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Citas De Mariategui


Enviado por   •  5 de Julio de 2013  •  2.594 Palabras (11 Páginas)  •  658 Visitas

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CITAS DE LA METODOLOGÍA DE MARIÁTEGUI

“No es posible comprender la realidad peruana sin buscar y sin mirar el hecho económico. La nueva generación no lo sabe, ta1 vez, de un modo muy exacto. Pero lo siente de un modo muy enérgico. Se da cuenta de que el problema fundamental del Perú, que es el del indio y de la tierra, es ante todo un problema de la economía peruana. La actual economía, la actual sociedad peruana tienen el pecado original de la conquista. El pecado de haber nacido y haberse formado sin el indio y contra el indio.”

J.C. Mariátegui. Peruanicemos al Perú. Pág. 83

El año económico de 1925 nos ha recor¬dado de nuevo que toda la economía de la costa y, por ende, del Perú nacido de la con¬quista, reposa sobre dos bases que, físicamente, no pueden parecerle a nadie asaz só¬lidas: el algodón y el azúcar, Esta consta¬tación carece sin duda de valor para los hombres prácticos (….) La teoría, además, interviene mucho más de lo que se piensa, en conceptos apa¬rentemente empíricos y objetivos. El mun¬do, por ejemplo, cree en la solidez de la eco¬nomía británica no tanto por lo que le di¬cen las cifras de su comercio sino porque sabe que la base de esta economía es el car¬bón. La metáfora que es, evidentemente, una necesidad más bien que un gusto nos ha habituado a representarnos una sociedad, un Estado, una economía, etc., como un edi¬ficio. Esto explica la preocupación inevita¬ble del cimiento.

J.C. Mariátegui. Peruanicemos al Perú. Pág. 127-128

“el prole¬tariado debe elevarse a una "moral de productores", muy distante y distinta de la "moral de esclavos" (…) Una nueva civilización no puede surgir de un triste y humillado mundo de ilotas y de miserables, sin más título ni más aptitud que los de su ilotismo y su mise¬ria. El proletariado no ingresa en la historia políticamente sino como clase social; en el instante en que descubre su misión de edificar, con los elementos allegados por el esfuerzo humano, moral o amoral, justo o injusto, un orden social superior. Y a esta capacidad no ha arribado por milagro. La adquiere situándose sólidamente en el terreno de la economía, de la producción. Su moral de clase depende de la energía y heroísmo con que opere en este terreno y de la amplitud con que conozca y domine la economía burguesa.

J.C. Mariátegui. Defensa del marxismo. Pág. 73

El dogma es entendido aquí como la doctrina de un cambio histórico. Y, como tal, mientras el cambio se opera, esto es, mientras el dogma no se transforma en un archivo o en un código de una ideología del pasado, nada garantiza como el dogma la libertad creadora, la función germinal del pensamiento. El intelectual necesita apoyarse, en su especulación, en una creencia, en un principio, que haga de él un factor de la historia y del progreso. Es entonces cuando su potencia de creación puede trabajar con la máxima libertad consentida por su tiempo (…) La posición marxista, para el intelectual contemporáneo, no utopista, es la única posición que le ofrece una vía de libertad y de avance. El dogma tiene la utilidad de un derrotero, de una carta geográfica: es la sola garantía de no repetir dos veces, con la ilusión de avanzar, el mismo recorrido y de no encerrarse, por mala información, en ningún impasse. El libre pensador a ultranza, se condena generalmente a la más estrecha de las servidumbres: su especulación voltejea a una velocidad loca pero inútil en torno a un punto fijo. El dogma no es un itinerario sino una brújula en el viaje.

J.C. Mariátegui. Defensa del marxismo. Pág125-126

. "El Marxismo, del cual todos hablan pero muy pocos conocen y, sobre todo comprenden, es un mêtodo fundamentalmente dialéctico. Esto es, un método que se apoya íntegramente en la realidad, en los hechos. No es, como algunos erróneamente suponen, un cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas históricos y todas las latitudes sociales... El Marxismo en cada país, en cada pueblo, opera y acciona sobre el ambiente, sobre el medio, sin descuidar ninguna de sus modalidades".

J.C. Mariátegui MENSAJE AL CONGRESO OBRERO. Pag 96-95

“La primera obligación de toda obra, del gé¬nero de la que "Amauta" se ha impuesto, es esta: durar. La historia es duración. No vale el grito aislado, por muy largo que sea su eco; vale la prédica constante, continúa, persistente. No vale la idea perfecta, absoluta, abstracta, indife¬rente a los hechos, a la realidad cambiante y móvil; vale la idea germinal, concreta, dialécti¬ca, operante, rica en potencia y capaz de mo¬vimiento. "Amauta" no es una diversión ni un juego de intelectuales puros: profesa una idea histórica, confiesa una fe activa y multitudina¬ria, obedece a un movimiento social contempo¬ráneo. En la lucha entre dos sistemas, entre dos ideas, no se nos ocurre sentirnos espectadores ni inventar un tercer término. La originalidad a ultranza, es una preocupación literaria y anár¬quica. En nuestra bandera, inscribimos esta sola, sencilla y grande palabra: Socialismo. (Con este lema afirmamos nuestra absoluta in-depen¬dencia frente a la idea de un Partido Naciona¬lista, pequeño burgués y demagógico)”.

J.C. Mariátegui Ideología y Política. Pag 246.

“No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano. He aquí una misión dig¬na de una generación nueva.”

J.C. Mariátegui Ideología y Política. Pag 249.

El hecho Económico en la Historia peruana

“…El estudio de los fenómenos de la histo¬ria peruana se resiente de falta de realismo. Belaúnde, con excesivo optimismo, cree que el pensamiento nacional ha sido, durante un largo período, señaladamente positivista. Llama positivista a la generación universitaria que precedió a la suya. Pero se ve obli¬gado a rectificar en gran parte su juicio reconociendo que esa generación universita¬ria adoptó del positivismo lo más endeble y gaseoso -la ideología-; no lo más sólido -el método-. No hemos tenido siquiera una generación positivista. Adoptar una ideología no es manejar sus más superfluos lugares comunes. En una corriente, en una escuela filosófica, hay que distinguir el

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