Caracas y Brasilia la Modernidad en Latinoamerica

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR

DEPARTAMENTO DE DISEÑO, ARQUITECTURA Y ARTES PLASTICAS

LA MODERNIDAD EN IBEROAMERICA

DE CARACAS A BRASILIA

INTEGRANTES:

Víctor Bailón 13-10106

Yakhary Terán 14-11070

Julio 2018

INTRODUCCION

     Caracas a lo largo de la historia ha sido una ciudad que se ha ido transformando y expandiendo de manera tal que ha llegado a ser considerada como caótica.

   Para la década de 1930 ya existían pequeñas urbanizaciones de crecimiento orgánico en las periferias del valle de Caracas, antiguas haciendas como la florida se transformaron en urbanizaciones, el surgimiento de poblaciones en Nueva Caracas (Catia) habían llevado a la ciudad muy lejos del esquema planteado en la época de la colonia.

   Es para 1937 que con la contratación de un grupo de arquitectos y urbanistas franceses como Henri Prost, Jacques Lambert y Maurice Rotival con la realización de un estudio para la ciudad de Caracas que indicaría los lineamientos que debería seguir la ciudad durante su proceso de desarrollo.

   Los objetivos se pretenden alcanzar mediante el estudio comparativo de estos planteamientos arquitectónicos son los distintos proyectos que se desencadenaron producto de este plan, cuya realización corresponde a distintos períodos de tiempo, formando parte del desarrollo que se daba en la ciudad y posteriormente las influencias apreciables con el plan piloto de Brasilia de 1957.

   Aunque las propuestas del Plan Rotival, tal cual fueron planteadas por sus autores, no se llegaron realizarse, las mismas guardan cierta relación con diversas obras arquitectónicas de construcción posterior y los elementos estructuradores de la ciudad planteados por este Plan se encuentran presentes y se convirtieron en la huella arquitectónica o legado del mismo en la ciudad.

1. LA CIUDAD Y SUS PROBLEMAS

     Si se analizan las transformaciones físicas más relevantes que se han dado en la ciudad hispanoamericana, podemos observar que éstas se dan a lugar durante el último tercio del siglo XVIII, como respuesta a toda una serie de cambios sociales y económicos. Posteriormente, al arribar a los últimos veinticinco años del siglo XIX, según las posibilidades, intereses y particularidades de cada país, se impone la modernización de las ciudades capitales.

   El modelo a seguir fue París, como la metrópoli digna de imitación. En su traza, tejido y buena parte de su paisaje, estas ciudades conservaron hasta 1870, aproximadamente, el carácter que habían adquirido después de sus respectivas fundaciones.

     La visión de los gobernadores del siglo XVIII concluye con el primer intento oficial de organizar, en su totalidad a la ciudad de Caracas con el proyecto de “Ordenanzas para el Gobierno y Policía de la muy ilustre Ciudad de Santiago de León de Caracas” Planteado en 1802 en el cual se establecieron las primeras pautas para la regulación de la vida ciudadana, entre ellos el aspecto urbanístico en función del crecimiento de la ciudad y los primeros bosquejos de los usos de suelo.[pic 1]

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   Aunque es a partir del año 1870, durante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco que surgen nuevas intervenciones urbanas; como los bulevares que mandó a construir en los alrededores del casco central, constituyendo uno de los cambios más importantes en las estructuras arquitectónicas de la ciudad colonial y el primer intento de crear nuevos espacios urbanos, inspirados en modelos franceses; los mismos no llegan a romper la configuración espacial de la ciudad tradicional.

   Con el paso de los años Caracas pasó a ser prioridad en la gestión gubernamental, la meta consistió en cambiar la imagen clásica de la ciudad provinciana en la de una urbe civilizada; una imagen digna de una capital federal; con una infraestructura urbana y servicios, edificios públicos y espacios renovados, todo bajo la inspiración de aquellos modelos del urbanismo francés tales como Philadelphia, Washington y el mismo Paris.

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   Con el gobierno de Cipriano Castro empieza la consolidación de zonas como el Paraíso como las nuevas zonas residenciales de la ciudad. Por primera vez se produce una ruptura con el denominado orden clásico del funcionamiento urbano (Cevilla, 2003), pues si bien se habían fortalecido las funciones del casco tradicional, tanto a nivel de gobierno como de centro financiero su función residencial se vio debilitada debido a la fundación residencial en las periferias del valle de Caracas.

   No es secreto para nadie el poco aprecio que le tenía el general Juan Vicente Gómez a la ciudad de Caracas, motivo por el cual llego, en la práctica a desplazar diversas funciones y actividades del poder Ejecutivo a la ciudad de Maracay.    

   Debido a esto la batuta de los planes de renovación urbana queda en manos de la empresa privada que con apoyo de los gobernantes promocionaron y llevaron a cabo durante 1920 y 1936 una serie de proyectos, que cual retazos acentuaban el “caos” de la ciudad (Negro 1989). Diversas haciendas como la florida y sectores de lo que actualmente es la urbanización del valle, empezaban a convertirse en urbanizaciones que lejos de la trama tradicional del casco central carecían de un orden claro.

   Durante los inicios del siglo XX, es reconocida la existencia en la historia urbana del país, dos períodos significativos que marcan lo que podría denominarse el inicio y la consolidación de su crecimiento urbano en general y del de la ciudad de Caracas en particular. La primera de ellas se ubica en los años 1920 que coinciden con la expansión de producción petrolera y se encuadra dentro de los lineamientos políticos y económicos particulares que caracterizaron al gobierno de ese periodo (Cevilla, 2003).

El ingreso petrolero permitió que se aumentaran en gran medida los recursos del Estado destinados a las obras públicas, teniendo consecuencias directas en el crecimiento y la calidad de vida de la población, en su movilidad espacial y en la oferta laboral. Igualmente resulta fuertemente influenciada la concentración demográfica en las ciudades, que sufre un importante impacto, no sólo por las características y localización de la explotación petrolera, sino también por los procesos migratorios que se sucedieron y la atracción generada por las nuevas inversiones.

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