CULTURA Y METACULTURA

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CULTURA Y METACULTURA

Referente al texto de Ramón Sarró Maluquer, habla de las diferencias culturales desde un punto de vista de la antropología sobre el estudio de los pueblos originarios para comprender el cambio que hay en el mundo (globalizado).

Tomando en cuenta las aportaciones en sus ensayos de los autores como Clifford Geertz, Ulf Hannerz teniendo como punto central el objeto observado de la complejidad cultural del mundo en que vivimos, tomando como aspectos la cultura de las personas y los lugares de manera global. Hannerz polemiza que la “cultura se genera y se articula sobre la base de la experiencia personales que se producen en el ámbito local, y que la localidad y la familiaridad siempre le ganan la partida a lo global y a lo extraño, pues lo global solo puede penetrar en lo local si se reduce a lo familiar y comprensible”.

Para Hannerz hay dos Metaculturas dominantes, una que permite ver y tratar el mundo como homogéneo y la otra que permite verlo y tratarlo como diverso. Ante esta realidad Hannerz propone una combinación de perspectivas y de objetivos, para estudiar a las personas teóricamente que ocurren a la vez. Evidentemente hablar de la cultura local o global o de la doble naturaleza de la cultura: por un lado, la cualidad universal que nos une y por otro conjunto de cualidades particulares que nos separan, en la práctica solo hay dos alternativas insistir en lo común la cultura humana o insistir en la diversidad de las culturas humanas.

En este sentido Hannerz puntualiza que es insistir en la multiplicidad de culturas para alcanzar la comprensión mutua. En este caso la composición de la cultura será híbrida y globalizada como resultado de los contactos y cruce de lenguas (idiomas), dándonos a entender que vamos hacia un mundo en el que cada vez más mezcla cultural.

Para trasladarlo en el ámbito cultural no se trata de mezclar, sino lo nuevo entra en el mundo de la cultura, aunado a ello tiene que haber una lógica de culturas para regular o formalizar como mezclar dicha cultura de lo contrario no se sostendría la diversidad cultural; la humanidad avanzaría hacia esa única “raza cósmica” y a la vez se da la homogeneización de la cultura. En esta aportación antropológica de la modernidad concibe la expansión de la cultura occidental del centro y de la periferia, haciendo un análisis de la globalización nos muestra la penetración de los elementos de la cultura popular norteamericana.

El acierto del libro de Hannerz es doble por un lado hacemos pensar sobre cómo se articula hoy la dinámica entre el mundo global y la producción de la localidad, por otro lado, provocar la reflexión ética sobre esta dinámica ¿es la homogeneización tan mala como a menudo lo pintamos? ¿a quién no le gustaría que el respeto a los derechos humanos fuera más homogéneo? Estas preguntas nos obligan a reflexionar sobre nuestros prejuicios esteticistas en compartir la diversidad cultural que estamos inmerso en ello y a la vez no olvidar el hecho de compartir una cultura y admitir que debemos pensar en la diversidad cultural ya que está en constante desarrollo la construcción por mucha globalización que haya “la diversidad es un a priori de la realidad mundial y el mundo no solo es plural sino homogéneo y diverso como lo dibuja Hannerz.

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