Cientificidad de la economía

Cientificidad de la economía

Como bien sabemos la epistemología nace de la filosofía cuyo objeto de estudio está basado en el conocimiento. Esta se ocupa de problemas que se dan en circunstancias históricas, psicológicas y sociológicas, así mismo evaluando la obtención del conocimiento a partir de criterios por los cuales pueden ser justificados o invalidados estos. La epistemología se concentra en el conocimiento científico y tiene una concepción de ser una teoría acerca de la ciencia.

Cuando nos referimos a ciencia debemos tener en cuenta que es una rama del saber que está constituida por un conjunto conocimientos organizados sistemáticamente. Estos se obtienen por medio de la observación y la experimentación, acompañadas del razonamiento de diferentes áreas específicas del conocimiento. A partir de esto se forman preguntas, que permiten el planteamiento y la construcción de las hipótesis, las cual son una apertura fundamental para la investigación de cualquier área del conocimiento; y por consiguiente se pueden obtener ciertas leyes y principios a partir de un método científico.

Es importante mencionar que las ciencias se dividen en dos grandes grupos, el primero de ellos está conformado por las ciencias formales, que tienen por objeto de estudio exponer las ideas que están compuestas por las matemáticas y la lógica. En segundo lugar encontramos las ciencias fácticas las cuales estudian los hechos presentados en el mundo, en la cual se utilizan formulas sintéticas que no son validadas exclusivamente por la razón. Las ciencias fácticas están compuestas por dos subgrupos las ciencias naturales y sociales.  

Como bien sabemos las ciencias naturales combinan la racionalidad con la observación de la realidad o de cierto momento; estas se rigen por su principio de causa y efecto, lo que permite predecir o pronosticar ciertos fenómenos. En cambio las ciencias sociales analizan los fenómenos, en los que la actuación y la libertad humana pueden cambiar o modificar reglas dadas en un inicio. Estas hacen una delimitación entre el objeto de estudio y los métodos, parten del comportamiento humano, estas no proporcionan respuesta a leyes científicas a diferencia de las ciencias naturales.

Para nosotros los economistas es fundamental entender y analizar de manera ardua la historia de la economía desde diferentes puntos de vista, así como los diferentes modelos y teorías planteadas a lo largo de la historia, entre otras; pero alguna vez como economistas nos hemos preguntado: ¿La economía siempre ha sido considerada una ciencia y realmente lo es?

Es importante recordar que la economía tiene como objeto de estudio el análisis en la extracción, producción e intercambio, para así conseguir una adecuada distribución de los recursos (bienes y servicios), que mediante esto logren satisfacer las necesidades del ser humano, adicionalmente tratan de generar de manera eficiente y efectiva la riqueza. Debemos entender que la sociedad presenta una infinidad de necesidades, pero no todas estas se logran satisfacer, debido a que por su problema de escasez en la sociedad no encontramos con bienes y servicios limitados, es decir, que con estos recursos se debe obtener el mejor beneficio de ello.  

Con base a lo anteriormente mencionado tomaremos principalmente una relación entre economía y ciencia para contestar nuestra pregunta. Hemos encontrado que cada uno de estos interrogantes ha suscitado en opiniones encontradas, con diferentes percepciones y diagnósticos sobre esta ciencia económica. El campo determinado de la economía mantiene aspectos como lo son el objeto o el método, por no mencionar todos sus factores. A lo largo de la historia se han dado diversas concepciones y diagnósticos sobre la ciencia económica.  Ahora bien la relación entre ambas se da en cómo podríamos analizar entre los conceptos económicos y sus antecedentes, es decir, su historia; estableciendo así un criterio científico. La economía tiene un objeto de estudio, resolver un problema (escasez), que utiliza un método de investigación o científico, y formula leyes y principios, por lo que es considerada una ciencia.

A lo largo de la historia se ha tenido la concepción de que la economía es la más vieja de las artes pero la más joven de las ciencias. En la humanidad desde un principio los individuos se han enfrentado al problema de la escasez de los recursos, en comparación a sus necesidades y dependiendo de sus preferencias, llevándolo así a tomar decisiones económicas; consiguiendo con esto dar prioridad en algunos bienes o servicios, lo que le permitió establecer a cada uno de los individuos una pirámide de preferencias. Es significativo reconocer que la sociedad no es una persona, y por consiguiente no tiene una escala de preferencias; pues a esta lo componen diferentes y distintas pirámides de preferencias.

Además según Pareto es importante reconocer una diferencia entre el máximo de utilidad para una sociedad y el máximo de utilidad de una sociedad. El máximo de utilidad para una sociedad es el punto a partir del cual es imposible aumentar o mejorar la utilidad un individuo sin empeorar al otro, que es un término que utilizamos en microeconomía denominada como el “Conjunto de Pareto”. Las cantidades en la sociedad son heterogéneas, por esto no puede considerarse a la sociedad como una persona, y el máximo de una sociedad no puede existir. Lo que nos lleva a concluir que no se pueden tener preferencias generalizadas para la sociedad, ya que no todos los individuos requieren lo mismo y tampoco poseen el mismo nivel de riqueza.

Pero debemos reconocer que la economía no siempre ha sido considerada ciencia, esta no fue coincidida como ciencia hasta el siglo XVIII con Adam Smith, quien fue un economista y filósofo escoces (1723 – 1790) que nace con la revolución industrial. En la publicación de su obra “La teoría de los sentimientos morales” fue un paso adelante ya que por medio de su anticipación dio el concepto de que la sociedad se convertiría en una sociedad de intercambio, entre los individuos que se relacionan por ciertas expectativas y que se encuentran motivados por un sentimiento de simpatía o preferencia. En su libro “La riqueza de las naciones” realiza una investigación sobre las condiciones de equilibrio y sostenibilidad de una economía industrial; que parten de un aumento de la productividad del trabajo humano y el mejoramiento en la división del trabajo generando consigo una riqueza. Smith propone una condición natural en la economía en la que podría intervenir el Estado mediante la reglamentación de la economía y los obstáculos a la libertad de comercio. Con esto estableció la teoría de la mano invisible que suma todos los intereses individuales que conduce a un mejor resultado colectivo y por consiguiente un uso eficaz de los recursos.  

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