Caso Dipronor

Caso Dipronor

-1969  Alejandro Rodriguez, Arquitecto, técnico en Administración Publica, 28 años,. Pequeña oficina, elaboraba proyectos de obras industriales menores.

-1990  Se consiguieron proyectos de mayor importancia y, al mismo tiempo, se pasó de ofrecer sólo la elaboración del proyecto a gestionar la dirección de las obras y la administración de los fondos invertidos en la misma

*Alejandro creó la nueva sociedad Diseños y Proyectos del Norte, S.L. (Dipronor). Abrió dos nuevas oficinas, en Barcelona

* Le llevó su tiempo tomar esta decisión, ya que era consciente de que ampliar la organización suponía en cierto modo una pérdida de control y tener que delegar responsabilidades

* Alejandro había reforzado especialmente el área técnica de la empresa, incorporando tecnología CAD.

* Ofrecido trabajo a Ernesto García y Federico Sella (proyectista y calculista, respectivamente), también  incorporo a un jefe de obras, José Manuel Rodríguez; un decorador, Gerardo Martín, y varios delineantes y personal administrativo

* La organización contaba con catorce personas, Dipronor se responsabilizaba de autorizar, en nombre de su cliente, los pagos de las distintas certificaciones a favor de los proveedores-contratistas. Estas funciones las acostumbraba a asumir todas Alejandro.

* El desarrollo de las obras se guiaba por unas prácticas similares en todo el sector.

* Una vez que la propiedad aceptaba el proyecto, Dipronor adjudicaba las distintas partidas de la obra a los contratistas.

* Iniciada la obra, se realizaban las certificaciones, en las que Dipronor, como director del proyecto, certificaba que lo manifestado por el contratista, en cuanto a cantidades y precios de unidades de obra, correspondía con lo efectivamente realizado.

* A medida que avanzaban las obras, era habitual que se realizaran modificaciones sobre el proyecto inicial, modificaciones solían tener un efecto, que generaba amplia documentación. Al intervenir diversos contratistas, la alteración de una partida podía afectar a otras.

-La actividad, desde junio de 1991, era casi frenética. Los plazos del proyecto de Gerona, el más importante en el que se estaba trabajando, con un presupuesto inicial de 2.500 millones de pesetas, se habían sobrepasado. Las causas del retraso se debían, más que a la gestión de Dipronor.

-Ernesto y Federico, que venían ocupándose de la realización de planos, desde la oficina de Barcelona, recibieron el encargo de ocuparse de otras funciones, como mediciones en la obra, comprobación de certificaciones de contratistas y adjudicación de ciertas partidas menores

4 que, por su poca importancia relativa, no requerían un proceso formal de contratación de obras.

Los consideraba sus amigos, y la marcha de las obras hacía que los dos fuesen imprescindibles.

Realizarse una auditoria para ver si los procedimientos que usaban Ernesto y Federico eran los adecuados.

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