DANZA Y CULTURA, MOVIMIENTO Y PAUSA QUE NOS DAN RECONOCIMIENTO

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA UNAD

Unidad 1 - Tarea 2 - La identidad cultural a partir de la danza, escrito reflexivo

Laura Nataly Oquendo Vera

Cod 1036684701

Grupo: 80012A_954

Tutor: Paola Andrea Ortiz

Octubre 2021

DANZA Y CULTURA, MOVIMIENTO Y PAUSA QUE NOS DAN RECONOCIMIENTO

Una imagen común en el mundo es la de los indios americanos brincando las fogatas con sus penachos; así como la de los pueblos negros esclavizados en movimientos convulsivos, tambores y ojos en trance cerca de hablar con los dioses junto al fuego. A ello, esta imagen puede tener un asidero conceptual en concordancia a lo mencionado por Citro y Aschieri (2012) sobre la danza: “… Existe en general acuerdo al caracterizar a la danza como un uso creativo del cuerpo humano en el que el cuerpo es puesto en movimiento en el tiempo y en el espacio, dentro de sistemas culturalmente específicos de estructura y significado del movimiento, es decir, son movimientos especializados que tienen significación sociocultural, modos culturalmente construidos de acción humana”

En su concepto más escueto, como lo mencionaría la Real Academia de la Lengua Española, danzar o bailar consiste en realizar “movimientos acompasados con el cuerpo, brazos o pies” esto nos implica de inicio una relación con el cuerpo, con el espacio y de incluirse con sentidos como la audición y no de menos, conceptos musicales como el ritmo, el tiempo, entre otros. Este concepto escueto, sin embargo, adquiere trascendencia cuando la daza expresa, es decir transmite algo a un espectador o participante, que si bien es subjetivo como las artes, y como lo dice Ceriani (2016): “el cuerpo no se encuentra fuera de la historia ni tampoco pertenece a la naturaleza en oposición a la cultura”, así entonces es válido preguntarse, ¿Qué transmite la danza en la cultura?

La primera y más amplia de las respuestas es sin duda la encaminada a mencionar la danza como un momento de diversión e interacción social, a ello que los bailes de salón, y sin importar su contexto (bailes de salón, fiestas o simplemente como un pasatiempo deportivo) permiten interactuar con el otro, incluso, en los bailes con una asociación académica como el ballet, requiere por lo menos la interacción del músico con el bailarín, el director o más pares. Esta simple (aunque no tan simple interacción) hace en palabras de Dallal: “Volvemos los ojos en dirección a los danzantes, en la fiesta, la calle, el tinglado multicolor de la pista, el tablado…”

Ahora bien, como hemos observado la danza no es única y puede expresar o estar contenida en distintos trasfondos cultures, de allí que la segunda categoría de transmisión de la danza se asocia principalmente al ritual, encontrando, por ejemplo, la famosa danza de la lluvia replicada en distintas cintas cinematográficas pero que ha existido en culturas como las del antiguo Egipto e incluso los indios americanos actuales como los cherokee. En este tipo de danza ritual se combinan elementos como la voz, los vestidos y una conexión casi metafísica con la naturaleza.

En este punto, sobre la danza como ritual, generalmente asociada a las culturas prehispánicas o que se han conversado tras la conquista, menciona Chaparro: “Al igual que la música, la danza es un medio privilegiado para acceder a la divinidad en los principales rituales colectivos. Ambas forman una unidad que es ofrendada a sus santos patronos porque, al ser mantenidas durante largos periodos, se vuelven un sacrificio, una entrega total realizada para agradar y establecer el contacto con la divinidad." La consideración anterior, está enmarcada en la danza de los negritos que se realiza en ciertos poblados de México.

Así mismo, otro de los aspectos de la danza y su significación cultural está asociada a la danza moderna y clásica, representada en el ballet o condiciones semejante, en ella se han generado cuerpos dedicados a realizar “performances” en torno a composiciones clásicas como el cascanueces. Esta danza, por decirlo así profesional, ha sido ampliamente documentada, contando incluso con compañías, manuales y escuelas. En este punto la danza se amalgama y hace una extensión de la música, una interpretación del sentir de una historia y el autor.

Sumado a lo anterior, encontramos que la danza también adquiere un significado simbólico en los procesos de crecimiento de la vida del hombre y la mujer, por ejemplo, a nivel latinoamericano, la danza, expresa en dos momentos clave el crecimiento de la mujer en los famosos vals en celebraciones de quince años, en las vidas y relaciones de parejas en el primer baile tras la ceremonia nupcial. Frente a este tipo de situaciones menciona Villa: “En las ceremonias de los quinceaños, el padre tiene un papel fundamental al bailar el vals y aceptar simbólicamente que otros bailen con su hija…”

Sumado a lo anterior y con una mirada netamente en nuestro país y en extensión a las culturas más del caribe, la danza busca imitar un comportamiento animal en torno al apareamiento y la sexualidad, el ejemplo más certero es el “mapalé” una danza tradicional que nace de imitar el pez fuera del agua pero que en interpretaciones como las que realiza Sonia Osorio y que son sometidas a críticas por García llegan a  reafirmar que: “El movimiento del mapalé aquí estudiado, está asociado con exclusividad a las comunidades afro, fundamentadas en lo natural, salvaje, primitivo, comunitario, erótico, espontáneo. Allí la energía se expulsa y se diluyen las fronteras del individuo en el grupo”.

Situados en Colombia y observando que la danza, engloba en su comportamiento un trasfondo cultural, es necesario observar la misma desde las regiones de Colombia descubriendo que transmiten y en que categorías podrían enmarcarse. A ello entonces, la región insular de Colombia, tal vez la más pequeña está enmarcada en una danza de raíz negra principalmente se destaca la asociada al Calipso, que si bien suele ser cantado con letras contestarias a la esclavitud, su baile y su uso actual, busca representar un acto social como las bodas, desde una perspectiva tranquila y descomplicada que suele asociarse a la vida del caribe.

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