Criminología control social. "El Poder Punitivo del Estado"
Sánchez RamírezResumen19 de Septiembre de 2021
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CRIMINOLOGIA CRITICA
Y
CONTROL SOCIAL
1. "El Poder Punitivo del Estado"
Presentación
El día 6 de setiembre de 1992, en la ciudad de Padua, Italia, el reconocido
autor italiano Massimo Pavarini reconocía la muerte de la Criminología
Crítica, más como criminología que como crítica.
Describió su pasada profesión de fe hacia ésta en base a tres virtudes:
1) la utilización de la art i fidali dad como valor; 2) su tentación suicida; y 3)
su vocación partisana.
Esto permitió desmontar la característica ideológica del fenómeno
mediante la utilización de la primera de las virtudes señaladas. El resultado,
en forma de horizonte artificial, terminó por desviar el análisis de la
cuestión criminal al conflicto capital/trabajo.
Evidentemente, la Criminología Crítica hubo de echar mano a las más
variadas disciplinas y saberes -dentro de las ciencias sociales-, para lograr
su objetivo deslegitimador (crítico) de la propia disciplina; esto es, su
tentación suicida, la propia violación al instinto de conservación.
Esta explosión abarcadora, de tipo epistemológica, por parte de la
Criminología Crítica, se internó en ámbitos propios de la Filosofía, de las
Ciencias Políticas, de la Sociología, etc, con un objetivo claro y político:
la disputa por la disminución de los espacios de control dentro del Estado
Democrático de Derecho, o, más apropiadamente, la consecución de un
real Estado Democrático de Derecho, el desenmascaramiento de cómo se
ejerce el poder, hasta dónde, por qué conexiones y hasta qué instancias
de jerarquía, de control, de vigilancia, de prohibiciones, de sujeciones. Y,
precisamente, en este uso instrumental de su vocación partisana, es que
abandona el viejo sayo criminológico para vestir nuevas prendas en
términos de Control Social.
Creemos de fundamental importancia para nuestro contexto ex-céntrico
el formar una disciplina de tal carácter; una herramienta que posibilite una
disputa intelectual y política (en su sentido de vocación de poder) al
monopolio estatal del reparto de sufrimiento; que sea vigilante de los
abusos del Estado, que rescate bajo la forma de objeto de estudio de esta
nueva disciplina, los pasados y presentes métodos de exterminio de la
diferencia, la disidencia y la marginalidad. Esta nueva disciplina deberá
desarrollarse sobre el mantenimiento de la memoria como parámetro de
lo que nunca más pasará, como paradigma crítico del Estado Violador, del
abuso estatal y del avance neo-totalitario de las modernas Democracias
vigiladas.
Poco a poco iremos abandonando -los que quedemos de este lado- el
uso del aún útil (ni bueno ni malo) término "criminología"; útil creemos,
porque aún se sigue distinguiendo con este mote, más el adjetivo "crítica ",
a los muchos que estamos empeñados en analizar y tratar de descubrir e
implementar formas más racionales de dirimir los conflictos sociales
sobre los que hoy se articulan distintas formas -manifiestas o encubiertasde
intervención estatal punitiva.
Yen definitiva, la creación de un espacio de análisis que, sumado a los
otros ya existentes, posibilite la implementación de otras formas de
dirimirlos conflictos sociales, es la intención de esta publicación. Porque
una teoría es como una caja de herramientas, es preciso que funcione, que
sirva, que pueda utilizarse, que la utilicemos. Más aun cuando se trata de
una teoría que transita la topografía de la imposición de sufrimiento, de la
desgracia que, generalmente, es de los otros y ya es antigua, demasiado
antigua.
Los artículos reunidos en este volumen pretenden ser una modesta e
incompleta genealogía de cómo esta vocación suicida y partisana llega a
nuestros días. Por ello, echamos de menos en este volumen los valiosos
análisis de teóricos fundamentales para la disciplina, tales como Alvin
Gouldner, Alessandro Baratta, Massimo Pavarini, Rosa del Olmo, Lola
Aniyar de Castro, y un largo etc. de jóvenes autores del orbe, de quienes
-suerte mediante- nos ocuparemos en el futuro.
EL FRACASO DE LA CRIMINOLOGIA:
LA NECESIDAD DE UN REALISMO RADICAL*
Jock Young1
¿Por qué será que un siglo de teorización e investigación
habrá hecho un impacto tan pequeño o, al menos poco aparente,
tanto sobre el curso del delito en nuestra sociedad
como sobre nuestra habilidad para modificar
las tendencias criminales en los individuos?
(Radzinowicz y King, 1977:93)
Se ha hablado mucho acerca de una crisis en la criminología radical; la
verdad es que la crisis está en la corriente principal o hegemónica de la
disciplina. Irónicamente, fue esta profunda crisis y las soluciones a la
misma -tema principal en la agenda de la nueva criminología- lo que dio
origen a la criminología radical.
Si ha habido, en alguna medida, una falta de éxito por parte de la
criminología radical, ésta ha sido su fracaso en rescatar a la criminología
hegemónica del caos conceptual en el que crecientemente iba cayendo.
Creo que el núcleo de este problema gira en torno a las causas del delito
y que, esta crisis etiológica surgió más descaradamente en los sesentas,
generando un período de desarrollo intenso y creativo dentro de la
disciplina, incluyendo el nacimiento de la criminología radical. De cualquier
manera, en los ochentas llegó el Termidory una contrarrevolución
silenciosa tuvo lugar dentro de la corriente hegemónica con la emergencia
* Publicado originariamente con el título The Failure of Crimonology; The Need for a Radical
realism, en el volumen Confronting Crime, London, Sage, 1986.
"Traducido por Ramiro Sagarduy.
1 Profesor de Criminología del Common Study Programme on Criminal Justice and Critical
Criminology del Programa Erasmus de la Comunidad Económica Europea y director del Centro for
Criminology de la Universidad de Middlesex, Londres, Gran Bretaña.
8 CRIMINOLOGÍA CRITICA Y CONTROL SOCIAL
de lo que llamaré nueva criminología administrativa, implicando una
retirada de todo lo que fuera discusión acerca de la causalidad. Por lo cual,
tenemos ahora una criminología que ha abandonado su misión histórica
de buscar las causas del delito.
La crisis etiológíca y el fracaso del positivismo
Permítasenos examinar la tendencia dominante en la criminología
hegemónica de los Estados Unidos (EE.UU.) y Gran Bretaña (GB) durante
los sesentas -período que experimentó de manera más traumática la crisis
etiológica y que fue heraldo del nacimiento de la nueva teoría de la
desviacióny, porende.de lacriminología radical. La corriente hegemónica
de la criminología británica, como Stan Cohen (1981 ) detalla en su corta
historia, estuvo caracterizada por el pragmatismo, por una aproximación
multidisciplinaria ecléctica, por el correccionalismo y por el positivismo.
Dicho positivismo era profundamente ateórico, un producto de la cultura
intelectual británica en general (ver Anderson, 1968) formada en el molde
social-demócrata; aquél se estableció, intransigentemente, en contra de
la esfera clasisista de la profesión legal. De este modo, la baronesa
Wootton, una prominante Fabiana2, escribió: Las concepciones tradicionales
acerca de la criminalidad... ya han sido modificadas hasta un punto
en el cual no podrán ser lógicamente defendidas por mucho tiempo... de
hecho, han sido efectivamente minadas por el avance de la medicina en la
que supo ser esfera de la moralidad. Es cierto que podrían persistir por un
largo tiempo ya que hay muchos precedentes acerca de la supervivencia
de prácticas e instituciones ilógicas. Y continúa: La lucha entre los dos
imperios rivales de la medicina y la moralidad, parece haber devenido en
el equivalente de la batalla decimonónica entre las explicaciones científicas
y religiosas a los eventos cósmicos o a la evolución terrestre. Es
verdad que la batalla moderna es conducida más decorosamente... Pero
los temas son similares y la victoria bien parece ir en el mismo sentido
(Wootton, 1959:338-9).
Ella pareciera haber ignorado totalmente que tales discusiones ocurrieron,
sin resolución, medio siglo antes. Las excepciones importantes en lo
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