Barreras en el transporte público

Barreras en el transporte público

Las barreras arquitectónicas son barreras que impiden que determinados usuarios accedan o se desplacen por un espacio. Esto hace que sea imposible que los discapacitados, los adultos mayores o las personas con movilidad reducida se muevan con facilidad. La presencia de estos disturbios es un impedimento para muchas actividades diarias. Acceder a un portal con escalones o subir al segundo piso de un edificio sin ascensor puede convertirse en una tarea imposible.

Una barrera del transporte público es la falta de medios de transporte adecuados que interfieren con la capacidad de una persona para ser independiente y funcionar en la sociedad.  Es imposible no detenerse a pensar en lo compleja que debe ser esta actividad, tan sencilla para ciudadanos independientes , pero difícil para personas en silla de ruedas o sin servicios de transporte, los retos a los que se enfrentan a diario  las personas con movilidad reducida para desplazarse de un lugar a otro, incluso en el caso de los autobuses,  aun tratándose de colectivos tienen la obligación  de modernizarlos para que sean accesibles, disponer de  puertas para subir o bajar, que permitan el ingreso de una silla de ruedas, reservar dos asientos para personas con discapacidad, permitir que las personas con movilidad reducida suban o bajen del colectivo por cualquiera de las puertas, tener áreas para situar los implementos  que las personas  con discapacidad usan para trasladarse. Los perjudicados de la existencia de las barreras de transporte incluyen personas que no pueden conducir debido a impedimentos visuales o cognitivos, sin acceso a transporte accesible o conveniente, transporte público que puede no estar disponible o puede estar ubicado a distancias o establecimientos inconvenientes. Mejorar la accesibilidad para las personas con discapacidad en el transporte público debería ser una prioridad para futuras infraestructuras que puedan proporcionar así el traslado de personas dependientes y adquirir una accesibilidad todos los ciudadanos incluidas las personas con discapacidad.

El cambio debe ser fundamental ya que la inclusión de las personas con discapacidad a las actividades cotidianas requiere prácticas y políticas encaminadas a identificar y eliminar las barreras que reprimen o lo dificultan en algunas paradas del autobús o de estaciones metrovías que cada vez son más las que están totalmente adaptadas siendo un claro ejemplo las barreras de transporte, de comunicación y de actitud, que impiden la capacidad de las personas, para participar plenamente en la sociedad.

Las barreras de transporte a las personas con una discapacidad motriz restringen trasladarse desenvueltamente y ser autónomos les limita tener una movilidad particularmente para salir y moverse al exterior de la vivienda y para usar los medios de transporte. Esto les prohíbe utilizar normalmente el transporte público que gran parte hay ausencia de transporte público disponible o ya sea que no esté adaptado para que el acceso/descenso al vehículo en silla de rueda, sin espacios adaptados a sillas de ruedas y sin anclajes de seguridad. En esas ciudades donde hay metro, pueden existir estaciones no adaptadas o con enlaces entre líneas no accesibles.

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