Análisis etico sobre las aplicaciones de transporte en Chile

Análisis Ético

¿Podrían considerarse Uber y Cabify tecnologías disruptivas/perjudiciales? Justifique su respuesta y presente los antecedentes en el sitio.

¿Uber o taxi?

La respuesta a esta pregunta podría llegar a ser obvia. Mientras muchos gremios de taxistas alegan que al ser una aplicación que no paga impuestos, la gente solo la elige por sus bajos precios en relación al taxi convencional; mientras tanto, el usuario promedio responde: “la conveniencia”. Y es verdad, Uber irrumpió el mercado como una mejor alternativa a la hora de transportarse. Lejos quedaron esos tiempos donde después de una fiesta (si es que eras una persona responsable) llamabas a un radiotaxi o esperabas uno por horas debido a su alta demanda. Ahora basta con abrir una aplicación, poner tu ubicación, y esperar a ver que el conductor se encuentra afuera.

Uber llegó para quedarse, y aunque ha sacudido el mercado del transporte, aquellos más perjudicados son los taxistas. Y no es para menos, de pronto llega otro competidor a esta suerte de monopolio de transporte “privado”, que ofrece todo lo que a los taxis les falta, y a un menor precio: Disponibilidad, transparencia de precios, confiabilidad y autos modernos. Incluso posee distintos tipos de servicios si tienes distintas necesidades, como Uber Black y Uber XL. Entonces, si el servicio es mejor, más conveniente, y más barato; ¿Por qué las aplicaciones de transporte están en el punto de mira del gobierno, y no representan una competencia justa?

La razón es la siguiente: Uber no es legislada ni está regulada por ningún organismo. Uber no proporciona seguro de vida a sus conductores y pasajeros, no paga impuestos ni imposiciones, no les pide a sus conductores licencia profesional de transportista. Uber es en todo el sentido de la palabra “Ilegal”. Debido a esto, el ministerio de transportes y el gobierno de turno se ha visto en la obligación de sacar la “Ley Uber” que buscará regular las actividades de las aplicaciones de transporte, para que cumpla las mismas obligaciones que los taxis regulares. Esta ley permitirá a los taxistas poder competir contra estas nuevas aplicaciones, y a los pasajeros estar más seguros, pero después del impacto que tuvo Uber en nuestras vidas, estaremos lejos de querer volver al taxi convencional. Uber y las aplicaciones de transporte si son una tecnología disruptiva, en el sentido que cambiaron nuestra forma de movernos, nos dio la opción de dejar atrás el viejo taxi, que olía mal, estaba sucio, no sabías cuando llegaría o cuanto te cobraría. A esos taxistas prepotentes, que se tiraban al tránsito de una manera casi violenta, y si tenías algún reclamo, no tenías más que resignarte a decirte que habías tenido mala suerte. A aquellos taxímetros adulterados, cobros excesivos, y que te miraran feo si no tenías sencillo. A pesar de que Uber ahora tenga que subir su tarifa para cumplir las nuevas normativas exigidas por el gobierno seguiremos usándolo, y estará en los mismos taxistas mejorar ese servicio paupérrimo que hemos aguantado por años. Los tiempos cambiaron, y Uber nos dio la opción de escoger no sólo el destino, sino la forma de llegar a él.

...