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La Delincuencia En Los Jóvenes


Enviado por   •  2 de Abril de 2013  •  2.776 Palabras (12 Páginas)  •  424 Visitas

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"La Delincuencia Juvenil”

La delincuencia en jóvenes e incluso en niños de edades tempranas se ha venido incrementando cada vez más en los últimos años, y esto es una situación sumamente lamentable que puede sufrir una familia, sociedad o nación en general, ya que trae consigo un sin número de dificultades, las cuales generan una gran degradación para el futuro de nuestra humanidad.

Las prácticas indebidas que desarrollan jóvenes, cuya conducta no pasa por unas causas sociales aceptadas ni sigue las mismas pautas de integración que la mayoría, no surgen repetidamente, sino que forman parte de un proceso progresivo de socialización equivocada que poco a poco se va agravando. Este proceso se manifiesta más específicamente en la adolescencia, cuando el joven está más capacitado para realizar acciones por cuenta propia.

Dicha problemática se puede decir que surge a partir de gran cantidad de factores tanto ambientales como de todo aquello que rodea al joven ; es decir, que se puede mencionar que una de las posibilidades de su origen es primeramente a causa del ambiente familiar en el que se desenvuelven muchos niños y muchachos como pueden ser: la precariedad; o sea, vivir una pobreza extrema, la discriminación o rechazo debido a la raza, además del lugar donde viven, que por lo general son zonas de alto riesgo social donde “robar y matar” es la única y más común opción de vida para poder subsistir.

Entre adolescentes no podemos considerar la existencia de un solo tipo de delincuente, ya que se observan entre ellos diferentes modos de comportamiento y actos de distinta gravedad. En algunos jóvenes, la delincuencia es algo transitoria, que pasa después de un periodo de confusión donde se encuentran en búsqueda de su propia identidad, utilizada para llamar la atención debido a la falta de autodominio, mientras que para otros se convierte en norma de vida, la cual se les dificulta salir porque los arrastra hasta lo más profundo, ocasionándoles serios problemas en sus vidas.

Unas de las razones por las que la delincuencia alcanza su máxima frecuencia entre la adolescencia es que, en esta época muchos jóvenes son capaces de aprender a adaptarse por sí mismos, sin el auxilio de padres o quienes se encuentren a su cargo. Aunque la delincuencia continúa ligada a la miseria, su práctica se ha extendido últimamente a los grupos socioeconómicos medios y altos, ya que estos no son los únicos factores que pueden intervenir.

Las bandas que se forman de adolescentes delincuentes, cabe resaltar que surgen a la vez como una trampa social para los jóvenes que han alcanzado su etapa de desarrollo, y como medio conductor de su agresividad hacia los adultos. A semejanza del mundo animal, en la banda juvenil se da la seguridad de un territorio. La obsesión de la seguridad se garantiza por la integridad en el territorio y la lealtad respecto al grupo, que a menudo se convierte en imprudencia.

Existe mayor número de muchachos que de muchachas delincuentes, aunque esta diferencia empieza a disminuir al final de la adolescencia a causa del incremento de la delincuencia femenina en dicha etapa, también existe una diferencia entre sexos en función del tipo y de la gravedad de los delitos cometidos. Parece ser que en las muchachas son más frecuentes acciones delictivas como los robos menores y la prostitución, mientras que entre los muchachos predomina la agresión física, los robos, la alteración del orden, e incluso en los peores de los casos homicidios, entre otros.

La influencia del medio en el desarrollo de la delincuencia juvenil es también muy importante, los niños colocados en un ambiente muy pobre o que viven en condiciones difíciles están fuertemente tentados de descifrar su existencia por el robo o por la búsqueda de consolaciones dudosas. Estas son una de las razones del enorme número de condenas por delincuencia juvenil. Las privaciones, los cambios del medio social, la inquietud y el entorno han ejercido una influencia negativa y han dado un golpe a la vida moral, de la cual todavía no se ha repuesto en los ambientes donde hay malas viviendas, donde reina la promiscuidad y la miseria, es donde se encuentran la mayor proporción de delincuentes juveniles.

Hoy en día los medios más afortunados son debido a ciertos dramas familiares y a que los niños disponen de mucho más dinero y comodidades de todas variedades, y a que la sociedad hace nacer nuevas necesidades que pueden ser satisfechas de momento más que por actos inconvenientes. Estos actos nos llevan naturalmente a denunciar los errores de educación como causa esencial de la delincuencia juvenil.

Cabe destacar que la severidad excesiva que se demuestra cuando los padres son muy exigentes, es la que estropea al niño a fuerza de quererlo hacer perfecto, o hace nacer la rebeldía en vez de favorecer la honradez y la delincuencia. Y así vemos a estas víctimas de la disciplina fría o brutal como aprovechan la primera ocasión favorable para liberarse de toda protección y hacer lo que les da la gana, escapando entonces de su realidad.

También, hay padres demasiados débiles, la disciplina personal, especialmente el poder de retenerse, de actuar o de privarse de una cosa deseada, debe ser inculcado al niño en el curso de los dos primeros años de su existencia; ya que la autoridad de un padre es importante, siempre y cuando no sobrepase ninguno de los dos extremos.

Se puede decir que en la mayoría de los casos, los delincuentes proceden de familias disfuncionales, (por divorcio, muerte o abandono) o de familias cuyos padres no se entienden. El niño que ve a su padre y a su madre pelear entre sí, juzga la sociedad en su conjunto sobre el mismo modelo, y llega a creer que él también debe defender violentamente su punto de vista si no quiere ser aplastado.

Puede suceder que aunque la familia se encuentre relativamente unida, las ocupaciones de los padres dejan a los niños muchos ratos libres, y una libertad que, al perder la vergüenza, se podría convertir en libertinaje.

La delincuencia juvenil, toma un aspecto mucho más grave cuando los jóvenes forman bandas y pandillas. “Se estimulan por el encuentro tanto más buscado cuanto más esconde un verdadero miedo, y tanto más mantenido cuanto más prestigioso se hace uno de la “pandilla”, atreviéndose así a lo que los demás no se atreven”.

Además es importante meditar sobre hasta que punto las malas lecturas y el mal cine pueden desviar a los jóvenes del camino. El cine ejerce una verdadera fascinación, sobre todo para los que asisten a él varias veces a la semana, esto basta para falsear su sentido de la realidad. Las películas peligrosas o que muestran contenidos de violencia son las que representan las manifestaciones de malos rasgos

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