Comprar Tirar Comprar

Comprar, tirar, comprar

Este documental comienza cuando a un chico se le rompe la impresora y le aparece en la pantalla que está rota, lo que significa que no la va a poder a usar nunca más a no ser que la repare. Al ir a repararla todos los dependientes le aconsejan que compre una nueva. Pero lo peor de todo, es que al igual que otros productos que han sido creados por marcas muy prestigiosas en ese mercado, han sido fabricados para que duren cierto tiempo y una vez pasado ese tiempo, tener que volver a comprar otro producto porque el anterior ha dejado de funcionar. Además de las impresoras, en este documental también se cuestiona la duración de las bombillas. Se pone de ejemplo la bombilla que todavía dura encendida en un parque de bomberos de Estados Unidos. Esta bombilla ya había cumplido los 100 años. Lo peor de todo, es que se nos muestra como a la empresa Philips no le importa decir que su política de venta es fabricar bombillas con menor duración, para que los consumidores tengan que volver a comprar otra bombilla dentro de menos tiempo.

Además de este tema, también se trata la vida que tienen los productos una vez que todos nosotros los hayamos tirado a la basura. Teóricamente esos productos se deben de llevar a un punto verde, y allí son destruidos. Pero la cruda realidad es que todos estos productos son llevados a países subdesarrollados. Teóricamente estos productos se llevan allá para que puedan seguir siendo utilizados, pero la realidad es bien distinta. Uno de los ejemplos que se pone en el vídeo es Ghana. Allí se puede ver como los habitantes de ese país los desmontan, para obtener el metal y después venderlo. Pero todo esto, lo único que esta haciendo es contaminar todo el país.

Al final del documental, y como colofón, el chico de la impresora después de mucha investigación consigue volver aponer a funcionar su impresora.

Con todo esto, lo que se quiere dar a conocer es todo el mercado de consumismo que se ha dado en los últimos años, que viene dado por la obsolescencia programada por parte de las empresas. De denomina obsolescencia programada “a la determinación, la planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que -tras un período de tiempo calculado de antemano, por el fabricante o por la empresa de servicios, durante la fase de diseño de dicho producto o servicio- éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible”. (http://es.wikipedia.org/wiki/Obsolescencia_programada)

En definitiva, la obsolescencia programada ha ocasionado un consumo condicionado a la vida útil de los productos, si bien antes este consumo estaba relacionado con las modas, ya que había productos que quedan obsoletos porque ya “no se llevaban”, ahora es porque simplemente dejan de funcionar. Pero también, otra consecuencia

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