CASO ÉTICO MADRE SUBROGADA

CASO ÉTICO

MADRE SUBROGADA

Juan Camilo Betancourt Agudelo

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Marcela es una joven de 24 años que vive con su madre, Clara, en una pequeña casa en el centro de la ciudad. Ella a duras penas pudo terminar el bachillerato pues su padre le dejó un seguro antes de morir para que pudiera estudiar, pero el dinero no fue suficiente para una carrera universitaria y su madre no puede pagarla, dado que se dedica a vender accesorios de mujer, que a duras penas les alcanza para hacer el mercado. Por otro lado, Marcela trabaja como empleada del servicio y ella es quien mantiene mayoritariamente la casa donde vive.

Un día, Marcela fue a trabajar a la casa de sus patrones Carlos y Juana, en donde sólo vivían ellos dos. Juana trabajaba medio tiempo, razón por la cual llegaba a casa a las 3 pm todos los días y esperaba a que llegara su marido dos horas después.

Ese día, Marcela salió muy angustiada de su casa dado que su mamá se había caído y se quejaba de un intenso dolor de cadera, pero de todas formas su madre le dijo que fuera a trabajar.

A las cinco de la tarde llegó Carlos de mal humor a la casa, con un sobre en la mano y lo abrió en compañía de su esposa, aunque era evidente que ya conocía su contenido. Juana se sorprendió al darse cuenta que ella no podía quedar embarazada y Carlos insistía en que no sabía qué hacer, pues él quería tener un hijo.

La discusión entre ambos se prolongó hasta las seis y media de la tarde, hora en la cual Marcela se disponía a salir para su casa.

En la salida Carlos y Juana decididamente abordaron a Marcela y le propusieron que les alquilara su vientre a cambio de cinco millones de pesos por cada mes de embarazo y cuatro millones por otros cuatro meses luego del parto, a lo que respondió con prisa que debía pensarlo y se fue a su casa.

Al llegar a su casa, se encuentra con su madre, quien le comenta que había ido al médico y que le dijo que debía someterse a una operación de cadera que le costaría diez millones de pesos, lo cual impactó a Marcela y la llevó a considerar el alquiler de su vientre. Se lo comentó a su madre y ella no estuvo de acuerdo, pero de todas formas insistió en que lo haría.

Al día siguiente, a las tres de la tarde, Marcela aceptó la oferta del alquiler en tanto llegó Juana a la casa e inmediatamente le comentó a Carlos y se fueron a donde un médico particular quien realizaría la fecundación para conocer el procedimiento.

A la semana siguiente, se realizó la fecundación in vitro y vino la primera paga a Marcela, quien además pidió un adelanto del mes siguiente dado que debía pagar la operación de su madre. Y así fue.

Al pasar del tiempo, Marcela ya tenía seis meses de embarazo, pero empieza a dudar si quiere o no regalar a la pequeña que traía en su vientre, pues había desarrollado cierta conexión con ella y hasta había pensado en un nombre. Sofía.

Marcela sabía que ya le habían pagado treinta millones, de los cuales ya había gastado más de la mitad, pues inició una carrera como arquitecta en la universidad, pero aun así no dejaba de pensar en su hija y quería huir con ella, pero sabía que debía devolver ese dinero, dinero del cual no disponía.

¿Qué haría? ¿Abandonar a su hija? o ¿Escapar con su madre e hija con el dinero que le queda?

Para responder a lo anterior, es pertinente pensar en qué es aquello o mejor, cual es la decisión que va a generar un mejor impacto en el futuro.

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