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.Autores: Ana María de los Rios, Anyi Julieth Osorio, Erika Sofia Malagón y Lizeth Yulieth Obando


Enviado por   •  25 de Marzo de 2016  •  Ensayos  •  1.129 Palabras (5 Páginas)  •  688 Visitas

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Una nueva elección.

Autores: Ana María de los Rios, Anyi Julieth Osorio, Erika Sofia Malagón y Lizeth Yulieth Obando

Por décadas el hombre ha intentado apoderarse de la naturaleza y controlar su normal curso, siendo beneficioso o maléfico en sí. Creerse el dios de todo, le da poder en su libre albedrío. Así que decidir qué hacer y cómo controlar todos los aspectos de la vida humana, ha sido uno de los principales enigmas morales de la sociedad. Para lo cual, la ética médica refiriéndose al “estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y de la salud, analizada a la luz de los valores y principios morales" (Reich, 1978) (ACEB (Asociación Catalana de Estudios Bioéticos), 2008), constituye una salida a esas crisis íntegras, puesto que con el ritmo de la sociedad y los grandes avances que da la tecnología a ésta, hoy afronta con problemas nuevos, pero cuenta con los mismos medios de siempre para resolverlos: el uso juicioso de la razón y la luz de los valores y principios coherentes con la específica forma de ser del hombre (ACEB (Asociación Catalana de Estudios Bioéticos), 2008). Es así que la llamada Eutanasia está planteando un debate social que, más allá de su dimensión sanitaria, promueve interrogantes éticos, jurídicos y políticos, ¿cómo solucionarlo?

El concepto de Eutanasia ha viajado a través del tiempo con interpretaciones totalmente diferentes; en la antigua Grecia estaba permitida ejercerla ya que predominaba la idea de una vida bien vivida, no limitada con males y sufrimientos corporales. Después en la Edad Media cambió rotundamente debido a las imposiciones religiosas de la época.         Es así que ha sido manejada por dos corrientes filosóficas, integradas por hombres de ciencia y religión basándose en las creencias y conocimientos que hasta ese momento sus semejantes, como seres sociales, han desarrollado invocando la dignidad humana, tanto para defenderla como para rechazarla. Para sus defensores, la dignidad humana del enfermo consiste en el derecho a elegir libremente el momento de la muerte. Para sus detractores, la dignidad humana es oponerse a este derecho por considerarlo una arbitrariedad humana frente a un asunto exclusivamente divino para algunos y exclusivamente científico-legal para otros. (Acosta, 1996)

En un concepto más actualizado, la OMS (Organización Mundial de la Salud) define a la eutanasia como aquella "acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente". Esta definición resalta la intención del acto médico, es decir, el querer provocar voluntariamente la muerte del otro, acabar con una vida enferma.

En Colombia, la Corte Constitucional determinó que no resulta punible (es decir penalmente reprochable) la conducta concertada entre un médico y su paciente, consciente y capaz, que, al sufrir una enfermedad incurable y padeciendo intensos dolores, solicita libremente su intervención para poner fin a su existencia (Rojas, 2015). Así, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, explicó cómo será aplicada la eutanasia en Colombia, luego de la firma de la reglamentación de la sentencia T-970 de 2014 de la Corte Constitucional que ordena al Ministerio de Salud diseñar y plantear la ruta para que se garantice la muerte digna a los colombianos en todos los hospitales y clínicas del país (Redacción Salud, 2015) . Esto depende del deseo de un paciente terminal mayor de edad que desee una muerte digna.

El concepto de muerte digna y calidad de vida, sobre todo en Colombia, es algo totalmente abstracto, debido a la falta de objetividad (uso íntegro de la razón), y la necesidad de involucrar las emociones tan subjetivas, que en temas como estos, requieren ser abordados en ausencia de prejuicios.

De ese modo, la solución bioética a esta crisis moral se funda en la acción ética de los trabajadores de la salud, estoy hablando de todos aquellos que se ocupan de la defensa por el bienestar y calidad de vida de las personas, pues, es importante y claro para ellos, no confundir la calidad de vida del paciente con la calidad o el valor de su vida para los demás (Beauchamp & Childress, 2002) Porque durante su formación académica y moral se le fundamenta en que la buena salud de sus pacientes constituye su rumbo profesional. Por lo tanto en aquellos postreros casos donde la ciencia y las manos humanas son incapaces de mantener ese pilar, la eutanasia establece un efugio de sosiego en este mundo. Decisión que está cimentada en el interés del paciente sea consciente o no, es decir, cuál de las opciones representa el mejor encuentro con la serenidad. Por eso mismo, los delegados de la salud no deben rechazar un tratamiento en contra del interés del paciente por evitarle inconvenientes a la familia.

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