Clases Sociales En Argentina
marianahercules9 de Septiembre de 2012
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La estructura social argentina cambió sensiblemente en los últimos años. Un 70% de la población quedó catapultada a consumos restringidos al tiempo que el 5% más alto de la pirámide presenta comportamientos cada vez más sofisticados. Esta nueva composición obliga a repensar la masividad
Nueva pirámide
Según los últimos relevamientos recopilados por la consultora Grupo CCR la composición de la estructura social argentina se ha modificado de manera contundente. Un 40% de la población queda caratulada como clase baja con ingresos familiares que no superan los $740, por arriba se ubica la clase media empobrecida con remuneraciones que llegan hasta los $1.325. Recién a partir de esta cifra se empieza a hablar de sectores de clase media típica (no más del 20%) y por arriba el sector de clase alta que suma ingresos familiares por arriba de los $3.060.
Aglutinados en la clase media
Hasta aquí los números fríos. Pero en verdad hay que hilar más fino ya que dentro del 10% que queda encuadrado dentro de la clase alta hay un sector, que representa el 5% superior, que son los que “de verdad” podrían encuadrarse por sentido común como “los ricos”.
Este sector que se sitúa en la cúspide de la pirámide son los que tienen ingresos familiares por arriba de los $5.700. Por debajo, queda un amplio sector que “se siente de clase media”. No se trata de un concepto medible solamente en términos de ingresos sino por una conjunción de variables que tienen que ver con lo actitudinal y lo social.
Esto pone en evidencia que no siempre las particiones estadísticas, inevitables para cualquier tipo de medición de la estructura social, se condicen con las percepciones arraigadas en la población. Al tomar los indicadores de un modo lineal se podría concluir que "en Argentina es barato ser rico” ya que con un ingreso familiar de más de $3.700 uno queda en el 10% de los sectores altos.
Percepción y realidad
En verdad los analistas se encuentran ante la dificultad de dar cuenta de una realidad que ha cambiado notablemente. Es más lo que la realidad ha cambiado que lo que la gente puede internalizar.
Por un lado, la estructura social indica una gran fragmentación donde la brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre es cada vez más distante. En términos de poder adquisitivo hay una equiparación con la situación que viven otros países de América Latina. Pero en términos socioculturales se mantiene la percepción de pertenecer a la clase media.
“La clase media argentina si bien perdió la certeza de movilidad social ascendente, aún no perdió la esperanza de recuperarlo y esta posibilidad es hoy su mayor amalgama”, detalla el informe de CCR.
El arraigo del concepto de “sentirse parte de la clase media” es muy fuerte y traspasa los datos estadísticos.
El informe que CCR presentó en forma conjunta con el IAE en el Cuarto Encuentro de Consumo Masivo indica que un 55% de la población se autodefine como clase media, incluidos los sectores que se ubican en el tope de la pirámide. Un 33% se asume como clase media empobrecida y tan solo un 12% se siente literalmente “pobre”.
Casi un 90% de los argentinos se siente parte de la clase media.
¿Nueva masividad?
Como se trata de un proceso de transformación de la estructura social hay que considerar que los analistas deben hacer un esfuerzo por amalgamar la lectura estadística con las percepciones sociales. Si a partir de los estudios se consideran posibles acciones vinculadas al mercado es necesario cruzar ambas dimensiones: la real y la percibida. Si bien puede haber limitantes de acceso a determinados tipos de productos también es cierto que el arraigo de determinadas prácticas culturales pueden impulsar alguna categoría de producto impensado.
La cuestión es que esta nueva composición de la pirámide
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