Ciudad Educadora

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Hoy, más que nunca las ciudades cuentan con una infinidad de alternativas educativas. De una forma u otra contienen en sí mismas elementos importantes para una formación integral de sus habitantes.    Es por esta razón que el concepto de ciudad educadora es una nueva dimensión, complementaria al carácter formal, centralista y poco flexible de los sistemas educativos tradicionales.[pic 4]

Si consideramos a la educación como una práctica social, de crecimiento individual y colectivo que favorece la transformación, y a la ciudad como un espacio donde se desarrolla esa transformación, podemos decir que “la ciudad puede y debe ser educadora”. La ciudad presenta una amplia variedad de iniciativas educadoras con intencionalidad y responsabilidad diversas, con objetivos pedagógicos, así como también propuestas o vivencias, favoreciendo el aprendizaje permanente de nuevos saberes y brindará oportunidades para el conocimiento del mundo, el enriquecimiento individual, e trabajo cooperativo y soluciones solidarias.

Una de las prioridades de la Ciudad Educadora es la formación permanente de sus ciudadanos.                                                             De esta manera, además de sus funciones económica, social, política y de prestación de servicios, asume la intencionalidad y responsabilidad en la formación, promoción y desarrollo de la cultura y de todos sus habitantes.

Esta nueva concepción, implica considerar que la educación de los  ciudadanos no es solo responsabilidad de de la escuela y la familia, sino también de la comunidad en su conjunto, de las instituciones culturales, de las asociaciones con voluntad educadora y de todas las instancias de la sociedad, quienes se convierten en intermediarios educativos.

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