COMUNIDADES DE APRENDIZAJE Y PRÁCTICA

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COMUNIDADES DE APRENDIZAJE Y PRÁCTICA

UNIDAD 1

COMO NOS TRANSFORMA LA CIBERCULTURA

En nuestra sociedad, encontramos diversos tipos de culturas, las cuales varían en creencias religiosas, pensamientos políticos, étnicos, de género, entre otros, pero es innegable que en la actualidad la mayoría de culturas, convergen en un aspecto, como es el uso de la tecnología, este uso puede variar dependiendo de las costumbres y el medio en el que se desarrollen, pero la característica de hoy en nuestra sociedad es el uso de las tecnologías de la información y comunicación, estas se emplean en el ámbito laboral, profesional, recreativo, educativo e incluso en nuestras relaciones personales, y son empleadas por individuos de todas las edades y clases socioeconómicas.

Al incluir en nuestro quehacer cotidiano las TIC y con ello la diversidad de herramientas que nos ofrece las web 2.0, hacemos parte de una cibercultura, es decir una cultura en donde el manejo de herramientas tecnológicas ya sean tangibles como el computador o virtuales como las redes sociales, hacen parte de nuestra cotidianidad, y permiten nuestro desarrollo como individuos. Según Derrick Kerckhove, la cibercultura es comparable con el papel que desempeña el lenguaje, incluso menciona el hecho de que este tipo de comunicación tiene un alcance más universal que el alfabeto.

Para las nuevas generaciones, el uso de las tecnologías de la información y comunicación, es aun algo más natural, se podría decir que ya lo traen en sus genes, ya que el manejo de herramientas tecnológicas o informáticas ha modificado el estilo de vidas de varias generaciones, lo que con lleva a cambios en la forma de pensar, actuar e incluso cambios físicos, tal como se presentaron entre el hombre primitivo y el actual. Se puede afirmar lo anterior en base a comparar algunos cambios comportamentales de la generación anterior versus la población actual que se encuentra en un rango de edad entre 12 y 30 años, quienes en muchos casos prefieren interactuar con otras personas a través de un computador u otro dispositivo electrónico, sintiéndose más cómodos al relacionarse con otras personas virtualmente, igual pasa con otro tipo de actividades humanas para las cuales anteriormente siempre era necesario interactuar persona a persona, como realizar compras, o participar en juegos, hoy eso está quedando relegado, ya que se puede realizar compras en línea, al igual que jugar con otras personas, simplemente con el uso de internet. De igual forma pasa con las generaciones aún más jóvenes, los niños de hoy en día, desde edades muy tempranas tienen la facilidad para manipular, e intuir el funcionamiento de dispositivos electrónicos o informáticos, pero en ocasiones no pueden concebir la idea de cómo desarrollar procesos sencillos y cotidianos como dar un vistazo a una revista o realizar actividades lúdicas diferentes a las que puede ofrecer un computador.

Toda esta transición en la que nos encontramos actualmente nos lleva pensar, sobre las bondades, beneficios, o perjuicios a los que nos puede dirigir una sociedad totalmente volcada hacia una cibercultura, lo cual de acuerdo a varios autores es incierto, ya que es innegable que en el ámbito académico, la inclusión de las tic y a su vez las tac, han generado grandes avances, permitiendo integrar a los currículos nuevo modelos pedagógicos, y nuevas formas de aprendizaje, como la enseñanza a distancia.

En las nuevas generaciones, las TIC, permiten comprender diferentes temáticas con mayor facilidad y avanzar con mejor ritmo en temas que presentaban dificultades para los estudiantes, para los docentes se presentan como un recurso que en ocasiones facilita la labor de enseñar, dejando un poco atrás esa idea de “trasmitir conocimientos” a través de un a clase magistral, y aprovechar estas herramientas para fomentar el espíritu investigativo, pero estas bondades están en gran medida están supeditadas al uso que como docentes o estudiantes hagamos de las tecnologías de la Información y la comunicación, porque no es posible esconder que a través del uso de estas hemos perdido o dejado atrás la capacidad de valorar como se realizaban las diferentes actividades, académicas, sociales, culturales, interpersonales, entre otras, antes de adentrarnos a la cibercultura.

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