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23 de Julio de 2014

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ArgenLeaks

Los cables de Wikileaks sobre la Argentina,

de la A a la Z

Santiago O’Donnell

ArgenLeaks

Los cables de Wikileaks sobre la Argentina,

de la A a la Z

Sudamericana

Edición en formato digital: agosto de 2011

© 2011, Ramdon House Mondadori S.A.

Humberto I 555, Buenos Aires.

Diseño de cubierta: Random House Mondadori, S.A.

Todos los derechos reservados.

Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,

ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación

de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico,

fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia

o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de la editorial.

ISBN 978-950-07-3672-5

Conversión a formato digital: Newcomlab, S.L.

www.megustaleer.com.ar

O´Donnell, Santiago

ArgenLeaks. - 1a ed. - Buenos Aires : Sudamericana, 2011.

EBook. - (Investigación periodística)

ISBN 978-950-07-3672-5

1. Investigación Periodística. I. Título

CDD 070.4

A la memoria de Leonardo Néstor Tossi

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Agradecimientos

A Página/12 y Ernesto Tiffenberg por el lugar, la oportunidad

y el pasaje a Londres. A Horacio Verbitsky por la

recomendación. A mis compañeros del diario.

A Florencia Ure por los genes, a Marcelo Panozzo por

el título, a Martín Becerra por Lima, a Lucía Baragli por el

Sheraton y a Pablo Avelluto por la Cunnington con limón.

A Ramón Stocovaz y José O’Donnell por el aguante.

A mis padres Teresa Emery y Guillermo O’Donnell, y

a Hortensia Correa. A mi tía, Carmen Celia.

A mis hermanos Matías, Ignacio, María y Julia O’Donnell,

Francisca Araya, Federico Huber y Leonardo Pereira.

A los Ángeles de la Colina.

A Mónica Cuñarro por el C3, a Javier Badaracco por el

programita y a Rocío de Elía Peralta Ramos por la pastelería.

A María Cecilia Rojo Batch por el discreto encanto de

su compañía.

Diferentes versiones de Julian, Cargill, Das Neves, Duhalde,

Falklands, Garré, Hezbolá, Irán, Jaque, Kristinn, Macri, Menem,

Minas, Monsanto, Openleaks, Piqueteros, Sanz y Yabrán fueron

publicadas en el diario Página/12.

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0.1 | Prólogo

Wikileaks y las zonas erróneas

del periodismo y la política

Martín Becerra1

En la megafi ltración de Wikileaks están presentes los clásicos

factores que en la práctica periodística dotan a los

hechos de la jerarquía de lo noticiable: el caso refi ere al

gobierno más poderoso del planeta pero al mismo tiempo

involucra a los políticos y gobernantes locales de casi

todos los países incluyendo por supuesto a la Argentina,

proveyéndole así el imprescindible ingrediente de localía

que reclaman los manuales de la noticia; combina pasado y

presente, aludiendo a hechos de la historia reciente que, en

muchos casos, repercuten en la actualidad; amenaza con socavar

los cimientos de algunas viejas certezas del ofi cio periodístico,

como la necesidad de intermediación profesional

para la difusión de noticias, pero no alcanza a quebrarlas;

remite ingeniosamente al imaginario tecnológico digital,

con su secuela fetichista que consiste en proyectar sobre la

sociedad el funcionamiento reticular de Internet, como si

la comunidad fuese una auténtica “sociedad-red”; repone

desde un lugar novedoso la compleja discusión sobre el rol

1 Profesor titular de la Universidad Nacional de Quilmes y de

la Universidad de Buenos Aires e investigador independiente en el

CONICET. Es doctor en Ciencias de la Comunicación por la Universidad

Autónoma de Barcelona.

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de los grandes grupos de comunicación, sus diversos intereses

económicos y sus sesgos y juicios editoriales. Como si

todo esto fuera poco, el caso se complementa con la trama

judicial por el pedido de extradición de Suecia hacia Gran

Bretaña del líder de Wikileaks, Julian Assange.

Santiago O’Donnell es el único periodista argentino que

ha tenido contacto personal con Assange y es uno de los

pocos que tuvo acceso directo a los 2.510 cables de la megafi

ltración que hablan de la Argentina. Estos 2.510 cables

representan sólo el 1% de la base de datos del escándalo,

indicador éste que refi ere a la valoración de la importancia

geopolítica argentina por parte de la diplomacia estadounidense.

Aunque la propagación de los “papeles del Departamento

de Estado” por parte de Wikileaks comenzó en noviembre

de 2010 y tuvo amplia repercusión en los medios

masivos, la información publicada en este libro es, en buena

medida, inédita. Si bien Santiago O’Donnell es autor de

varias notas publicadas en Página/12, lo cierto es que el

ambiente de polarización política que afecta al sistema de

medios argentino ha imposibilitado la difusión de información

clave porque resulta inconveniente para algunos de los

intereses en pugna. El silencio de las empresas periodísticas

argentinas frente a algunos de los cables aquí publicados se

añade a los ingredientes de interés que trae Wikileaks.

Ministros y ex ministros del gobierno argentino, líderes

de la oposición política, referentes religiosos, jueces, empresarios

y columnistas políticos de los diarios más leídos

asumen en sus contactos con la embajada una faceta que

contrasta con sus apariciones públicas. Algunos de estos

casos fueron divulgados y ahondaron el conocimiento sobre

las confi dencias hechas a los diplomáticos estadounidenses

por Sergio Massa o Mauricio Macri, por ejemplo. Pero otros

cables que involucran a funcionarios más encumbrados y

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menos conocidos, como Carlos Zannini, hasta ahora fueron

eludidos por la difusión de los principales medios locales.

Este libro revela las zonas erróneas de la estrategia de

difusión planifi cada por los cerebros informáticos y periodísticos

de la organización Wikileaks y por los medios masivos

que operaron como difusores. La alianza establecida

entre Wikileaks y el sistema de medios tradicional explica,

en parte, la existencia de esas zonas erróneas. La megafi ltración

ha demostrado que el mundo digital, previsto como

relevo de los medios tradicionales, necesita nutrirse de la

credibilidad y el ofi cio editorial de los grandes periódicos

para alcanzar impacto público. Pero la alianza entre lo viejo

y lo nuevo, atravesada de intereses corporativos, no es

serena. En efecto, para dar a conocer los papeles del Departamento

de Estado, Wikileaks se asoció con cinco de las

principales corporaciones periodísticas del mundo, todas

con sede en países centrales (otro indicador del “conventillo

global”, expresado en su desigual geografía), que editan

diarios líderes escritos en cuatro idiomas (The New York

Times, The Guardian, Der Spiegel, Le Monde y El País).

La asociación con estos diarios permitió a Wikileaks

maximizar la difusión de la megafi ltración a niveles que no

hubieran tenido lugar sin la transferencia de prestigio editorial,

ofi cio periodístico y credibilidad en la comunidad de

profesionales y lectores que reprodujeron en otros medios

la información. Así, pues, en lugar de reemplazo tecnológico,

fue la colaboración entre el uso de Internet, como sinónimo

de la velocidad y de manejo de gigantescos volúmenes

de datos, y los viejos medios, con sus competencias editoras

y sus rutinas secuenciales, lo que se conjugó como estrategia

de alto impacto. La asociación entre Wikileaks y los

cinco grandes diarios podría leerse como un peculiar pacto

fáustico en el que lo viejo y lo nuevo se alternan en el rol de

Fausto y de Mefi stófeles y los dos creen compensar con los

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benefi cios del pacto sus riesgos. En la versión de Assange

la asociación permitió desplegar una estrategia promocional

sin mácula para el alma de su ONG, necesitada de una

cobertura institucional mayor dada la magnitud de los documentos

a difundir; para los diarios, se trató de reponer el

lugar de la edición periodística para ordenar el desconcierto

que promueven los torrentes de bytes digitales.

Corresponde decir que la tarea de ambas partes (Wikileaks

y las empresas periodísticas que editaron y difundieron

los cables) fue facilitada por la óptima factura estilística

de muchos de los cables, con lo que la diplomacia

estadouni dense, vapuleada por su insegura red de comunicación

interna, exhibe gracias a la fi ltración competencias

como capacidad de síntesis, identifi cación de fuentes, fi na

ironía y sufi ciencia redactora; cualidades que no son tan

frecuentes, por ejemplo, en el campo del periodismo.

En febrero de 2011 la luna de miel entre Assange y sus

primeros socios mediáticos se terminó. La causa de la

...

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