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Capitalismo Especulativo Y Alternativas Para América Latina


Enviado por   •  18 de Octubre de 2012  •  9.553 Palabras (39 Páginas)  •  589 Visitas

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Capitalismo especulativo y alternativas para América Latina

Autor(es): Carcanholo, Reinaldo A. - Nakatani, Paulo

Carcanholo, Reinaldo A.. Profesor del "Programa de Pós-Graduação em Políticas Sociais" y del Departamento de Economia de la Universidad Federal do Espírito Santo (UFES)

Nakatani, Paulo. Profesor del Programa de Posgrado en Política Social de la Universidad Federal de Espíritu Santo (Brasil).

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Cualquier respuesta mínimamente respetable sobre el futuro de las sociedades latinoamericanas, especialmente sobre sus perspectivas económicas de medio y largo plazo, presupone un diagnóstico adecuado sobre la etapa actual del capitalismo mundial y sobre su probable trayectoria en las próximas décadas.

Pocos cuestionan hoy el hecho de que vivimos, desde más o menos la mitad de los años '70, una nueva etapa capitalista, muy diferente de los "treinta años gloriosos". En aquella época, la explotación capitalista pudo convivir con un nivel de vida relativamente satisfactorio para los trabajadores del Primer Mundo y con un proyecto de desarrollo en algunos países del Tercero. Esto permitió, por lo menos en las ciudades, algún grado de ascenso social de parte de los trabajadores y la formación de una clase media con cierta significación.

El capitalismo en su nueva etapa

¿Qué características básicas presenta esta etapa capitalista, bajo la que vivimos y de la que aún seguimos siendo víctimas?

Katz[1] resume bien algunas de las características que configuran el período. En primer lugar, este autor destaca la ofensiva que el capital desencadenó contra el trabajo. De hecho, la política neoliberal desde los años '80 implicó un retroceso político e ideológico de los trabajadores, representando pérdidas significativas desde el punto de vista económico, en términos de salarios, empleo, trabajo estable y conquistas sociales. La política generadora de desempleo, tanto en los países ricos como en los demás, fue desestructuradora de la resistencia del trabajo. La segunda característica que señala Katz se refiere a la expansión del capitalismo, tanto geográficamente (alcanzando a los ex países socialistas), como en profundidad, con la generalización de las privatizaciones de empresas públicas y la mercantilización de bienes antes públicos (salud, educación, cultura), además de una mayor internacionalización de la producción. Finalmente, destaca el surgimiento de una nueva revolución tecnológica y la recuperación de la hegemonía norteamericana en diversos ámbitos. Señala también una cuarta característica, que sería la recuperación de la tasa de ganancia de corto plazo, algo coyuntural y a lo que nos referiremos más adelante.

Sin embargo, el autor, por lo menos en el texto citado[2], aunque menciona a la desregulación financiera, no destaca lo que nos parece ser una característica básica de la etapa capitalista contemporánea[3]: la financiarización mundializada del capital; el dominio del capital especulativo parasitario sobre el capital sustantivo en el ámbito mundial del capitalismo. Esto, que Chesnais llama mundialización financiera, más que una característica de la actual etapa capitalista, es su propia definición. Este autor ya la describió y analizó con mucha precisión en sus determinaciones más concretas.[4]

Financiarización/Especulación

Por detrás de esta realidad financiarizada, reina lo que llamamos capital especulativo parasitario. Se trata del mismo concepto de capital ficticio expuesto por Marx en el Libro III de El capital, sólo que mucho más desarrollado, en una fase avanzada de su desenvolvimiento. Mientras que el capital ficticio, tal como es descrito en los textos de Marx, aparece como un aspecto subordinado en el interior de la unidad contradictoria que podemos llamar "capital" y que tiene como polo dominante al capital industrial, el capital especulativo parasitario es el capital ficticio que se ha desarrollado y se ha vuelto dominante, debido a la inversión de los polos.[5]

Incluso las propias empresas dedicadas a la producción o al comercio, cuando son grandes, se ven contaminadas por la lógica especulativa.

Es verdad que no es la primera vez que el capitalismo presenta con intensidad su cara especulativa y parasitaria. La diferencia radica en el hecho de que ahora esa cara se volvió la propia esencia de una nueva etapa, prolongada y con profundas implicaciones y consecuencias. Hay otra diferencia, tal vez de menor importancia, pero no insignificante, y que no puede dejar de mencionarse: la especulación hoy ya no se hace exclusivamente en el espacio privado, sino que se presenta también, y de manera privilegiada, a través de títulos públicos emitidos por los diferentes Estados.

Producción/Apropiación: la contradicción principal de la nueva etapa

Otros autores también destacan la financiarización de la economía capitalista. Es el caso de Duménil y Lévy[6] que, en sus análisis, llaman a la actual etapa capitalista "neoliberal" y privilegian el estudio de la contradicción entre la propiedad y la gestión del capital. Sin negar la existencia de esta contradicción, nos parece que no es la que nos debe preocupar prioritariamente. La contradicción principal que debe ser analizada en el estudio de la etapa capitalista actual es la que hay entre la producción y la apropiación del excedente capitalista.[7]

El capital ficticio es, por extensión, el capital especulativo parasitario y al mismo tiempo, dialécticamente, ficticio y real. Si lo miramos desde el punto de vista de las relaciones individuales de mercado, es tan real como cualquier otro capital y puede fácilmente ser intercambiado por cualquier otra forma de riqueza material. Así, desde este punto de vista, el capital especulativo parasitario, forma desarrollada de capital ficticio, es real. Por otra parte, y viéndolo desde un punto de vista global, es ficticio por estar desprovisto de sustancia (por no constituir un capital sustantivo) y por no contribuir en nada a la producción de plusvalía. Sin embargo, aunque es ficticio por esta razón, es real porque es reconocido socialmente como legítimo merecedor de remuneración (intereses y ganancias especulativas). Así, el capital ficticio es ficticio y real al mismo tiempo.

Es justamente esta dialéctica ficticio/real la que nos indica la relevancia de la contradicción entre la producción y

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