Estados Unidos en 1887 ya había terminado hacía años su doctorado en Alemania y era un antropólogo respetado y establecido; otro ejemplo es Robert Lowie quien nació en 1887 en Viena y solamente después se estableció en los EEUU, también con toda una cultura y una carrera ya establecidas; podemos mencionar también a Ruth Benedict, alumna de Boas y no mucho más joven que Kroeber: ella también había crecido en un ambiente permeado por la cultura alemana, con una relación muy cercana a la poesí y el pensamiento filosófico alemana, relación que se revela en sus poemas escritas bajo el nombre de Anne Singleton. A esta hilera de personajes tempranos de influencia en la creación de la moderna antropología cultural norteamericana se suma Alfred Louis Kroeber desde su hogar alemanahablante en New Jersey y su inclinación hacia lo que podemos llamar la cultura espiritual, estrechamente relacionada con el pensamiento neokantiano, mucho más que fue el caso de Boas. Por un lado es indiscutible la influencia alemana en la temprana antropología cultural norteamericana a través de inmigrantes y contactos personales, y por otro lado es también cierto que "había más influencia alemana en la cultura norteamericana que a través de contactos personales"[3].
Podríamos tal vez relacionar este peso extraordinario de la tradición científica y humanística alemana en la cultura de los Estados Unidos con el hecho de que el barniz cultural y académico de la tradición WASP (White Anglo-Saxon Protestant) es sumamente delgado: mientras que las minorías ya tienen ampliamente sus universidades en los Estados Unidos, la representación universitaria de los WASPs no corresponde de ninguna manera a su abrumadora preponderancia en la vida socio-conómica y política, como bien lo documenta la ignorancia del clan de la petrocracia texana y sus asesores. Una impresionante parte de la vida académica que superficialmente pued parecer pertenecer a la vida de los WASPs, en realidad es vida académica afiliada a la población judía de los Estados Unidos, con científicos cuya lealtad es con Israel antes que con los Estados Unidos.
Alfred Louis Kroeber recibió, como también sus hermanos, una buena educación: como joven tenía un tutor privado de alemán y luego entró a estudiar en la exclusiva Escuela de Sachs en New York. Habiendo terminado su bachillerato estudió letras modernas en la también exclusiva Columbia University en el centro de New York, y recibió su licenciatura y su maestría en letras inglesas en 1896 y 1897 respectivamente.
Kroeber estudió letras inglesas en la Universidad de Columbia, donde obtiene su título de licenciatura y de maestría en letras inglesas, el último título obtiene con una tesis sobre el arte dramática en Inglaterra durante el periodo del romanticismo. Kroeber parece confirmar una regla general en la antropología: que los antropólogos que llegan a ser importantes y originales han terminado primero una formación académica y científica en otro campo. Evidentemente no todos los antropólogos importantes han sido formados primero en otras disciplinas, pero los casos son tantos y tan conspícuos que motiva a la especulación: Franz Boas mismo había terminado primero su doctorado en ciencias físicas en la Universidad de Kiel, Malinowski ya se había doctorado en ciencias matemáticas en la Universidad Carloviana en Krakow, S. F. Nadel ya había terminado su doctorado en psicología en la Universidad de Viena antes de dedicarse a los estudios antropológicos en Africa (para no mencionar la compañía ambulante de ópera que dirigía Nadel), Edmund Leach ya había terminado sus estudios de ingeniería antes de iniciar sus estudios antropológicos en el Oriente, etc. También aquí viene Kroeber a contribuir con su ejemplo: antes de iniciar sus estudios formales de antropología con Boas ya había establecido sus parámetros académicos dentro del campo de los estudios humanísticos. Lo dicho acerca del número de antropólogos importantes que primero hayan terminado otra carrera, antes de dejar sus huellas en la antropología tiene importancia desde dos perspectivas. En primer lugar, es una experiencia muy general y frecuentemente confirmada que la segunda carrera académica por lo general se coloca dentro del horizonte y los parámetros de la primera carrera. en otras palabras, un académico por lo regular se queda marcado de por vida por su primera carrera, no obstante la importancia de sus posteriores carreras y su importancia en el campo de estas. Y en segundo lugar es interesante ver esta problemática en la luz de un comentario ya añejo de Radcliffe-Brown: que "la antropología es realmente una empresa interdisciplinaria, más que una disciplina"[4].
...