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Anarquia Militar


Enviado por   •  25 de Febrero de 2015  •  4.383 Palabras (18 Páginas)  •  196 Visitas

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LA ANARQUÍA MILITAR EN ROMA, Los Emperadores Romanos

HISTORIA DE ROMA ANTIGUA

TEMA XVIII: EVOLUCIÓN Y DESARROLLO DESDE LOS INICIOS DEL PUEBLO ROMANO: ANARQUÍA MILITAR

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LECCIÓN XVIII.

EMPERADORES SIRIOS (193-285).

ANARQUÍA MILITAR (235-284).

1. Pertinax. El Imperio en venta. — Después de la dinastía de los Antoninos, el imperio es víctima de la anarquía; los soldados disponen del trono; el gobierno y la ley quedan olvidados; y el desorden dominó en todas partes.

A la muerte de Cómodo los pretorianos elevaron al trono a Helvio Pertinax, que desde un origen humilde, se elevó por su valor y su talento a los primeros puestos de la milicia. Botado de virtud y de firmeza, se propuso de volver al senado su prestigio y restablecer el orden y el imperio de la ley, pero al intentar someter los pretorianos a una severa disciplina, fue asesinado por los mismos que tres meses antes lo habían elegido.

Muerto Pertinax, y dueños de Roma los pretorianos, pusieron el imperio en venta, adjudicándolo como mejor postor a Didio Juliano, que ofreció 5,000 dracmas (18,000 reales próximamente) a cada soldado. Hecho semejante, aunque aprobado por el senado, atrajo a Juliano el odio del pueblo y hasta de los mismos pretorianos y fue la ocasión de que se sublevaran contra él las legiones de Siria, que nombraron emperador a Pecenio Niger, las de Bretaña a Clodio Albino y las de Iliria a Septimio Severo. Este último se dirige a Roma, y es proclamado emperador por el senado, que había mandado decapitar a Didio Juliano.

2. Septimio Severo. — En este reinado se consolida el despotismo militar en Roma. Septimio Severo disuelve la guardia pretoriana, creando otra nueva mucho más numerosa, compuesta de soldados de todas las legiones, perfectamente pagada, y sometida a una severa disciplina.

Dueño de Roma se dirigió Septimio Severo a combatir a sus rivales. Consiguió desarmar a Albino nombrándole César, y venció en Oriente a Níger en Cizico y en Nicea, y lo derrotó completamente en Isso, pereciendo en la huida; apoderándose a la vez de Antioquía y arrasando a Bizancio. Pacificado el Oriente, se encaminó contra Albino, que perdió la batalla y la vida cerca de Lion. En una guerra contra los partos se apoderó de Babilonia y Ctesifonte.

El reinado de Septimio Severo es una mezcla extraña de mal y de bien, de buenas y de malas cualidades. Político como Augusto, y cruel como Neron, restableció el orden en la administración, protegió la ley y la justicia, quitó la vida a varios senadores y desterró las principales familias de Roma. Juntamente procuró Septimio Severo aumentar la prosperidad de las provincias, especialmente en África, donde él había nacido, y en Oriente, por ser su esposa, Julia Domna, de Emesa en Siria; al mismo tiempo prestó una decidida protección a las letras.

Sublevados los Caledonios de Bretaña, Septimio Severo marchó contra ellos, consiguiendo derrotarlos, pero murió poco después en Evoracum (York), aconsejando a sus hijos, que tratasen bien, y enriqueciesen a los soldados, y que no se inquietasen por lo demás; cuyas palabras revelan todo el secreto de su política, reducida a fundar el despotismo militar contra la influencia del senado.

3. Caracalla y Geta. — Septimio Severo dejó el trono a sus dos hijos, Caracalla y Geta; de carácter amable y humanitario este último, y cruel y sanguinario el primero, la armonía en el mando era imposible entre ellos; y después de intentar la división del imperio, Caracalla hizo asesinar a su hermano en los brazos de su madre, y mandó quitar la vida al célebre jurisconsulto Papiniano, por haberse negado a hacer elogio del fratricidio.

Caracalla, comenzada así la carrera de sus crímenes; se entregó a la corrupción más desenfrenada, y la más inaudita crueldad, sacrificando a miles de personas, ya para complacerse en sus sufrimientos, y para apoderarse de sus riquezas. Tuvo que comprar la paz a los bárbaros del Danubio queriendo imitar a Aquiles y a Alejandro, visitó las ruinas de Troya y ordenó en Alejandría de Egipto una matanza general. Se casa con la hija del rey de los Partos, pero los excesos de sus soldados provocan una guerra; antes de comenzar las hostilidades, muere Caracalla en Carras, asesinado, de orden de Macrino, prefecto del pretorio.

Un hecho importante registra la historia de Caracalla. Fue este la publicación de la Constitución Antonina, por la cual se concedió el derecho de ciudad a todos los súbditos del Imperio, de condición libre; la ciudadanía tan disputada por los plebeyos y después por los italianos, se extiende ahora a todas partes, unificando a todos los pueblos bajo el punto de vista del derecho. Tal vez se propusiera Caracalla con esta medida aumentar los impuestos, desde una vigésima a una décima en las herencias y legados; pero el resultado es que contribuyó en gran manera a la unificación de todos los pueblos bajo Roma.

4. Macrino.- Proclamado por los pretorianos, y aceptado por el senado y por las legiones, Macrino se propuso restablecer la influencia del poder civil, devolviendo al senado sus atribuciones y limitando el poder militar, al cual debía la corona. Obligado a comprar la paz a los Partos, después de haber huido del campo de batalla en Nisibis; y por la tendencia de su gobierno en contra del

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