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BIOLOGÍA MOLECULAR BÁSICA 2017

RAFAEL CORTES MATAApuntes24 de Mayo de 2017

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Universidad de Guadalajara

Centro Universitario del Sur


Médico Cirujano y Partero

BIOLOGÍA MOLECULAR BÁSICA  2017A
     

Dra. María Luisa Pita López


Unidad 5

“Tecnología del ADN Recombinante”

Propuesta de Investigación

Integrantes

Rafael Cortés Mata 216835056

Mónica Nataly Hernandez Contreras 213462801

Patricia Guadalupe Moreno Rivera 213706603

Título:

Terapia génica, para la supresión del gen TLR9 por medio de ARNi, como posible tratamiento del Lupus Eritematoso Sistémico

Definición del problema:

Esperamos ver la influencia y proponer como posible tratamiento la supresión del TLR9 en pacientes con lupus eritematoso sistémico, puesto que el receptor de tipo Toll, es quien propicia la activación de los linfocitos B específicos frente a los antígenos nucleares propios, lo que a su vez desencadena la formación de inmunocomplejos.

   

Resumen

El lupus eritematoso sistémico (LES) El lupus eritematoso sistémico se debe a una disfunción del sistema de defensa del cuerpo: forma parte de las llamadas enfermedades autoinmunes. Se caracteriza principalmente por la presencia de autoanticuerpos que atacan a componentes del núcleo celular. En el LES se hallan anticuerpos contra el ADN con tal frecuencia que este factor sirve como criterio diagnóstico. Se pretende realizar una investigación con el objetivo de encontrar genes específicos que expresan el desarrollo de la enfermedad, pretendiendo arreglar el receptor mediante la terapia génica con el fin de curar la enfermedad o por lo menos controlarla. Para esto se utilizarán procedimientos como identificación de la forma del miRNA, validación de la misma, análisis farmacológico y pruebas clínicas.

Introducción

El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad autoinmune muy compleja caracterizada por la gran cantidad de anticuerpos presentes que producen la sintomatología que la identifica, uno de los más reconocibles es que el sistema inmune ataca al tejido sano, principalmente en la piel, articulaciones, los riñones y otros órganos. Las causas exactas de la reacción autoinmune en el LES. Esta tiene afinidad por las personas jóvenes (entre 15 y 44 años) pero puede aparecer en cualquier etapa de desarrollo.

Alguno de los puntos más interesantes es la afinidad que existe en cuanto al sexo y raza siendo las mujeres y/o las personas afroamericanas o asiáticas en las que se tienen una mayor probabilidad a desarrollar la enfermedad.

Esta enfermedad se manifiesta por medio de síntomas muy diversos, tanto como manifestaciones dermatológicas, musculoesqueléticas, cardíacas, renales, gastrointestinales, neurológicas o psicológicas. Es característico del LES el enrojecimiento malar en forma de mariposa (eritema), que empeora con luz solar. Además conlleva dolor articular, trastornos circulatorios en los dedos, afectación orgánica y síntomas patológicos generales como fiebre, fatiga, pérdida de peso, mialgia y artralgia. También puede manifestarse con problemas psiquiátricos primarios (psicosis, demencia…) o secundarios (depresión, ansiedad, manía, trastornos de la personalidad). Con este artículo se pretende explicar el porqué de este hecho, observándose desde un punto de vista molecular.


Antecedentes

El Lupus eritematoso sistémico es conocido desde hace cinco siglos, aunque su concepto ha sido modificada a lo largo de los años  debió al avance en la tecnología y en el conocimiento médico surgido.

En las primeras descripciones en los siglos XV y XV1 se utilizó la expresión de “lupus” (lesión parecida a la mordedura de un lobo) para referiste ulceraciones faciales que se extendían de forma progresiva y destructiva. En el año de 1833, el dermatólogo Laurent-Théodore Biett utilizó nuevos términos para individualizar esta enfermedad de otras parecidas como lo era el lupus tuberculoso y añadió el concepto de “eritema centrífugo” que hacer referencia a la forma en disco de las lesiones. Veinte años después, dos investigadores Hebra y Cazenave adoptaron la denominación de “lupus eritematoso” e indicaron y el predominio en el sexo femenino tanto como la afección articular. Después, entre 1895 y 1904, otros dos investigadores Jadassohn en Viena  y Osler en Baltimore describieron diversas complicaciones viscerales de la enfermedad y el carácter crónico.

En el año de 1935, Baehr, Klemperer y Schifrin, recogieron un gran número de casos con el propósito de realizar un análisis clínico y anatomopatológico combinado. Con este estudio se obtuvo la descripción más completa de la enfermedad que se conserva hasta ahora, también surgió el concepto de LES como enfermedad progresiva y grave, y algunas veces mortal, que afecta principalmente a las mujeres en edad fértil. A partir de 1941, la atención de los diversos investigadores se centró en las manifestaciones sistémicas de lupus eritematoso sistémico, tras introducir el concepto de “enfermedad del colágeno” al considerar el trastorno fundamental de estas afectaciones se basa en el tejido conectivo.

En el año de 1948, se logró un avance de mucha importancia, el investigador Hargraves describió la célula lupus eritematosa, que marcó uno de los mayores elementos para el diagnóstico de la enfermedad. Otro acontecimiento igual de gran relevancia para el diagnóstico de la enfermedad fue el aporte de Friou, los anticuerpos antinucleares (ANAs) mediante la técnica de inmunofluerecencia. A partir de los años 60’s se comenzaron a identificar los anticuerpos dirigidos contra al ADN en los pacientes con afección renal o con actividad clínica y en los años 70’s se reconocieron dirigidos contra antígenos extraíbles del núcleo (anti-ENA). La descripción de los años 80´s de los anticuerpos antifosfolipidos ha aumentado la variedad de anticuerpos con interés clínico patogénico que aparecen en esta enfermedad.

La mayoría de las investigaciones sobre el lupus eritematoso sistémico en los últimos años han estado enfocadas en observaciones y experiencias realizadas en un laboratorio con experimentos en animales. También se llevan a cabo estudios epidemiológicos que conducen al reconocimiento de una gran variedad clínica y pronóstica de la enfermedad.

Terapia génica

Este concepto de terapia génica apareció en lo años 60´s aún no está totalmente resuelto ya que faltan datos seguros y la eficacia de esta terapia.

El primer ensayo de terapia génica realizado en humanos se remonta a 1980, cuando Martin Cline realizó un intento de curación mediante este técnica, sin autorización previa, de dos enfermos de talasemia.  El intento no tuvo éxito y se saldó con la pérdida del puesto de trabajo de Cline.

La aprobación del primer protocolo que implicaba la inserción de un gen en un ser humano fue realizada en enero de 1980. La solicitud fue presentada por los Dres. Anderson, Blaese y Rosenberg y no era propiamente una terapia génica. En septiembre de 1990, los mismos Blaese, Anderson y sus colaboradores realizaron el primer ensayo clínico de terapia génica con resultado exitoso. La paciente era una niña de 4 años con deficiencia en adenosina desaminasa, una enfermedad recesiva muy rara que provoca una inmunodeficiencia combinada grave]. El tratamiento consistió en introducir el gen ADA en linfocitos T cultivados, extraídos de la paciente y reintegrarlos posteriormente a su organismo. Dado que los linfocitos no son células madre y tienen una duración temporal limitada se sabía que, aún en el caso de que el ensayo tuviese éxito, la curación no sería definitiva por lo que tendría que ser repetida a intervalos regulares. Aunque los resultados fueron positivos y la niña pudo llevar desde entonces una vida normal, el tratamiento hubo de ser repetido, primero cada 1-2 meses y posteriormente cada 3-6 meses. Sin embargo, es difícil hacer una evaluación precisa del mismo ya que la paciente fue tratada simultáneamente con PEG-ADA, un fármaco que incluye la proteína ADA normal y que es utilizado en los tratamientos convencionales de esta enfermedad. Desde entonces más de 3.000 pacientes han recibido terapia génica para diversas afecciones en todo el mundo.

En 1992, los ensayos aprobados incluían, además de la transferencia del gen ADA a linfocitos, las transferencias para seis genes distintos más, algunos de ellos relacionados con tumores. En los últimos años se han realizado ensayos para algunos trastornos hereditarios como la fibrosis quística, hipercolesterolemia familiar, enfermedad de Gaucher y la distrofia muscular de Duchenne. Hasta agosto de 2000, había registrados en los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos 431 ensayos de terapia génica, de los cuales 393 (9%) correspondían a los propios Estados Unidos y 38 (9%) al resto del mundo. De todos ellos, 271 (64%) estaban dedicados al cáncer, 33 (9%) al sida, 28 (7%) a enfermedades cardiovasculares, 25 (6%) a fibrosis quística y los 52 restantes a otras enfermedades, ninguna de las cuales superaba por separado el 2 por ciento del total de ensayos

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