Articulo "pa Que Se Acabe La Vaina"
fctorres23 de Marzo de 2014
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Varias reflexiones sobre la vaina de Colombia
Queremos que se acabe la vaina
Félix Camilo Torres Colorado
Resumen:
El contexto histórico de Colombia es muy rico en hechos, acontecimientos, argumentos y de cuentos por así llamar a las historias de nuestros ancestros, pero este conjunto de aspectos hace complicado analizar el contexto real de los que es Colombia gracias a ellos, por eso es cada vez mas triste darnos cuenta de la historia que llevamos a cuestas como país y el libro de William Ospina nos permite una vez mas sentirnos indignados y en el fondo orgullosos por lo que Colombia ha logrado y por lo que merecía y se le fue negado, por esto es muy difícil señalar a un culpable, pero si nos damos a la tarea de señalar a los posibles. Por eso quereos señalar los factores de cambio, de transformación y de construcción de la Colombia a través de los años y mostrar el punto de quiebre por el cual nunca se enteraron que el pueblo Colombiano existía y que su alternativa era el territorio.
Palabras Clave: Historia, Analizar, Factores de Cambio, Alternativas, Territorio.
La violencia en Colombia continua y por mas cambios que presente aun es igual, esto lo deducimos y concluimos cuando leemos, escrudiñamos, y recopilamos cada una de las crónicas que Colombia tiene por contar ; si leemos, escuchamos, o nos documentamos en cada uno de los acontecimientos o hechos que la maltratada patria Colombiana tiene para contarnos, entenderemos como ciudadanos o actores sociales que en medio del relato histórico nos vamos a encontrar siempre un pasado con una cara amarga y violenta, al recorrer las vivencias y al saber que todos los acontecimientos que históricamente nos permiten vivir hoy en día la patria, han tenido como resultado hechos negativos y en su calidad lamentables; por que son hechos producto de procesos que empezaron y terminaron mal y los procesos de carácter social, económico, político y cultural que iban por buen camino se desviaron o simplemente el dueño del poder entendía que no le era conveniente seguir adelantando proyectos o políticas que reconocieran al pueblo y mejor tomo la decisión de que dichos procesos que buscaban identificar lo que verdaderamente ere o podría ser Colombia no siguieran, no continuaran, no enseñaran al pueblo o que simplemente dejaran de existir esos procesos; y es que la violencia, o mejor la tragedia continua por la que el pueblo Colombiano siempre ha estado atormentado y que nos ha desgarrado por causa de una política nociva de carácter Nacional y Regional, y nociva por que se diseño por una oligarquía que se ha perpetuado en el poder político, económico, y social a toda costa, y que fue el principal detonante que permitió y autorizo el desencadenamiento del terror y de la violencia en esta. Todos esos acontecimientos, todas las interpretaciones posibles sobre la historia de Colombia, todas las conclusiones o evidencias de como se manejaba o gobernaba a Colombia nos permiten conocer a nuestro país Cara a Cara como lo demuestra Belisario Betancur en su libro “Colombia Cara a Cara” (Betancur, 1961); esa Colombia cara a cara y esa vaina que se tiene que acabar (Ospina, William, 2013) y en la que estamos los Colombianos nos permiten identificar cuatro factores ineludibles para la construcción sobre lo que significa la historia de Colombia y mas aun lo que podemos hacer por Colombia; el primer aspecto es: la dimensión de la patria por que la perspectiva de la existencia y de la historia, enseñan a ver con ojos distintos y con diferente medida lo que es la patria; y los aspectos que siguen: El desarrollo económico y el avance social, las caras de la violencia, y la aproximación a la realidad Colombiana, nos dicen que es Colombia.
Pero cuando llega el momento de realizar una reflexión entendemos que sólo es posible realizarla cuando hay cierto grado de serenidad y de distancia frente al tema en cuestión, pero cuando empezamos por coger el libro y tan pronto como leemos las primeras páginas de ‘Pa que se acabe la vaina’ (Ospina, William, 2013) nos vemos forzados a cambiar nuestra idea o concepto sobre las reflexiones. Examinamos los temas de Ospina: El manejo del gobierno, el manejo del territorio por parte de la política Colombiana, las formas de gobernar el territorio, el modelo que perdimos y que en ultimas nunca tuvimos, el papel y la influencia de la religión en el Estado, los pocos procesos de industrialización y los diversos procesos de urbanización, el liberalismo en el país, y los mas resaltantes que son las épocas de violencia y el desarrollo de la cultura y el arte . Y, sin embargo, algo comienza a insinuarse entre los planteamientos que indirectamente ofrece el libro. No es sólo el afán de comprender lo que motiva la reflexión de William Ospina: también lo hace la indignación. William Ospina usa palabras fuertes en ‘Pa que se acabe la vaina’, dice nombres propios y no cesa de señalar como el culpable trascendental a una dirigencia "mezquina y sin grandeza", a un "estado delincuente", a un "estado inhumano", al discurso egoísta e irresponsable de "la espada y de la cruz": "el modo como se fue gestando la catástrofe de la historia de Colombia, de la Violencia física, mental, cultural y social de Colombia"; por que a Colombia no solo la violentaron con muerte física, si no que la violencia se hiso notar en las posibilidades que teníamos de sobresalir por medio del arte y la literatura. Pero, ¿acaso es posible acercarse a la historia del último siglo en Colombia sin sentir un poco de indignación? No es mediante un distanciamiento insensible como se logra interrogar de forma efectiva la realidad colombiana; hay que sentir un poco sobre los hombros las cargas de la postergación y del absurdo retraso de Colombia en aras de lograr desarrollo. Ahora bien, así como hay indignación en este libro, también hay generosidad. No es tan inquietante que se señale a la vieja aristocracia de ser quien ha buscado que se perpetúe la tragedia nacional, o a esa iglesia tantas veces despiadada, sino que se mire como se mira a las guerrillas, a Manuel Marulanda y al fenómeno del narcotráfico. Muy fácil hizo carrera en este país el discurso que los señala como causas y no como consecuencias de un orden de cosas, eliminando así toda reflexión y toda duda, y se estableció la idea de que hay un sector de la población que sólo merece el sometimiento o la muerte. William Ospina rechaza esta idea, porque sabe que no hay cosa tal como un levantamiento espontáneo, y se pregunta si acaso estos sectores que han protagonizado guerras tan terribles contra el estado, no estarían, más bien, compuestos por gente apasionada y talentosa a la que no le dieron espacio en el viejo país y que decidió abrir sus propios caminos.
El texto refiere una premisa y una conclusión al mismo tiempo, “las grandes perversiones y tragedias del pueblo no son otra cosa que el resultado de las omisiones y la irresponsabilidad del poder” y con este condición podemos aprender hasta dónde puede llegar una comunidad, una sociedad desamparada y desconocida por el gobierno en términos de civilización, que siempre se encontró en un entorno en donde crecía sufriendo los improperios violentos y que se sumergió en la exclusión y en el ningún aprecio de sí misma, cuando es autorizada por los púlpitos y por los líderes a todos los excesos.
De igual manera a estos aspectos que desarrolla el texto, se le suma podríamos decir que una paradoja, en ‘Pa que se acabe la vaina’ hay un contrasentido que de cierto modo es especialmente notable: que aunque el título nos de a entender y a esperar una respuesta para una coyuntura precisa y a un punto de quiebre determinado dentro de la historia colombiana, él (el titulo) es esencialmente
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