CASO VENEZOLANO

CASO VENEZOLANO

Durante la migración e inmigración que hubo en los años setenta en Venezuela, debido a la marginalidad, varias instituciones gubernamentales y no gubernamentales hicieron una serie de intervenciones en las comunidades más pobres; ellos querían mejorar el nivel de vida e integrar a aquellas personas que eran desfavorecidas socialmente al desarrollo estatal.  

Crearon programas de "rea-condicionamiento de barrios" que satisfacían algunas necesidades determinadas externamente, que calmaba la inquietud de las comunidades y daba motivación hacia cambios más profundos. Pero las juntas de vecinos pasaban a manos de miembros de los partidos políticos que ejercían el poder; esto servía como instrumentos de control social y muchas veces filtraban las verdaderas necesidades. Por esto surgieron simultáneamente otros tipos de movimiento social y también se constituyeron así organizaciones privadas, algunas con base religiosa, orientadas por la necesidad de transformar su hábitat y su modo de vida; ante eso no tardaron en producirse reacciones como campañas de desprestigio y aun de hostigamiento por parte de los otros partidos integrados por los “no-políticos”.

Lo interesante es que esto abrió una perspectiva de acción colectiva y, a pesar de que muchas personas favorecedoras sin la debida justificación, a determinadas a estas organizaciones “políticas”, muchas otras personas y grupos tuvieron la oportunidad de experimentar los alcances del trabajo comunitario.

Como consecuencia de todo esto, a la final, coincidieron en fomentar una forma diferente de encarar los problemas sociales; en este sentido se puede decir que había comenzado a formarse una cultura comunitaria.

Fue muy apropiado y acertado que, en Venezuela, específicamente hablando de las pequeñas comunidades, hayan tomado acciones independientes de las decisiones del estado, ya que muchas veces, cuando se ve en la necesidad de algo, ciertamente el individuo puede tomar la iniciativa para hacer lo posible de resolver dicho conflicto que lo aqueja.

Frente a la intervención que se genera como en el caso de Venezuela se puede observar que trae consigo beneficios, lo principal que logra es que en las comunidades se trabaja en conjunto, tolerancia, solidaridad, armonía y de aquella manera se pueda dar presente a una verdadera unión/colaboración social.

Las entidades gubernamentales venezolanas ayudaban y satisfacían parcialmente las necesidades de las comunidades marginales haciéndolos creer que habían tenido ciertos logros en la calidad de vida. Al sentirse beneficiados por el estado venezolano, crearon un tipo de movimiento social a favor del gobierno de turno. Lo que no se dieron cuenta es que esta estrategia marquetera del gobierno era hacerles creer que la bonificación prestada por ellos, que la ayuda que les estaban dando era por buena voluntad de ellos, pero en realidad esos beneficios son derechos básicos que todo ciudadano.

Era clara la ayuda que se brindaba para dichas comunidades con la resolución de ciertos conflictos internos comunitarios, aun así, consideramos que la forma de sobrellevar la situación no fue del todo correcta, ya que el texto menciona que ciertos políticos decidían de manera autoritaria frente a estas comunidades, convirtiendo la situación en un ambiente político dejando a un lado las necesidades de la comunidad como tal.

En conclusión, es que algunas instituciones gubernamentales creaban o asistían a ciertos servicios sociales. Para fomentar ayuda a las comunidades más vulnerables las que no tienen recursos. La mayoría de estas instituciones están instaladas en barrios marginales. Aunque las instituciones ayudaban a estos sectores vulnerables. Para que la gente tuviese una mejor situación económica. No quiere decir que les brindaban ayuda por su propia cuenta, sino que los programas de ayudas iniciaban por petición de la comunidad por exigencias planteadas de la comunidad.

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