Asentamientos rurales en las periferias de las ciudades que forman la Zona Metropolitana del Valle de México

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Universidad Autónoma Metropolitana

Unidad Xochimilco

División de Ciencias y Artes para el Diseño

Planeación Territorial

Módulo VI: Asentamientos rurales

Curso: Teorías de los asentamientos rurales

Ensayo final. Asentamientos rurales en las periferias de las ciudades que forman la Zona Metropolitana del Valle de México

Alumna: Luz Mireya Olvera Cabrera

Profesor: José Luis Martínez Duran

Grupo: AF02P

8 de Julio de 2020

Índice

Introducción

Antecedentes

El perfil rural de los municipios metropolitanos

Transformaciones territoriales en las grandes ciudades

Poblamiento urbano y tradicional

El patrón de urbanización de los pueblos y las localidades rurales

Las transformaciones territoriales del poblamiento tradicional y el urbano

Conclusiones

Bibliografía

Introducción

El presente ensayo tiene como finalidad explicar cómo ha sido el crecimiento de las principales ciudades de la zona metropolitana del valle de México, así como la influencia y relación que estas tienen con las localidades rurales formadas en su periferia, como un ejemplo de este fenómeno tenemos el caso de la zona de estudio de este trimestre, dos localidades (Villa Milpa Alta y San Francisco Tecoxpa) ubicadas en la alcaldía de Milpa Alta, es un caso bastante particular pues se trata de un espacio totalmente rural formado en su mayoría por asentamientos irregulares que está ubicado precisamente en la periferia de la Ciudad de México, una de las más grandes e importantes, sin embargo esto no ha sido ningún impedimento para que estas localidades sean consideradas como los mayores productores de nopal en todo el país y como ya sabemos este producto es muy importante para el consumo humano.

Para hablar específicamente de las relaciones entre las periferias y las ciudades, es importante conocer antes que nada cómo se ha dado el crecimiento y desarrollo de estas últimas, desde la década de 1980 y hasta el año 2000 se ha presentado un crecimiento considerable en la expansión urbana, tanto en las ciudades medias como en algunas más grandes y consolidadas; presentando características diferentes en cada tipo de ciudad, para las primeras, por ejemplo, la urbanización se ha caracterizado por un gran crecimiento demográfico y físico, es decir de población y edificaciones; en las grandes ciudades en cambio, se presenta una disminución notable del ritmo de crecimiento de la población, aunque esto no quiere decir que se ha evitado la expansión física.  En ambos caos, el factor común para el crecimiento urbano es la relación que se tiene con el sector agrícola y las diversas formas en que se han vinculado entre sí, es decir, podría decirse que en la mayoría de los casos las ciudades dependen de estas zonas rurales o agrícolas para poder obtener alimentos y materias primas.

Antecedentes

Como ya sabemos, la Zona Metropolitana del Valle de México está formada por las 16 alcaldías de la Ciudad de México y 59 municipios conurbados, de los cuales 58 pertenecen al Estado de México y uno al estado de Hidalgo. El crecimiento del área urbana hacia la periferia dentro de la zona metropolitana presenta distintas dinámicas, por ejemplo, la Ciudad de México ha dejado de crecer en cuanto a población, incluso algunas alcaldías ubicadas al centro de la ciudad, como Azcapotzalco o Gustavo A. Madero han presentado tasas de crecimiento negativas, en los municipios del Estado de México, la situación es distinta pues hay una saturación del crecimiento urbano con tendencias hacia la desconcentración de la población, tal es el caso de Nezahualcóyotl y Tlalnepantla, sin embargo uno de los casos que más llama la atención es el de Valle de Chalco y Chimalhuacán los cuales presentan la tasa de crecimiento más alta con 14% y 15% respectivamente y esto solo en el periodo de 1980 a 1990.

El crecimiento desmedido de la periferia urbana se debe, entre otras cosas, a la incorporación de suelo de diferentes tipos a usos urbanos, por la cercanía del área urbana a las zonas agrícolas y por el incremento de la demanda de vivienda popular, lo que ha ocasionado que incremente el número de asentamientos humanos irregulares, aunque también se han permitido que las inmobiliarias puedan invertir para crear viviendas accesibles para los sectores de la población con ingresos bajos, ocasionando el crecimiento de los llamados pueblos conurbados los cuales tienen una marcada presencia de agentes sociales tradicionales de las áreas rurales; sin mencionar la presencia de los fraccionamientos residenciales que invaden importantes zonas de valor ecológico.

Para poder analizar la expansión urbana es necesario considerar la dinámica demográfica y la proporción existente de población urbana, actividades económicas que se realizan en la ciudad y la distribución de la PEA; también hay que tomar en cuenta la dimensión espacial referida al espacio urbano a partir de la cercanía con el área construida, y las transformaciones del territorio provocadas por las principales vías de comunicación así como las redes de transporte público; por último también deben tomarse en cuenta los diferentes tipos de asentamientos humanos de la ciudad, tales como centros históricos, fraccionamientos (tanto residenciales como populares), conjuntos o unidades habitacionales, colonias populares, pueblos conurbados, etc.

El perfil rural de los municipios metropolitanos no conurbados

Aproximadamente la tercera parte de estos municipios tiene una importante presencia de población rural, por lo menos 10 municipios tienen una población rural mayor a 40%. Este primer indicador nos muestra un perfil de municipios que no concuerda con la mayoritaria presencia de población urbana, y por los simples datos que se presentan aquí podrían ser caracterizados sin ningún problema como rurales. Aunque en 60% de los municipios metropolitanos que nos ocupan predomina la población urbana, hasta ahora no hay un estudio que cuestione o explique por qué estos municipios rurales se asumen como urbanos.

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