Conocimiento Disperso

¿De que manera funciona mejor una sociedad?

Según Aristóteles, el ser humano es una “animal político”. Solemos buscar ser parte de un grupo, comunidades, hasta que formamos una sociedad. Lo cual demuestra que necesitamos de otros para llevar una vida como la deseamos o algo parecido a eso, necesitamos una guía, algo que nos ayude a sobrevivir. Todo esto se ha visto años atrás y aun sucede, por lo que me atrevo a asumir que esto ha quedado claro. Ahora bien, cada ser humano es distinto, es por esto que necesitamos de otros para complementarnos y así hacer un mejor trabajo, ya sea individual, el cual más adelante se convierte en colectivo. Esto es lo que pretendo explicar en este pequeño escrito, como esto sucede y de que manera una sociedad puede lograr funcionar mejor.

Tal como explica F. A Hayek en su ensayo “El Uso del Conocimiento en la Sociedad” existe conocimiento disperso, en la mayoría de las sociedades. Esto puede tomarse como un aspecto positivo cuando se comenta de cómo cada persona se especializa en hacer una cosa para lo que es buena y así la eficiencia es mayor en la producción. Y como aspecto negativo debido a que por no estar organizado, el conocimiento puede llegar a desperdiciarse, lo cual incluye que nuevas oportunidades desaparecen. Es importante recordar que no todo en la vida puede ser bueno o malo, se debe matizar y de esta manera se logrará quitar lo radical y sacarle lo mejor a todo. En este caso, el que cada persona se especialice en un área y que de esta manera logre economizar recursos y tiempo es lo importante, por lo que el aspecto negativo queda descartado y se convierte en positivo.

Todas las personas tienen la capacidad y el derecho de hacer lo que quieran, pero la mayoría de veces es solamente uno o dos los que resaltan, es decir, los mejores; son estos los que deben especializarse en su fuerte, para hacer que el proceso para crear algo sea más rápido y mejor. Por lo que no se necesita que haya un encargado coordinando todo, más bien debe ser un proceso espontáneo. Esto para que nadie sea quien defina que es justo para cada persona o como debe funcionar algo, ya que lastimosamente cuando algo tan grande está centralizado corre riesgo de ser utilizado de manera individualista, se podrán buscar ventajas solamente para un pequeño grupo y no para todos, la competencia no existiría y el mercado libre tampoco.

Un ejemplo claro de que esto puede funcionar es la producción de un lápiz. El cual es explicado por Leonard Reed en el escrito titulado “Yo, el lápiz” , aquí se explica como cada persona trabaja en lo que es mejor, con la herramientas necesarias y lo cual se convierte en una cadena de oportunidades, desde quien hace esas herramientas para cortar un árbol, hasta la persona que le saca punta al lápiz. Es un proceso coordinado pero no precisamente por una

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