Cómo se simboliza la identidad Nacional: Europa
mariaflorezsSíntesis13 de Abril de 2023
4.721 Palabras (19 Páginas)116 Visitas
Cómo se simboliza la identidad Nacional: Europa
Introducción
En este estudio de caso, conocerás las dimensiones emocionales y geográficas del nacionalismo al estudiar algunas de las maneras en las que los habitantes de diferentes lugares expresan orgullo y amor por su nación.
El nacionalismo puede inspirar fuertes sentimientos de lealtad y devoción para con una causa, idea o movimiento políticos, a menudo a través del uso de símbolos y eslóganes. Los símbolos del nacionalismo se reflejan en banderas, obras de arte, himnos nacionales, arquitectura, moneda, estampillas de correo, pasaportes y muchas otras formas de comunicación. Estos símbolos refuerzan una conciencia nacional, crean un sentido de orgullo con respecto a la cultura nacional e inspiran lealtad para con los intereses políticos nacionales. K. R. Minogue estudió este fenómeno en su libro Nationalism (nacionalismo), de 1967. En su libro, señala que "las banderas y los himnos se pueden utilizar para crear integrantes de una nación mediante el desarrollo de hábitos y emociones nuevas; la bandera de EEUU (Imagen 1), al agregar una estrella cada vez que se anexaba un estado a la Unión, fue un importante símbolo de América para los millones de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos" (Minogue, 1967: 11).
La bandera de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Imagen 2) incluía dos imágenes que evocaban a la clase trabajadora: el martillo (industria) y la hoz (agricultura). Luego de la caída de la Unión Soviética, las naciones independientes emergentes en Europa Oriental y Asia Central eliminaron el símbolo del martillo y la hoz de sus nuevas banderas. (Imagen 3)
Iconografía
Los estados emplean la iconografía para generar un sentido de pertenencia, o nación. Desarrollada conceptualmente por el renombrado geógrafo francés Jean Gottmann (1951, 1952), la iconografía de un estado incluye símbolos emotivos que se utilizan para definir la identidad y la imagen de un estado. La coherencia política, e incluso, la estabilidad de un estado pueden verse mejoradas a través del uso efectivo de tales símbolos. Entre estos símbolos podemos mencionar el nombre de un estado; su bandera; sus edificios y monumentos; las personalidades heroicas sobresalientes; los sucesos y sitios históricos; los símbolos de identidad nacional en monedas, estampillas y documentos oficiales; los equipos deportivos; y los principales atributos culturales, como la religión y el idioma. Por ejemplo: muchos países incluyen en su nombre palabras como democrática, república, del pueblo, comunidad de naciones, popular y unida para conferir una imagen positiva, tanto dentro como fuera del país. Y, claramente, las poblaciones de algunos estados consideran a sus banderas nacionales con reverencia cuasi-religiosa y se enorgullecen enormemente por los logros de los equipos deportivos que representan al país. Aunque Brasil, por ejemplo, está integrado por diferentes grupos étnicos, cuando su selección de fútbol logra un buen rendimiento en una competencia internacional, se genera un sentido de orgullo nacional colectivo por ser brasileño (Webster, 2006).
Los elementos de la iconografía de un estado constituyen el "adhesivo" simbólico sobre el que la población desarrolla un sentido de identidad común, lo que es un esfuerzo particularmente importante en estados multinacionales si pensamos en estados ahora escindidos, como Checoslovaquia, Yugoslavia y la Unión Soviética. A partir de este sentido de identidad, se desarrolla un patriotismo o nacionalismo que, a su vez, deriva en apoyo público para el estado. El apoyo puede expresarse de diversas maneras, incluso con la adhesión a leyes e instituciones legales, al pago de impuestos y al servicio militar. A cambio, la población obtiene un sentido de identidad y pertenencia con respecto a otros integrantes de la nación, o las naciones.
Como los estados suelen estar asociados con áreas geográficas específicas, un sentido de pertenencia a un estado puede promover aún más un "sentido de lugar". Estos sentidos de pertenencia se transmiten de generación en generación en las familias y a través del sistema escolar y de otras instituciones políticas, sociales, religiosas o económicas. El éxito de esta reproducción generacional de la identificación con la iconografía de un estado puede contribuir a su estabilidad y longevidad.
Fuerzas centrífugas y centrípetas
Otro prominente geógrafo político, Richard Hartshorne (1950), sostuvo que la integración del territorio de un estado implica dos tipos de fuerzas opuestas: las fuerzas centrífugas, que tienden a separar a las poblaciones, y las fuerzas centrípetas, que unen a las poblaciones. Las fuerzas centrífugas pueden incluir accidentes físicos, como masas de agua y cadenas montañosas, o simplemente las mismas áreas y distancias que limitan la interacción entre los habitantes del estado. Algunas dimensiones humanas, como creencias religiosas, cultura y actividad económica diferentes, también pueden actuar como fuerzas centrífugas. Estas fuerzas pueden limitar la interacción y, de esta manera, producir regionalismos y crear diferencias entre grupos de ciudades pertenecientes al mismo estado. En determinadas circunstancias, ¿qué es lo que impide que se desmembre un estado? Si un estado pretende ser estable, las fuerzas centrípetas deben superar en magnitud a las centrífugas. Una iconografía nacional bien desarrollada puede ser un elemento central de estas fuerzas centrípetas.
Hartshorne también sugirió que la fuerza centrípeta preeminente que debe desarrollar un estado es su "razón de ser" o raison d' etre. La raison d' etre de un estado en particular podría ser crear una patria para su nación. Otros cimientos podrían ser la libertad religiosa o política. Un estado sin raison d' etre puede perder su relevancia ante la población y eso, a la vez, puede derivar en que los diferentes grupos busquen cambios políticos o geográficos en el estado.
La iconografía en la Unión Europea: la Bandera y el Euro
Los símbolos nacionales transmiten diferentes mensajes. Los símbolos de inclusión comunican un deseo de incorporar a varios grupos de personas, mientras que los símbolos de exclusión indican un deseo de separar los grupos.
Las nuevas realidades políticas suelen enfrentarse con la necesidad de elegir un símbolo, un día nacional o un himno que represente a todos los ciudadanos de ese territorio. Desde 1992, la Unión Europea (UE) se ha esforzado mucho por lograr un consenso general con respecto a los símbolos que representen esta nueva institución supranacional.
Uno de estos símbolos es la bandera oficial de la UE (Imagen 4). Es una bandera con 12 estrellas amarillas. Creada en 1955 por el Consejo Europeo, fue adoptada más tarde como la bandera oficial de la Comisión Europea. La bandera fue diseñada originalmente por el Consejo de Europa, entidad que es titular de su copyright. Sin embargo, el Consejo de Europa aceptó que las Comunidades Europeas pudieran utilizar la bandera y promovió su uso por parte de otras organizaciones regionales luego de su creación. Actualmente, el Consejo de Europa comparte la responsabilidad con la Comisión Europea de garantizar que el uso del símbolo respete la dignidad de la bandera; es decir, tomar medidas para evitar su uso indebido.
Los símbolos pueden ser controversiales y crear conflictos entre diferentes grupos del mismo territorio. Como puedes ver en Wikipedia, incluso la bandera de Europa generó algunas discusiones con respecto a la cantidad de estrellas.
Otro simbolismo importante aparece en los billetes y en las monedas del Euro. Cuando se adoptó la nueva moneda europea, en el año 2002, generó un nuevo desafío para los legisladores de toda Europa. Esta vez, tenían que diseñar una moneda que representara a los 12 países que se unieron primero al Euro (Irlanda, España, los Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Portugal, Austria, Finlandia, Grecia, Francia, Italia y Alemania). Tres estados miembros de la UE en ese entonces prefirieron no unirse a la zona Euro: el Reino Unido, Dinamarca y Suecia. Además de importantes razones económicas, estos tres estados declararon que su moneda era un símbolo importante de su nación y que también eran reticentes a adoptar la moneda Euro porque creían que era una forma de ceder su soberanía nacional a la UE.
Para los europeos, el desafío de diseñar la nueva moneda era importante, porque representaba una excelente oportunidad de crear un símbolo de identidad europea supranacional. La nueva moneda también tenía que ser un simbolismo flexible que pudiera adaptarse a futuras expansiones de la moneda en Europa. (En 2008, ya se habían unido tres nuevos países a la zona Euro: Eslovenia, Malta y Chipre; Eslovaquia adoptó formalmente el Euro a principios de 2009).
En última instancia, quienes diseñaron la moneda decidieron utilizar símbolos nacionales únicamente en las monedas y crearon un diseño único para los billetes. En el diseño que se adoptó, se utilizaron puentes y ventanas sin identificación de diferentes momentos arquitectónicos. Estos símbolos son genéricos, ya que no pueden identificarse con ningún país en particular pero, pese a ello, sí pueden ser reconocidos en casi todos los países de Europa; o, al menos, en las naciones del oeste y el sur de Europa que comparten un legado griego y romano.
La UE diseñó los billetes y las monedas de su nueva moneda Euro de modo que expresaran un sentido de cooperación, comunicación y apertura (Imagen 5). Las monedas de Euro también incluyen símbolos que promueven la idea de unidad entre
...