Comunicación, Una Actitud Para La Vida

COMUNICACIÓN, UNA ACTITUD PARA LA VIDA

La comunicación es el proceso as importante de la interacción del ser humano. Es en realidad una actitud frente a la vida.

El proceso de comunicación, es el intercambio de ideas, sentimientos y experiencias que han ido moldeado las actitudes, conocimientos, sentimientos y conductas ante la vida.

Este fenómeno de comunicación es una proyección del verdadero Yo.

Con la comunicación hemos aprendido a concebirnos, tratarnos y valorarnos a nosotros mismos.

Desde la comunicación, el Yo interno, las manifestaciones de intercambio y transacción con el medio ambiente reflejan la salud interior, motivación y energía que nutre nuestra existencia.

El proceso de comunicación alude más bien a criterios de calidad que de cantidad en la comunicación conmigo mismo, con mis semejantes y con el mundo. Lo que importa es la calidad, es decir: sinceridad, profundidad, congruencia y honestidad que se imprime. De esta manera esteremos frente a una comunicación sana y poderosa que influye en el crecimiento de mí mismo y de los demás.

La mala comunicación crea sentimiento de inseguridad, desconfianza y defensiva. La mala comunicación favorece la distancia entre los seres humanos y es causa de los cuadros patológicos más severos tanto a nivel individual como familiar, grupal y organizacional.

Manipulación

Cuando se pierde o distorsiona al centro de la comunicación es cuando nos enajenamos; decimos lo que no somos, hacemos lo que no queremos, vemos lo que no hay y dejamos de ver lo que hay; nos convertimos en objetos de nuestras ideas, metas y sentimientos.

CLARIFICACIÓN DE VALORES

Todo proceso de planeación de vida y carrera requiere de un análisis y confrontaciones de los valores que vive la persona.

Aunque cada ser humano es una realidad individual, el fenómeno social influye a la persona a través de una escala valorativa referida a principios, normas, tradiciones, creencias.

Respecto a la adaptación de valores, existen cuatro elementos:

1. Moralizante: Es aquel que logra inculcar a niños y jóvenes los valores de los valores de los adultos, quienes los enseñan con el afán de evitarles conflictos y tropiezos en el camino por la vida

2. Laisser faire (dejar de hacer): El mejor camino es abandonar a la persona para que ella forme su propia escala

3. Modelaje: Este se presenta ante el sujeto pasivo del aprendizaje un modelo a seguir, un ejemplo que sirve de emulación y fuente de inspiración para la persona que inicia la construcción de su sistema valoral.

Consideramos que una de las más ricas aportaciones de la psicología humanísticas es el cuarto enfoque llamado:

4. Clarificación de valores: Este modelo parte de la premisa de que hay algunos valores que se modifican a lo largo de la vida y que es la persona libre, consciente y sana aquella que debe adoptar comprometida y responsablemente una escala valorativa propia, congruente y libre.

Este enfoque ayuda a la persona a iniciar un camino en el que sus interrogantes, dudas, conflictos e incongruencias

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