DELINCUENCIA POR JOVENES

Factores de la Delincuencia Juvenil

Factores sociales

La injusta distribución de los bienes, la manipulación de la educación y la cultura, la existencia de estructuras sociales basadas en el lucro, la organización autoritaria de la sociedad y de la vida, la existencia de un medio urbano deshumanizado, donde se mezclan la falta de espacios adecuados para la expansión y el ocio, y la agitación y el ritmo de vida trepidantes de la sociedad actual son influyentes importantes.[1]

El aumento demográfico y la inmigración hacia las grandes ciudades contribuyeron a empeorar las condiciones de existencia y de trabajo de las familias proletarias, creando un nuevo tipo de relaciones sociales, ya que el individuo se halla fuera de su medio cultural habitual.

De la misma manera que las encuestas señalan los mayores índices de delincuencia juvenil en las grandes ciudades, también se constata fácilmente que la mayoría de delincuentes pertenecen a grupos sociales en los que existen dificultades económicas. Las clases sociales económicamente más deprimidas son las que residen en zonas depauperadas y sin servicios, las que disponen con ello al joven a todo tipo de deficiencias culturales, psíquicas y sociales. No es de extrañar, que los principales focos de delincuencia se encuentren en este tipo de barrios, y que estén constituidos por jóvenes desarraigados del sistema.

Factores familiares

Las relaciones familiares son fundamentales en el desarrollo de la personalidad, y sus problemas pueden incidir en la aparición de trastornos psíquicos y sociales.

En las últimas décadas se han producido modificaciones en la dinámica familiar que han alterado su equilibrio y han hecho entrar en crisis el tipo de familia tradicional. A ello ha contribuido la ausencia de los padres por motivos laborales, con lo que el hogar se ha convertido en el espacio donde simplemente se come y se duerme.

Por otra parte, se han puesto en tela de juicio los roles clásicos de los padres. La autoridad del padre y el papel de apoyo de la madre no se consideran hoy válidos. Los cambios en la filosofía de valores y de vida hacen surgir un cúmulo de problemas en el panorama familiar.

La vida matrimonial y familiar se encuentra frecuentemente desgarrada por problemas que repercuten necesariamente sobre los hijos.

Factores psicológicos

El primer ser con quien se relaciona el niño es muy importante para su futura adaptación, de modo que las emociones que unen al niño con la madre han de modificar sus primitivas necesidades instintivas de naturaleza antisocial.

Pero ello sólo tiene lugar si se comprenden las necesidades infantiles y se otorga al comportamiento no socializado todo el tiempo que requiere la adaptación, lo cual exige paciencia por parte de la madre y exclusión de todo trato severo y cruel. Impulsado por sus factores emocionales, el aprende a respetar los deseos de sus padres y hermanos. Si este proceso funciona bien, el niño no tendrá dificultades de adaptación en la escuela ni, más tarde, en el mundo del trabajo. Pero si la formación de dicho grupo familiar no se ha desarrollado debidamente, en el periodo de latencia ya aparecerán las primeras dificultades y los primeros signos antisociales, que, una vez llegada la adolescencia, pueden generar auténticas conductas delictivas.

Evolución del fenómeno de la delincuencia juvenil

La delincuencia juvenil, junto con las bandas de delincuentes, es típico de las grandes ciudades urbanas, y más propio de los suburbios marginales, donde se alcanza un alto grado de desorganización social frente al mundo de valores considerados normales.

Surgen como un fenómeno cultural típico de las clases bajas. Para el adolescente es un instrumento sustitutivo a través del cual puede realizar lo que ha sido negado a su clase social y rechazar, al mismo tiempo, los valores

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