Concubinato
ismaelhvalencia16 de Agosto de 2014
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Cuando escuchamos la palabra “concubina” nuestra primera impresión es la de una mujer asiática marginada que vive con un tirano quien está rodeado de más mujeres como ella, cuyo único propósito es servirle y demostrar a los demás hombres de la época el poder viril, económico y social que ostenta. Bueno, pues hoy en día las cosas han cambiado, aparecieron los derechos humanos, terminaron las tiranías (o por lo menos eso dicen) y vivimos en un mundo relativamente libre; pero las concubinas siguen existiendo.
Una concubina actual es una mujer que cohabita con un hombre sin estar casado con él. (Pequeño Larousse, 1972) Lo que en nuestra época podría referirse a la unión libre o a un noviazgo prolongado, donde la mujer y el hombre viven en la misma casa, tiene distintas tareas y cohabitan en el mismo ambiente, logrando una atmosfera de “amor” podríamos decir, pero sin estar atados con las pesadas y largas cadenas de la palabra MATRIMONIO, o esa es la creencia popular.
En orden al derecho, la situación de concubinato tiene orígenes en la antigüedad, y desde la ley hebraica hasta nuestros días se ha mantenido con diversas alternativas que van desde su castigo, en ocasiones, hasta la ignorancia legal de la situación, en otras, pero en todo caso reconociéndole siempre efectos inferiores a los del matrimonio. (Diccionario Enciclopédico SALVAT, 1998) En México, el concubinato tiene, socialmente, una especie de Tabú por parte de las partes conservadoras del país, incluyendo a la mayoría de los católicos, pero no tiene ninguna repercusión jurídica ni tiene ninguna especie de castigo legal.
Habiendo aclarado lo que es el concubinato y su ubicación actual, así como el punto de vista social que tiene, explicaré como y que sucede con las concubinas actuales.
La concubina y el concubinario (aquel que tiene concubinas) tiene derechos y obligaciones recíprocos, siempre y cuando no tengan impedimentos legales para contraer matrimonio. Se considera concubinato cuando han vivido de forma constante y permanente por un periodo mínimo de 2 años en el caso del Distrito Federal (asamble legislativa del distrito federal, 2013) o bien, habiendo procreado hijos. Los derechos que destacan son el de recibir alimentos y derechos hereditarios.
Recientemente, se reformó una ley para que, además de recibir alimentos y derechos hereditarios, las concubinas puedan recibir parte de los bienes adquiridos durante el concubinato, lo que sería como repartición de bienes al final de un divorcio, solo que, como ya mencioné antes, la cualidad más grande del concubinato es el no estar casado.
Esto genera un gran conflicto al momento de las discusiones entre concubina y concubinario ya que por distintas razones (generalmente por ignorancia), desconocen que tienen obligaciones y derechos, alegando comúnmente: “por eso no me casé con ella, para no tener que darle de mis propiedades” lo que dejaba en total desamparo a las mujeres (concubinas) y en un estado de completa vulnerabilidad.
Las concubinas, quien desconocen totalmente sus derechos y lo que involucra vivir con alguien 2 años de su vida, dejan atrás su vida laboral y social para centrarse con una pareja solamente; abandonan la familia sintiéndose (seguras comúnmente con su novio) y deciden irse a vivir con él. Todo continua de manera normal, ella sigue trabajando y él también, se reúnen en la casa que ahora comparten solo para dormir y descansar; meses después a él lo ascienden de puesto, ahora gana más, trabaja menos y le han dado un coche, ella se siente feliz y decide dejar de trabajar para dedicarse al cuidado de la casa, él le da el coche de la empresa para que no se sienta recluida en el hogar. Es la mejor época de su vida. Él se compra un coche reciente, último modelo, su salario se lo permite. Ella se siente tan feliz de estar a lado de él, se siente segura, solo espera que el formalice
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